«Aprendí español en los bares, me gusta hablar con la gente»

M.B.
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La inglesa Gemma Boy vive su segunda etapa en Valladolid, ahora con su marido, Brendan, tras volver a la ciudad en 2018

La inglesa Gemma Boys con su perro, Wilfredo. - Foto: Jonathan Tajes

Años en Valladolid: 7+2.

Profesión: Profesora de inglés, filosofía y teología.

Comida y bebida favorita: Torrezno y vino tinto.

Lugar favorito: Esquina de la calle Cascajares con Núñez de Arce.

Gemma Boys tiene claro cuál es su rincón favorito de Valladolid. La intersección entre las calles Catedral, Cascajares y Núñez de Arce. Allí se hace la foto de este reportaje con su perro, Wilfredo; cerca tiene su academia de inglés, The Country Cottage; y allí saluda como una más de la ciudad a Juanjo y Luismi, de La Cárcava. Natural de Preston, al norte de Inglaterra, vive su segunda etapa en la ciudad, ahora con su marido, Brendan.

Profesora de Inglés, Filosofía y Teología, de estas dos últimas en el Colegio de los Ingleses, donde lleva los temas de Pastoral, pisó por primera vez Valladolid en 2006: «Trabajaba en un colegio en Inglaterra y Brendan empezó a realizar intercambios con un centro escolar de aquí, el Lourdes. Traíamos aquí a alumnos a conocer la Semana Santa y viajaba con ellos». Por entonces no hablaba español y las pocas palabras que aprendió fueron gracias a los hermanos de La Salle. 

Lejos del cliché de inglesa aficionada al sol y las playas de España, a ella le gusta la gente y la cultura, «y lo que me encontré aquí me encantó». Así que tras realizar en Sevilla un curso para ser profesora de inglés en España y formarse en Inglaterra en algo parecido al CAP, en 2011 se vino a vivir sola a Valladolid: «Trabajé durante dos años y medio en una academia de inglés. Di clases de español, pero donde lo aprendí de verdad fue en los bares y cafeterías, escuchando a la gente hablar y preguntando mucho. Hablaba con todo el mundo».

Regresó a su país por una oferta laboral. Y allí se encontró con un alumno de Valladolid, «con lo que mantuve la conexión». En 2017, con Brendan, decidieron mudarse de nuevo y venir a España, con el coche y todos los bártulos. Primero a Getxo, donde Gemma encontró trabajo: «Solo un año más tarde nos encontramos en Vizcaya con un viejo conocido, Paco, que me ofreció hacerme cargo de su academia. Nos decidimos y nos vinimos. Desde entonces llevamos la academia, que se conoce como la de Paco, con 120 alumnos; y siento que invertimos en la comunidad, donde vivimos, aquí».

A Gemma le gusta Valladolid y sus gentes. Y las defienda allí donde va: «Cuando viajamos por España, nos preguntan siempre que por qué Valladolid. La mayoría de los que critican a los vallisoletanos son los propios vallisoletanos. Yo veo a la gente seria, pero sincera». Gemma y Brendan se casaron en el Colegio de los Ingleses en 2022 y de momento aquí se quedarán a vivir. 

«¿Frío? No ha hecho tanto este año», explica y habla de una palabra inglesa, apricity, que aquí se practica mucho: tomar el sol en una terraza cuando hace mucho frío.