El nuevo PET-TAC del Hospital Clínico Universitario de Valladolid atendió a a su primer paciente el 30 de octubre del pasado 2023 y, desde entonces, han pasado 3.545 enfermos, de los que en torno al 80 por ciento era oncológicos; un 16 por ciento relacionado con demencias, generalmente alzhéimer; y el cuatro por ciento restante con otras patologías, principalmente procesos infecciosos.
La previsión asistencial es que, al acabar el presente ejercicio, se hayan alcanzado los 3.700 usuarios en el nuevo PET-TAC del Hospital Clínico, cifra que se prevé crezca hasta los 4.200 pacientes en 2025.
Un comunicado de la Consejería de Sanidad señaló que, desde su puesta en marcha, la actividad con este equipo de alta tecnología sanitaria ha ido creciendo de forma exitosa, con la paulatina incorporación del uso de radiofármacos PET-TAC de imagen: el primer y el más utilizado es el que tiene como indicación su uso en numerosos procesos oncológicos, demencias y patologías infecciosas, de manera que los estudios relacionados con estos pacientes se llevan a cabo en menos de una semana.
El Servicio de Medicina Nuclear del Clínico trabaja asimismo con otros dos radiofármacos para la enfermedad de alzhéimer y en tumores de estirpe neuroendocrina, respectivamente, y desde el pasado mes de mayo su unidad PET-TAC ha alcanzado el sello de calidad 'EARL', que la acredita como centro de excelencia en la adquisición de imágenes diagnósticas para estudios de investigación; precisamente esta acreditación permite que desde el pasado mes de septiembre se traten pacientes con un nuevo radiofármaco.
Por lo tanto, el PET-TAC del Hospital Clínico Universitario de Valladolid permite ofertar la totalidad de pruebas de diagnóstico por imagen que integran la cartera de servicios en medicina nuclear.
La puesta en marcha hace un año de este equipamiento de alta tecnología, coincidente en su instalación con la dotación de un nuevo acelerador lineal en el hospital, supuso una inversión entonces por parte de la Junta de Castilla y León de casi 8,2 millones de euros, de los que 2,5 millones correspondieron al propio PET-TAC y el resto, a la dotación del acelerador lineal; a la obra civil necesaria para ambas instalaciones; la adaptación de espacios asistenciales en el Servicio de Medicina Nuclear; equipamiento y mobiliario para la radiofarmacia; medidas de confort y humanización asistencial de este entorno asistencial hospitalario y requerimientos de seguridad por parte del Consejo de Seguridad Nuclear, entre otras intervenciones en el Hospital Clínico Universitario para albergar su nuevo PET-TAC.