La capital contará en unos años con dos de los complejos ferroviarios más importantes del país. Uno de ellos, la estación intermodal de mercancías, entre las tres más grandes de Europa, que también engloba la reparación y mantenimiento de los trenes, además de que aspira ser un referente en servicios logísticos desde mediados de 2026. Para ver concluido el segundo enclave, que implica edificar una nueva estación 'icónica», integrada con el edificio histórico, con capacidad para asumir la vertebración de la conexión por alta velocidad norte-sur y por la que pasarán más de cinco millones de viajeros al año, habrá que esperar todavía unos cuatro años.
Toda esta 'revolución' ferroviaria, que colocará a Valladolid como uno de los nodos de comunicación más importantes del país, requiere de inversiones millonarias. El Ministerio de Transportes ha presupuestado solo para la construcción de las dos nuevas terminales más 550 millones de euros. A estos hay que sumar más partidas, entre las que están las necesarias para duplicar la vía de ancho estándar en la zona norte, que ya se está ejecutando, para poder asumir las previsiones de tráfico en el horizonte de 2035. Y las obras de la denominada 'U' de Olmedo, adjudicadas por 40 millones y que ya han comenzado. Este es un enlace de 8,2 kilómetros entre las líneas de ferroviarias de alta velocidad Madrid-Valladolid y Madrid-Galicia, que hará posibles los viajes transversales en alta velocidad por la mitad norte del país.
Estas inversiones, que han levantado ampollas en algunas provincias porque se sienten maltratadas, se justifican en la posición estratégica de la ciudad en el mapa ferroviario nacional e internacional, ya que también es un nodo fundamental en el Corredor Atlántico. Aunque los datos son rotundos. Actualmente la estación de Valladolid Campo Grande ya es la quinta en volumen de viajeros, tras las de Madrid (3), Barcelona (2), Sevilla y Santiago. Aunque la previsión de aumento de frecuencias por la ampliación de la red de alta velocidad la pueden situar como la tercera. Y algo similar ocurre con el transporte de mercancías. La nueva terminal, antes de entrar en funcionamiento, ya ha despertado el interés de los operadores logísticos. Así lo anunció Puente en la visita que realizó a las obras en septiembre, donde detalló que hay empresas que están interesadas en prolongar la «autopista ferroviaria» Valencia-Madrid hasta Valladolid y crear una nueva Valladolid-Madrid con doble destino, Zaragoza por un lado, y Algeciras por el otro, vinculadas al sector del automóvil y de la industria agroalimentaria, y también como enlace inicial a conexiones como Cantabria, Asturias o Galicia.
Punto estratégico.
La obra de la nueva terminal de viajeros, que presentó esta semana el ministro de Transportes, Óscar Puente, no solo conlleva una inversión de 253 millones de euros. La intervención es tan compleja que se desarrollará en 12 fases. La dificultad se incrementa en este caso porque se realizará manteniendo el servicio ferroviario, por lo que Puente avisó que generará «algunos problemillas», como ya sucedió en la estación de Chamartín de Madrid. «No es sencillo», remarcó, conciliar los trabajos y la operativa, pero garantizó que no se suprimirá ninguna frecuencia actual.
Y las cifras de tráfico son complejas. Actualmente, pasan unos 30 convoyes de mercancías al día, sobre todo por la noche. Aunque en abril dejarán de pasar ocho porque ya se habilitará el ramal que sale de la factoría de Renault y comunica con la nueva estación intermodal. Esto rebajará también el nivel de ruido que soportan los vecinos de la zona.
En ambas estaciones se amplía la playa de vías. En el caso de la nueva estación Campo Grande habrá cinco vías y dos andenes de ancho convencional y siete vías y cuatro andenes de alta velocidad (ancho internacional o estándar). Las nuevas vías de ancho internacional contarán con unos aparatos de vía que permiten al andén funcionar como un único andén cuando se estacionen trenes en doble composición, o como dos andenes independientes, lo que permite gran flexibilidad en la gestión del tráfico, reduciendo el espacio necesario para la playa de vías y permitiendo contar con entre 7 y 11 vías en función de la composición del tren.
Y la de mercancías contará con 230.000 m2 que albergarán siete vías de más de 750 metros para recepción y expedición de trenes; una zona de carga-descarga y almacenamiento de contenedores y semirremolques para las autopistas ferroviarias con otras dos vías de 750 metros; el estacionamiento y un área de expansión logística. Esa distancia en metros permitirá que por aquí pasen «los trenes del futuro», ya que actualmente por el sistema ferroviario español los convoyes de mercancías están limitados a 450 metros.
Al detalle
Los primeros mercancías estrenarán el complejo en abril
La previsión del Ministerio de Fomento para la puesta en funcionamiento del nuevo complejo ferroviario establece dos fases. Está previsto que el próximo mes de abril los ocho trenes que salen de las fábricas de Renault diariamente dejen de pasar por el centro de la ciudad. Para eso se está ultimando la puesta en servicio de la parte de la variante este de mercancías que discurre entre el centro intermodal de transportes y la factoría. Posteriormente, en el primer semestre de 2026 se pondrá ya en funcionamiento la totalidad de la variante, lo que llevará a que el resto de trenes, los otros 22, dejen de pasar también por la ciudad de Valladolid para hacerlo por el 'by-pass'.
Un edificio singular, incompatible con soterrar
El proyecto de renovación y ampliación de la estación de Valladolid incluye un nuevo edificio de viajeros, que se ubica de forma transversal a las vías, para posibilitar la conexión entre el centro de la ciudad y las Delicias. «Se cose física y visualmente la ciudad a través de su plataforma de conexión», detalló el ministro Óscar Puente. Esta plataforma de conexión o acceso será de 180 x 12 metros y se colocará como un puente sobre las vías, en paralelo al nuevo edificio, creando un nuevo espacio urbano de 2.000 m2. Esta estructura necesita, según Adif, sistemas de cimentación con encepados y pilotes/micropilotes, que se fijan a 15 metros de profundidad. Esto haría imposible un soterramiento mediante muros pantalla, como defiende el alcalde.
43 meses
El Consejo de Ministros aprobó esta semana la autorización para la licitación de la obra de la nueva estación, con un presupuesto base de 253 millones de euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución, compatible con la actividad ferroviaria, de 43 meses en total -37 para el edificio de viajeros-. Las obras, si no se produce ningún contratiempo administrativo, se adjudicarán en seis meses y se iniciarán en el mes de septiembre, aproximadamente, por lo que no culminarán antes de 2029.
Más espacios públicos, pero sin noticias del barrio de Talleres
En la estación de pasajeros se reordenará el acceso desde Recondo, con una plaza de 13.000 m2. También se generan nuevas zonas verdes y se construirá un parking subterráneo de cuatro plantas para 605 vehículos. En el otro lado de la terminal, Renfe inició el proceso para la descontaminación del suelo de los viejos talleres de Renfe, unas labores que necesitan el visto bueno de la Consejería de Medio ambiente. El Ayuntamiento también tiene pendiente el plan director para parcela las más de 18 hectáreas y que la sociedad Valladolid Alta Velocidad las pueda urbanizar y sacar a la venta.