El Santuario de El Henar en Cuéllar volvió a ser el centro de una actividad deportiva que cada 12 de octubre se celebra de forma ininterrumpida desde el año 1959, la 'Carrera a El Henar'. Este sábado para alcanzar sus sesenta y seis años y que, pensada para unir deporte y oración, consiste en llevar un ramo de flores desde Valladolid hasta el santuario en carrera constante, mediante relevos de los diferentes atletas que participan en ella.
La marcha se puso en marcha a las ocho y media de la mañana desde la parroquia de La Milagrosa, en el vallisoletano barrio de Las Delicias, después de haber sido bendecido el ramo de flores que se iba a llevar durante todo el recorrido, en un breve acto en el que se leyó la Ofrenda preparada para la edición de este año. Portando las flores, el primer atleta comenzó su recorrido por el paseo Juan Carlos I para después dirigirse a la carretera de Segovia donde se desarrolla toda la carrera.
Desde el principio de la carrera la lluvia acompañó durante todo su recorrido, haciendo muy difícil a los corredores cumplir con su cometido. A pesar de ello, cada relevista cumplió con la distancia asignada, y con un buen ritmo, se fueron sucediendo los relevos, pasando el ramo de mano en mano de un total de 49 corredores.
La Carrera a El Henar se completa a pesar de la lluviaEn los pueblos del recorrido, Herrera de Duero, Aldeamayor de San Martín, Arrabal de Portillo, Santiago del Arroyo, San Miguel del Arroyo y Viloria del Henar, se efectuaron relevos del ramo, a fin de que los vecinos de esas localidades los pudieran contemplar y disfrutar, como ha sido habitual todos los años de actividad de la carrera.
Los corredores hicieron recorridos muy variados, desde los 50 metros de los más pequeños, algunos de muy corta edad que ya han querido participar en esta bella tradición, hasta los más experimentados que realizaron tramos de hasta 2,7 kilómetros.
Como dato curioso para las estadísticas, las edades extremas de los corredores fueron en esta ocasión de 84 años el mayor y 2 años y medio el más pequeño, ambos de la misma familia, la del antiguo corredor de la carrera Juan Cazurro.
Unos 500 metros antes de alcanzar el Santuario de El Henar, el último corredor se vio acompañado por el resto de los participantes en la carrera y que habían hecho sus relevos con anterioridad, y así el nutrido grupo de corredores llegó al templo y juntos subieron las escalinatas y entraron a depositar el ramo de flores a los pies de la Virgen.
A las 12.30 horas los corredores y sus familias participaron en la eucaristía, dentro de la cual se ofreció el ramo de flores que se había llevado en carrera constante desde Valladolid y se leyó la Ofrenda que cada año expresa las intenciones y los deseos que se dedican a la Virgen de El Henar. "Sobre el pergamino, la oración quiere expresar las preocupaciones por la desorientación del hombre en este mundo cambiante, el amor filial que ruega para seguir siendo fieles al compromiso establecido hace tantos años en esta carrera y verbalizar así el simbolismo del regalo de las flores", se señala desde la organización. Después de la misa, y como de costumbre, se visitó a la Virgen de El Henar en su camarín y a continuación todos los corredores y acompañantes posaron en una foto de grupo en las escalinatas del santuario, dando así por finalizada esta 'XLVI Carrera a El Henar'.