El pasado viernes, 23 de febrero, se produjo el último episodio, por ahora, del manoseado, pero necesario soterramiento de las vías del tren a su paso por la capital de Valladolid. Se reunieron en esta ciudad en la Delegación del Gobierno los responsables del Consejo de Administración de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad. Estuvieron presentes el exalcalde y ministro de Transportes (competente en la materia), Óscar Puente; la directora de proyectos de Adif desde 2000, Montse Rallo (parece que algo sabe o debería saber de este asunto); el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, y el consejero de Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones.
Tras presentar un informe elaborado por Adif, Óscar Puente quiso enterrar el soterramiento, concluyendo que solo hay dos alternativas; la integración en superficie o la disolución de la sociedad, ya que, según él, el soterramiento no existe o es imposible.
La novedad de la reunión es que, ahora, el coste de la obra es de 1.570 millones y el tiempo de ejecución un mínimo de 19 años. Cualquiera que haya seguido este asunto con cierto interés pensará que le están tomando el pelo, que es para mear y no echar gota y suplicará que no se vuelvan a reunir, ya que cada vez que lo hacen se multiplica por dos el precio y se dispara el tiempo de ejecución.
La última cifra oficial que dio Óscar Puente siendo alcalde fue de 880 millones, prácticamente la mitad de la que dio en la reunión del Consejo de Administración. Lo hizo el 24 de abril de 2023, en una audiencia pública a la que convocó a las asociaciones de vecinos de la ciudad (la nota de prensa sigue colgada en la web del Ayuntamiento). Esa misma cifra también la dio en un pleno celebrado en el Ayuntamiento ese día.
En este asunto, y en otros también, Óscar Puente se ha convertido en un político de moda, donde cabalgar sobre la mentira impera sobre todos los principios que se supone a alguien que se ocupa de la cosa pública. Donde la falta a la verdad es el deporte favorito de cierta clase política, en la que él se encuentra como pez en el agua.
Mintió cuando anunció un referéndum sobre este asunto que nunca se llevó a cabo, también lo hizo cuando incorporó el soterramiento a su programa electoral y cuando, en mayo de 2019, cinco días antes de las elecciones municipales, firmó la 'Carta Ciudadana' con las asociaciones de vecinos donde se contemplaba el soterramiento.
Mintió cuando en un primer momento afirmó que los Fondos Europeos para la Recuperación no financiaban este tipo de infraestructuras. Volvió a mentir cuando aseguró que las inversiones con dichos fondos debían de concluir antes de finalizar 2022 y lo hizo de nuevo cuando dijo que la Comisión Europea no contemplaba fondos para financiar obras ferroviarias para viajeros (una ojeada a la hemeroteca o a las actas de los plenos del Ayuntamiento les puede ampliar la información).
Que Carnero, si lo estima conveniente, mantenga sus lunes epistolares con Puente, pero, por favor, que no se reúna más con él para tratar sobre este asunto. En la próxima nos hace pagarle el peaje de la autopista.
Hoy uno es ministro, pero mañana no. Lo que no puede dejar de ser es pucelano y Puente debería saber que, en este asunto, Valladolid se juega el futuro. Donde aparece la palabra mentira pueden, si quieren, modificarla por cambiar de opinión o faltar a la verdad.