Las negociaciones para la firma del nuevo convenio de Michelin han entrado en punto muerto después de seis reuniones entre la empresa y los sindicatos. Aunque se han producido algunos avances en aspectos sociales, la actualización salarial es el principal punto de desacuerdo. La última oferta de la empresa es subir el salario un 10% entre 2023 y 2026, con incrementos anuales del 4,5%, 2,5%, 1,5% y 1,5% anualmente. Un planteamiento que está muy alejado del de los sindicatos, que solo para el primer año ya reclamaban una subida del 11%, aunque los trabajadores saben que es un planteamiento de máximos susceptible de negociar con la compañía.
Además, los trabajadores se quejan de que la oferta de la empresa está por debajo de lo pactado entre los sindicatos y la patronal nacional en el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), donde se plantean subidas de un diez por ciento, pero para los tres siguientes años, no cuatro, como plantea Michelin.
Otra de las grandes discrepancias de la negociación es que esta propuesta de la empresa no incluye ninguna cláusula que garantice que la plantilla no va a perder poder adquisitivo si la inflación se sitúa por encima de los incrementos pactados. Fuentes de UGT señalan que será imprescindible incluir alguna cláusula de revisión salarial para llegar a un acuerdo. Desde el sindicato sostienen que en los últimos cuatro años los trabajadores han perdido siete puntos de poder adquisitivo, ya que el anterior convenio, cuyo periodo de aplicación finalizó el año pasado, pero sigue vigente por ultraactividad, contemplaba congelación salarial en 2019 y subidas del 1,25%, 1,25 y 1,50% para los siguientes tres años. Una actualización muy lejana a la escalada actual de la inflación. "Estamos dispuestos a hablar de subidas acordes a la situación que vivimos", aseguran desde UGT.
La empresa ya ha trasladado a los trabajadores que no hay mucho margen de mejora en la última oferta que ha presentado, así que los sindicatos han convocado una concentración este jueves en las puertas de la fábrica de Valladolid entre las 13.30 y las 14.30 horas. Es un primer paso antes de poner en marcha medidas más contundentes si no hay avances, según avisan los representantes de los trabajadores.