Raúl Moro es el jugador de moda en el Real Valladolid. Autor de los dos goles que lleva su equipo en el regreso a Primera, su nombre suena en cada partido de los blanquivioleta como el más destacado. A Zorrilla llegó el verano pasado, cedido por la Lazio, y se ha quedado, ya en propiedad, tras un pago que ronda los 2,5 millones de euros. Asegura que de Valladolid le gusta su gastronomía y que dedica su tiempo libre a pasarlo con su pareja, Mariona, a quien dedica esos goles.
La primera, sencilla y rápida, ¿es el mejor momento de su carrera deportiva?
Podría decirse, en términos de confianza y de números, que sí.
Aparte de los dos goles, MVP en el primer partido, selección y con confianza...
Sí, al final cuando estás en un club que sientes, desde el primer día, que te quieren, es mucho más fácil todo.
Y ese regreso a la sub-21, en la que no estaba desde 2021...
Ir con tu país es un orgullo, es el sueño de todo niño que juega al fútbol en España y es español.Siempre es un honor ir con la selección.
¿La absoluta le suena muy lejana?
Lejana o no es un sueño. Al final hay que hacerlo bien en el equipo para que te lleguen esas cosas. Si no lo haces bien aquí, al final todo lo demás no va a llegar; es un sueño que tengo desde pequeño, pero no es una obsesión ni nada. Si llega, estaré más contento y si no, seguiremos trabajando para que algún día pase.
¿El míster de aquella convocatoria de 2021 era Luis de la Fuente?
Exacto.
Pues habrá que mandarle un mensaje...
(Se ríe) Son muy buenos los que hay, al final es muy difícil y hay mucha competencia.
Por su inicio de Liga parece que no le pesa la responsabilidad de ser uno de los fichajes de la temporada, por el que el club apostó.
Bueno, al final sabes que el club ha hecho una inversión, digamos, importante; tienes esa responsabilidad de devolver la confianza y así me lo he tomado. Cuando estoy bien y cuando todo alrededor encaja, las cosas suelen ir bien.
Porque el año pasado estuvo bien, pero tuvo parones por lesiones y eso al final corta la progresión...
Al final eso es lo peor del fútbol. Cada año uno aprende más. Y quizá el año pasado cuando estaba más cargado no sabía parar o no decía nada y me lo callaba, y al final lo arrastras y eso es malo. Creo que he aprendido un poco el año pasado con esas tres lesiones, pero al final me supe rehacer de las tres; me lo tomé con calma y supe volver bien de las tres.
Y ese sambenito de jugador propenso a las lesiones...
No lo hago mucho caso, aunque puede ser normal si te lesionas tres veces en un año. Pero a lo largo de mi pequeña carrera, no soy un jugador que haya tenido muchas lesiones. Influye un poco todo. Cuando estás solo en un sitio, te apetece ir a casa, viajes y demás. Hay que ir cambiando cosas que van sumando.
Habla de ese parte externa, ¿qué ha cambiado?
Por ejemplo, con 20 años el estar aquí solo uno o dos meses... a la que tenía un momento, me iba a casa. Y si tenía que coger el coche hacerme cinco o seis horas, lo hacía y al final luego pesa eso: seis horas en un día, al día siguiente otras seis horas, eso te cansa, llegas cansado... Y al final son esas pequeñas cosas, hábitos, que tienes que cambiar y que te vas dando cuenta con los años.
Siempre ha resaltado a su familia, a sus padres, hermana y abuela.
Han sido los que siempre me han estado apoyando. Ahora, por temas de distancia, no pueden venir a todos los encuentros. Pero muy difícilmente en un partido voy a estar solo, al final siempre se puede escapar alguien de mi familia, mis tíos o algún amigo... siempre han estado ahí ellos.
El míster este año da la sensación que le dosifica más: solo ha jugado un partido entero y dos ha empezado en el banquillo.
El míster ya me conoce del año pasado y al final creo que él, como yo, quiere tenerme al 100% siempre. Y si el cuerpo técnico ve que puedo estar más cargado en ciertos momentos... creo que ellos son los primeros en querer tenerme bien para todo el año. El año pasado me dieron mucha confianza en ese aspecto. Cuando tienes 20 años, no lo ves, pero ellos son los que saben y lo que hacen es lo mejor para mí.
¡Qué pena que ese buen momento no coincida con un gran momento del equipo! No ha estado mal en casa, pero fuera...
También hemos ido a los dos peores campos, contra los dos mejores equipos del mundo; y creo que si trabajamos como hemos hecho en casa y quedándonos con la segunda parte de Vigo, todos juntos, los resultados llegarán. Yo confío mucho. Veo cada día el trabajo que hacemos y es muy bueno.
¿Dentro del vestuario hay preocupación? ¿Qué hablan?
Que hay que estar todos juntos. Llevamos cinco jornadas. Si estuviésemos en la 30 en esta situación, sería otra cosa. Tenemos mucho margen para mejorar y ninguno está con preocupación, estamos con las ganas de hacerlo bien.
El objetivo es la permanencia, pero ¿dónde puede estar la clave? ¿En casa?
Yo diría que sí; al final en casa es donde más fuerte estás. Todos los equipos, cuando tienen a la gente desde el minuto 1 hasta el final metiendo caña a los rivales, eso hace muchísimo y el jugador nota que la gente te esté animando. Creo que sí, que los partidos de casa van a ser claves este año.
