El día que R.A.R. reunió a su banda para orquestar el asalto de la plaza Circular no era la primera vez que este empresario de 34 años se veía en una de esas; pergeñando su particular robo del siglo. Tampoco era la primera que fracasaba y daba con sus huesos en una celda de la prisión provincial, solo que en esta ocasión lo del delito de robo con violencia será cosa de nada en comparación con la acusación de homicidio (y detención ilegal, y pertenencia a banda criminal) que le espera a él y a los otros seis miembros de la organización.
Cuentan que la cita clave fue en su clínica dental, en Pajarillos. El objetivo era trazar el plan para que sus hombres se colasen en el piso de María Aguña, una mujer de 74 años que era la madre de uno de sus clientes, y le arrebatasen los más de 200.000 euros que tenía en una caja fuerte de su domicilio. Solo había que ‘convencerla’ de que les diese la combinación secreta y la llave, pero la cosa salió tan mal que los ladrones se convirtieron en sicarios y el fallido robo, en un homicidio.
El ‘dentista’ –como se le ha dado en conocer tras su detención del pasado 9 de diciembre dentro de la Operación Mariya– no era nuevo en esas lides de ideólogo de grandes robos, pero, como pasó en el caso de la Circular, en su anterior golpe también fracasó.
Igual que ahora, su aventura duró un año, el tiempo que tardaron la Guardia Civil y la Policía en esclarecer los dos robos con violencia que se cree que R.A.R. encargó a un delincuente habitual en los aparcamientos de sendos supermercados del barrio de Pinar de Jalón y de Arroyo. En ambos, a punta de pistola y con la orden de llevarse un coche determinado, un BMW X3 y un Mazda 2.
Fueron en una franja de poco más de una semana. El 27 de junio de 2016 un hombre asaltaba a un cliente del Lidl de Pinar de Jalón y le arrebataba a punta de pistola su BMW. El 4 de julio, la víctima era una mujer de 56 años a la que robó su coche en el aparcamiento del Aldi de Arroyo de la Encomienda, pese a su feroz resistencia; el ladrón tuvo que pegar un par de tiros al aire y un culatazo en la cabeza a la dueña hasta conseguir hacerse con el vehículo.
No eran robos aislados. El plan que los investigadores achacan a R.A.R. consistía en ‘legalizarlos’ y revenderlos mediante un sistema tan sencillo que acabó fracasando. Como le pasó con el asalto de la Circular.
Primero adquirían a bajo precio vehículos con grandes siniestros que estaban en desguaces, pero con la documentación en vigor. Luego buscaban otros coches de las mismas características (marca, modelo, color y año) y procedían a su robo. Una vez en su poder, solo se encargaban de cambiar la matrícula y el número de bastidor para, así, ‘legalizarlo’ y poderlo vender.
PENDIENTES DE JUICIO
La caída de R.A.R. y los otros tres presuntos miembros de la banda se produjo en mayo y junio de 2017, en dos operaciones distintas lideradas por la Policía y la Guardia Civil, y en las que se esclarecieron los dos asaltos del Lidl y el Aldi. Los cuatro están acusados de los delitos de robo con violencia, falsedad y usurpación de identidad, hechos por los que aún están a la espera de juicio, según detallan las fuentes consultadas por este periódico, que sitúan al ‘dentista’ en la cúpula, en idéntico papel de autor intelectual. En los dos casos, este vallisoletano de 34 años está acusado al mismo nivel que el resto de miembros de sus bandas.
«Él no lo hace, pero lo encarga a otros por dinero». Fuentes cercanas al caso dicen de él que «es un tío aparentemente normal que lleva una vida apacible, pero que tiene entre sus aficiones el dinero fácil».