Mar Coll refleja los demonios interiores de la maternidad

D. V.
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La cineasta catalana empuja al espectador con 'Salve María' a un viaje a la oscuridad de la mano de una madre primeriza atenazada por el miedo y la culpa

Fotograma de la película ‘Salve Maria’, de Mar Coll. - Foto: Pol Rebaque / Ical.

"La línea que separa la lucidez de la oscuridad no se ha trazado aún". La cita de la poeta estadounidense Adrienne Rich abre 'Salve Maria', el tercer largometraje de Mar Coll, mentora de la eclosión de la nueva generación de directoras femeninas en el cine español que hoy regresó a la Semana Internacional de Cine de Valladolid, que ya inauguró en 2013 con 'todos queremos lo mejor para ella'. En 'Salve Maria' se lanza por primera vez a una adaptación literaria, a partir de la novela 'Las madres no', de Katixa Agirre, para empujar al espectador a un viaje alrededor de los demonios interiores de la maternidad, de la mano de una madre primeriza atenazada por el miedo y la culpa.

Coll explicó que el arranque del proyecto comenzó en septiembre de 2019, cuando su bebé no llegaba al año de edad. "Al iniciar el trabajo junto a Valentina Viso, mi coguionista habitual, surgió la posibilidad de abordar una película sobre la maternidad. Nuestras películas siempre empiezan con larga conversaciones sobre cosas que nos interesan, nos conmueven y nos parecen relevantes, y a través de una amiga común de Katixa Agirre me llegó su novela, que me impactó mucho. Nos pareció que era una buena idea abordar una adaptación, para meternos en un proceso diferente a todo lo que habíamos hecho antes, y una forma de motivarnos y estimularnos", explicó, tal y como informa la Agencia Ical.

Esa decisión, como confirmó Viso, les permitía "rehuir la autoficción, hablar de la maternidad pero no desde la experiencia propia". Además, les daba la posibilidad de alejarse del cine previo de Coll, "más intimista y realista", para embarcarse en un proyecto hacia el género que les "motivaba". "El placer y el deseo es importante, forma parte del oficio", señaló la directora.

La directora de la película 'Salve Maria’, Mar Coll (centro), junto a la actrices protagonistas Giannina Fruttero (izquierda) y Laura Weissmahr.La directora de la película 'Salve Maria’, Mar Coll (centro), junto a la actrices protagonistas Giannina Fruttero (izquierda) y Laura Weissmahr. - Foto: Rubén Cacho (Ical)

Las creadoras explicaron que el proceso de escritura fue "muy largo", y apuntaron que con el paso del tiempo vivieron "un distanciamiento progresivo con la novela". "En los dos primeros años el guion, a su manera, intentaba ser muy fiel a la novela, y después hubo una conversación y entendimos que teníamos que girar el orden de las prioridades. La novela mezcla diferentes géneros: thriller, ensayo, crónica periodística... y la protagonista es una escritora. La creación y cómo ayuda a sacar los monstruos interiores es un tema presente en el libro, y en nuestras primeras versiones era una película sobre la maternidad y la escritura, pero nos pareció un punto de partida demasiado intelectual y decidimos contar la maternidad desde un lugar más visceral, transmitir este conflicto y esta angustia, mientras que lo otro fue quedando como una capa más que tiene la película", afirmó la directora.

Viso apuntó que "el cine, la literatura y al arte en general te permite vivir otras vidas de manera vicaria", algo que nos convierte en personas "más empáticas". En 'Salve Maria', la protagonista "busca verbalizar lo que le está sucediendo", porque "necesita nombrarlo". "El problema de esta maternidad tan disfuncional es que hay un estigma, un tabú, que es expresar el desapego que puedes sentir con tu bebé. Ella no se lo admite ni a sí misma. La incomunicación es una de las temáticas de la película, junto con la culpa o la vergüenza", confesó la cineasta, que aclaró que "el viaje de la protagonista es ese: poder decirlo".

"Un nuevo mundo" para la protagonista

La protagonista, Laura Weissmahr, señaló que el hecho de no ser madre en la vida real  hizo que, para ella, todo fuera "un nuevo mundo" en el que se sentía "impostora". Tras casi tres meses de ensayos, en los que los bebés que la acompañan en la película ni siquiera habían nacido, al iniciar el rodaje se dio cuenta de que toda la "construcción relacional" que había trabajado previamente, a través de lecturas e investigación, no le servía apenas de nada. "Lo que luego me sirvió fue plantarme en el set de rodaje con el bebé, con esa situación, y llevar todo a mi propia oscuridad", comentó antes de señalar que, al tener en sus manos un bebé neonato, "tenía muchísimo miedo de hacerle daño". "Con su dirección, Mar ha conseguido que hagas el viaje muy en presente junto al personaje, y como actriz me sucedió lo mismo", aseguró sobre un "viaje" en el que se dejó "la piel".

También intervinieron en la presentación los productores Sergi Casmitjana y María Zamora, Premio Nacional de Cine 2024. El primero recordó que lleva cerca de 25 años aocmpañando a Mar Coll en todos sus proyectos, y explicó que ella "abrió un camino muy interesante y muchísimas puertas en el cine de mujeres" con su ópera prima, 'Tres dies amb la família' (2009), "por las cuales muchas cineastas ya están pasando". Ante su afirmación de que 'Salve Maria' es "un proyecto de mujeres y para mujeres", María Zamora confesó que espera "que también sea para hombres".

Ella confesó ser "muy fan de Mar Coll desde el principio", ya que ambas iniciaron su trayectoria profesional prácticamente a la vez, y señaló que cuando surgió la oportunidad de colaborar lo tuvo clara desde el principio, "por el tema que querían tratar y desde dónde". "Es un tema tabú, del que se habla muy poco pero que viene desde tiempos remotos. La maternidad se ha venido expresando de diferentes formas. El reto de la maternidad para cualquier mujer es increíble, y el cine está ahí para inspirarnos y hacernos entender mejor la vida. Entre la madre arrepentida y no arrepentida hay un montón de matices", comentó. Además, explicó que "a nivel formal" le pareció que "no iba a ser un drama intimista, sino de terror doméstico", y le interesó que "esa parte formal tuviera protagonismo para el espectador y que en pantalla se viera que era una aproximación diferente a la maternidad".