En la ruta por la capital, la próxima parada es el paso elevado para peatones de la carretera de la Esperanza. Coincide con el minuto 40 de la entrevista, donde todavía no se ha hablado de soterramiento y del ministro de Transportes. En este paso, donde se visualiza el «muro» analiza la última reunión de la sociedad Valladolid Alta Velocidad (VAV), donde las posiciones encontradas llevaron otra vez a la amenaza de disolución.
¿Qué podemos esperar en los próximos meses?
La situación es conocida. Hay una diferencia clarísima: el Ministerio aboga por seguir en la integración, y el Ayuntamiento digo yo que algo tendrá que decir, y aboga por el soterramiento de la vía. Yo creo muchísimo en la democracia. Y no querer escuchar lo que dice una administración local me parece muy grave. Y no querer escuchar lo que dice una ciudad, que lo ha manifestado en las elecciones de forma mayoritaria y que lo sigue manifestando, cuando esa realidad desde un punto de vista técnico, económico, social y medioambiental es viable, pues hombre, a mí me deja cuanto menos perplejo.
Que me deje perplejo no quiere decir que no vaya a seguir luchando, sino todo lo contrario. Cada día estoy más reafirmado en que Valladolid necesita el soterramiento y que el modelo de ciudad pasa precisamente por ahí. ¿Por qué en Bilbao o en Vitoria se soterra? (enumera una larga lista de ciudades). Y nosotros nos tenemos que conformar con una integración que es falsa. Yo no me voy a conformar.
Pero, ¿cuál es el estado de la operación ferroviaria?
Ahora, dada la actual configuración del Ministerio, de manera que no se puede entender, pero esa es la realidad a la que nos enfrentamos los vallisoletanos, por ahora no se puede acometer el soterramiento. Ahora bien, lo que no podemos es impedir a perpetuidad que se pueda acometer el soterramiento. A eso sí que no estoy dispuesto y lucharé con todas mis fuerzas. Ahora la situación, de manera inconcebible, es que no se apuesta por el soterramiento, aunque yo le oí decir al ministro que por qué Valladolid no podía aspirar a lo más.
Eso digo yo. Vamos a seguir aspirando y voy a seguir dando la lucha mientras tenga fuerzas. Ojo, mientras tenga fuerzas no solo yo, sino que mientras tenga fuerzas y tenga a la sociedad civil, a los vecinos y a las vecinas de mi lado.
En ese 'mientras tenga fuerzas' ya ha anunciado que las va a tener para una próxima reelección. ¿Esas elecciones municipales volverán a ser un referéndum sobre el soterramiento?
Si referéndum sobre el soterramiento lo estamos teniendo, si cabe la expresión, casi a diario. Si estuviéramos solos el equipo de Gobierno en este tema, si viéramos que la ciudadanía no lo quiere, yo no haré nada que no quiera mi ciudad. Ahora tampoco voy a dejar de hacer nada que mi ciudad quiera. Y mi ciudad me está diciendo que quiere el soterramiento. Veremos a ver cómo transcurren los próximos meses. Pero reitero que el soterramiento no es pasado, es más actual y más presente que nunca.
Hace un tiempo le preguntaba si esto se estaba convirtiendo en un pulso entre el alcalde y el ministro. ¿Sigue manteniendo que no es así?
No tengo ningún interés en realizar pulsos con nadie. Si viera que estoy solo en este tema, por supuesto que no seguiría, pero tengo detrás a la ciudadanía y a la sociedad civil. Y voy a dar la batalla.
¿Llegará a la batalla judicial?
No me lo he planteado, voy al día. Esta semana hemos celebrado un consejo de administración de la sociedad VAV y hemos visto que los expedientes de los pasos de Ariza no estaban completos, desde el punto de vista puramente administrativo. Cuando estén ya decidiremos sobre esos expedientes en el plano que corresponda. Así se lo transmití a la propia sociedad.
Este año sí que harán la aportación económica a la sociedad VAV. Y hablando de economía, la oposición les acusa de empeorar las cuentas municipales.
La situación económica que nos encontramos fue dantesca, dramática. Además, se vertió una situación idílica que no estaba amparada por la realidad. Eso lo dice la Airef y la Intervención municipal, no me lo invento. Inmediatamente, nos pusimos manos a la obra para recomponer y resetear la situación. La hemos reseteado y todo lo que ha advertido el PSOE en relación con la mala ejecución, como todo el mundo sabe, no es cierto, es falso de todo punto.
El concejal de Hacienda está haciendo un trabajo ímprobo para sanear las arcas municipales. Hemos conseguido tener presupuestos, y casi ningún Ayuntamiento de este país en coalición puede decir tal cosa, y muchas administraciones carecen de ellos este año. Y hemos bajado los impuestos. Desde el punto de vista de lo que son las cuentas internas del Ayuntamiento, seguimos trabajando en una situación muy complicada, donde han vuelto las reglas de gasto. Este año tenemos establecido endeudamiento cero.
¿Y cómo está la economía local?
Ha habido mucho debate sobre la situación de Bimbo, o el ERE de Iveco, que entra dentro de toda la normalidad. Ahora estamos en unos momentos cruciales para el establecimiento en el polígono San Cristóbal de nuevas actividades de Vodafone, que va a permitir crear empleo este año y el próximo. Y, además, otro dato: una empresa como Madison el año pasado creó casi 300 puestos de trabajo y tiene perspectivas de seguir creciendo y de seguir trabajando. La ciudad, en este momento y desde el punto de vista económico, tiene una grandísima vitalidad y va a seguir teniéndola.
El viaje termina en la calle Molinos, en el lateral del Ayuntamiento. Es el momento de la última pregunta, y casi obligada. ¿Hay coalición con Vox para rato?
Siempre digo lo mismo: los ciudadanos mandataron que querían un ejercicio de responsabilidad del PP y Vox, que impidiera que siguiera gobernando Óscar Puente. Eso es lo que estamos haciendo, y ese ejercicio de responsabilidad me impone sobremanera. Ojo, entiendo que Vox no tiene por qué renunciar o no debe renunciar a sus principios programáticos, ni el PP a los suyos.
¿Durará?
Futuribles no voy a hacer, pero creo que ese ejercicio de responsabilidad es muy importante para llevar a cabo una acción de gobierno y para poder hacer lo que tenemos que hacer, que es mejorar la vida de los vallisoletanos