El Universidad de Valladolid VCV consumó su descenso de categoría pese a su victoria ante el San Sadurniño, segundo clasificado y candidato a luchar por el ascenso. Los vallisoletanos hicieron sus deberes, pero no dependían de ellos. Las victorias del Sporting CV Soria frente al Arona Tenerife y del Rotogal Boiro ante el Almendralejo Extremadura hicieron que no hubiera cambios en la parte de la clasificación y se consumara el descenso del conjunto universitario.
La falta de experiencia y la mala suerte condenaron a un equipo que, a diferencia de muchos de los rivales, no cuenta con refuerzos extranjeros y cuya plantilla está formada en su totalidad por jugadores locales. Además, varios tropiezos por 3-2 en partidos importantes hicieron que los vallisoletanos llegaran a la última jornada sin depender de ellos, lo que a la postre les condenó al descenso.
Esa mala suerte tuvo un ultimo episodio este mismo viernes, en el último entrenamiento antes del partido, con la lesión de Alex González, uno de los líberos. Además, el entrenador y capitán Edu Valverde reaparecía en este encuentro después de sufrir otro esguince de tobillo.
Con todo, el Universidad de Valladolid VCV tiró de casta y, pese a ceder en el primer set ante el conjunto gallego por 20-25, supo reponerse para vencer los tres siguientes juegos por 25-20, 25-20 y 25-18. Una victoria basada en la efectividad en el bloqueo, en la recepción y en el juego con los centrales.
Se cierra así una temporada histórica para el voleibol vallisoletano, con el sabor amargo del descenso, para con la ilusión de haber puesto los cimientos para un futuro retorno a la elite nacional.