Editorial

La búsqueda de 'la foto', en pro de un beneficio particular

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El presidente del Gobierno, muy dado a este tipo de cosas, por cierto, ha defendido su viaje a China desde el punto de vista estratégico, con el imperioso objetivo –asegura– de afianzar relaciones políticas y económicas con el gigante asiático, en plena guerra comercial y en una espiral geopolítica de impredecibles consecuencias. Consecuencias como las que puede tener, precisamente, este viaje. Estados Unidos, que confronta con China en casi todos los órdenes de la vida, y que Trump ha señalado ya como su principal 'enemigo', no ha visto con buenos ojos la fotografía conjunta entre Pedro Sánchez y Xi Jinping en Pekín. Un alto cargo del Gobierno estadounidense ha llegado a apuntar que este acercamiento por parte de España podría ser como «cortarse el cuello». Hay que recordar que en este momento, EEUU ha fijado una pausa en su particular guerra arancelaria contra el mundo, incluyendo a la Unión Europea, pero no así con China. De esta forma, al menos, podemos concluir que el movimiento de Sánchez es como meterse en la boca del lobo. No parece lo más inteligente, en pleno huracán arancelario entre las dos principales potencias mundiales.

No es de extrañar, por tanto, que el primer partido de la oposición, en boca de su portavoz, Borja Sémper, subraye que el viaje en cuestión «daña la posición internacional de España» y también «la estrategia internacional de la Unión Europea». «Esta visita de Sánchez a China es una grave irresponsabilidad, es una visita absolutamente unilateral y que no ha gustado en la Unión Europea», apuntan desde las huestes del Partido Popular.

La tozuda realidad golpea de nuevo en la cara al máximo responsable del Ejecutivo, y es que un Gobierno con cierta coherencia y menos ínfulas personalistas, no hubiera dado un paso tan determinante a nivel diplomático en la situación que vive el mundo y sin contar con la Unión Europea. «Juntos somos más fuertes», recordó Sémper, y es que no solo se desconocen los motivos que han llevado a Sánchez a pisar territorio chino, sino que tampoco se sabe muy bien qué ha pretendido (o logrado) sacar en claro del encuentro en sí. ¿Había algún por qué? ¿Había algún para qué? He ahí la cuestión, que diría aquel...

Sánchez esconde ya pocos secretos de su personalidad. Y la hemeroteca la pasa factura en este sentido. El presidente del Gobierno ha sido muy dado a buscar 'la foto', en pro de un beneficio particular, basado únicamente en la proyección de su imagen internacional de puertas para fuera, y en el control del relato de puertas para adentro. Eso, y también, ya de paso, 'tejer' una cortina de humo que desvíe la mirada de la opinión pública y mediática de asuntos extremadamente delicados que salpican a antiguos miembros de su Gobierno y a su entorno más cercano.