El riesgo de perder una generación

Ical / Valladolid
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Un informe advierte de que la crisis ha incidido «de forma decisiva» entre el colectivo de jóvenes «sobre el que reside el futuro de Europa»

El riesgo de perder una generación

Castilla y León cuenta con una población de más de 35.000 ‘ninis’, jóvenes entre 15 y 24 años que no están trabajando, ni reciben educación o formación, según un estudio del Observatorio Regional de Empleo. El documento recogido por Ical, refleja que la tasa de jóvenes que declara que ni estudia ni trabaja, se sitúa en la Comunidad en el 15,6 por ciento del grupo de edad, frente al 18,5 por ciento de España, y el 12,9 por ciento de la UE-27, según Eurostat.
 
El informe refleja cómo la crisis ha incidido «de forma decisiva» sobre el colectivo de jóvenes, «sobre el que reside el futuro de Europa». Así, la tasa de ‘ninis’ de la Comunidad pasó entre 2008 y 2011 del 12,7 al 15,6 por ciento, con una avance en 2,9 puntos, frente a un crecimiento en España en 4,1 y en la UE, de dos.
 
El análisis del ECyL refleja una paradoja, ya que a pesar de este aumento de la tasa de ‘ninis’, su número absoluto se ha reducido en estos años, ya que en 2008 se aproximaban a los 37.000 en Castilla y León. Esta circunstancia se explica por la constante pérdida de efectivos dentro de ese grupo de edad en la Comunidad, a lo largo del periodo, ya que pasaron de los 252.790 en 2008, a los 227.385 de 2011, un 10,05 por ciento menos. En España, los jóvenes de entre 15 y 24 años descendieron en esos años un 7,3 por ciento, hasta, 4,6 millones; y en la UE-27, un 3,6 por ciento, con 57,8 millones.
 
«Este dato no es positivo porque sólo refleja la pérdida de jóvenes en edad de trabajar o estudiar» y el porcentaje de ‘ninis’ sobre el total «ha crecido, de modo que aunque sean menos en total, su porcentaje sobre el conjunto de los jóvenes sigue incrementándose», se recalca en el informe. Asimismo, desde el observatorio se advierte, de que «España y Castilla y León sufrirán una importante pérdida de población joven en los próximos años», conforme a las proyecciones del INE, que constatan que las personas de entre 16 y 29 años pasarán de 382.191 en 2012, a 312.565 en 2021.
 
Cifras con nombres y apellidos, Christian Martínez, 23 años, espera desde hace tres años que alguno de los currículums que manda día sí, día también se transforme en una llamada que le ofrezca un empleo. Él, como tantos jóvenes, es uno de los miles de obreros de la construcción que vio truncados sus sueños cuando comenzó la crisis. «Ahora busco de todo. Me da igual de lo que sea», confesó en declaraciones a Ical este joven burgalés que dejó los estudios y con 17 años comenzó a trabajar en la construcción. «No he estudiado nada porque yo solo valgo para trabajar», argumenta este joven que hace unos meses emplea su tiempo en sacarse el permiso de conducir. De cara al futuro, y pese a que «los días son largos» es optimista porque «siempre que llueve escampa».
 
María López Casillas tiene 25 recién y lleva en el paro desde el pasado mes de noviembre. Además del título de monitor de ocio y tiempo libre, tiene el de atención socio-sanitaria, gracias a un curso que impartió CCOO. Este último título le permitió trabajar en las residencias y ahora, a corto plazo, sus planes pasan por retomar sus estudios de la rama socio-sanitaria porque, entiende, «es lo que puede tener más salida en este momento». Así que se plantea retomar el módulo de radiodiagnóstico y después marcharse «donde salga trabajo», sin reparos a hacer las maletas y salir del país.