Siempre suelen decir que los futbolistas notan la presión de los estadios y que en casa buscan eso.
Claro. Si estás en casa y en el ambiente notas que la gente está enchufada, tú al final tienes una motivación extra. Cuando ves a la gente con la ilusión y animando desde el primero minuto, es un plus sin ninguna duda.
Desde fuera, se habla de plantilla corta. ¿Desde dentro también tienen esa sensación?
Corta o no corta, somos los que somos y no nos podemos poner a mirar si aquí falta alguien o allí; el equipo es el que es y tenemos que tirar para adelante los que somos, no hay más.
Prácticamente todos los partidos desde que está aquí los ha jugado por la izquierda, salvo un par el año pasado por la derecha, ¿es dónde se siente más cómodo?
Creo que la izquierda es mi posición de casi toda la vida. Es verdad que cuando estaba en el Barça, me pusieron ahí en la izquierda. Antes venía jugando siempre en la derecha, pero a raíz de que me pusieron en la izquierda encontré mi posición, la que más cómodo me siento. No quiere decir que en la derecha no me sienta cómodo, pero sí que es verdad que en la izquierda es donde mejor me siento.
Pasó por el equipo de su localidad, por el Gimnàstic Manresa, Espanyol, Barcelona, Lazio, estuvo cedido en el Ternana Calcio, de Serie B italiana, y el Real Oviedo. ¿Cuál le marcó más?
Franc Artiga, en el Barça, me marcó mucho. Creo que sacó lo mejor de mí, pero siendo juvenil no se puede decir que haya sido mi mejor año. ¿Y un equipo? No me he dado cuenta hasta hace poco... por haber hecho las cosas no mal, pero siendo un niño de 17-18 años en la Lazio ves muchas cosas: no te das cuentas de los pequeños detalles, como llegar el último o ir al gimnasio y ver que los que llevan diez años son los primeros en llegar. Quizá eso me ha marcado y ahora veo que me equivoqué en muchas cosas. Con 17-18 años, si hubiese estado mejor llevado, mejor aconsejado, igual las cosas hubiesen cambiado. Me ha servido para darme cuenta de muchas cosas.
¿Fue complicado dejar la cantera del Barça por la Lazio?
Me dijeron que estaba esa opción y que iba a estar en dinámica del primer equipo. Apostaban fuerte por mí y no me lo pensé mucho, dije vamos para allá y a ver qué pasa.
Es verdad que cuando le llamó el Real Valladolid estaba en una barbacoa y dijo algo así cómo 'adelante'.
Más que nada fue mi representante. Obviamente si te llama el Real Valladolid no hay que pensarlo mucho. Sabía que mi categoría iba a ser Segunda y si te llama el Valladolid, que es uno de los candidatos a subir... no me lo pensé. Pero es que fue mi representante el que me dijo 'vamos para allá'. No me dio ninguna opción. Así que dije 'vale, de locos'.
Y el año acabó, con sus malos momentos y sus dientes de sierra, en ascenso...
Fue un año duro. Creo que para todos. Cuando llegas a la penúltima jornada sin ascendidos y a la última a falta de uno... te das cuenta de cómo es la división. No hay nadie ascendido con mucho margen. En Segunda, el último puede ganar al primero; o verle 'muerto' y que gane cuatro partidos. Fue duro pero acabó de la mejor manera posible.
Y cantando el 'Moro quédate' en el balcón del Ayuntamiento...
Cuando estás bien en un sitio...
¿Lo tenía claro?
Yo quería quedarme. Cuando vi que no llegaron los partidos, porque tenía que jugar la mitad, me vine un poco... pensando en si lo harán o no. Estuve pendiente hasta el día que se hizo. Pero entiendo la situación del club, con el fair play. Lo único que importa es que se hizo y estoy aquí.
Y hasta el 2028, contrato largo, aunque su nombre ya suena en muchos lados.
Que suene donde quiera. Yo estoy aquí, tenemos que hacer buena temporada. Lo importante es cumplir los objetivos y si individualmente van las cosas bien, será mejor para todos, para mí y el Valladolid.
¿Entonces no se plantea nada?
Si acabamos de empezar... me planteo la permanencia con el Real Valladolid.
¿Le ha pedido el míster tirar más a puerta?
El año pasado se vio en la recta final que me atrevía más, quizá tiraba más. Y si tiras, está la posibilidad de que entre. También incidí mucho en quedarme al final de los entrenamientos, con Camilo, a hacer esos recortes y buscar portería. Y creo que eso me vino muy bien.
Por cierto, ¿ve muchas diferencias entre el Calcio y LaLiga?
Veo muchas sí. Me he dado cuenta de que es mucho más física. Creo que LaLiga tiene más calidad, no digo que la Serie A no la tenga, pero al ser tan física, creo que no tiene esa calidad que tiene España; pero aquí tampoco hay ese físico de Italia. A mí personalmente me gusta más la liga española. Para un jugador como yo, me viene mejor.
Y a Pezzolano, ¿cómo le ve tras el año complicado que vivió la pasada campaña?
Lo veo motivado, como todos nosotros. No creo que nadie más que él quiera estar unido con la afición, con los jugadores, para que todo salga de la mejor manera. Desde el primer día de la pretemporada, lo veo con ilusión de hacer las cosas bien.