La automoción y los bienes de consumo serán los dos puntales sobre los que se asiente el crecimiento económico de Castilla y León durante este 2024. Un avance del PIB autonómico que desde Funcas estiman que este año será del 2,3% en Castilla y León, dos décimas por debajo de la media nacional del 2,5%, y casi cuatro menos que el pasado ejercicio, cuando la Comunidad cerró una subida del 2,7% según los datos de la Contabilidad Regional. A nivel nacional, Islas Baleares (3,5%), Canarias (3,2) y Madrid (2,6) anotarán los principales incrementos del Producto Interior Bruto este año. La Fundación de las Cajas de Ahorro añade en su informe relativo a la Comunidad que, además de la automoción y los bienes de consumo, el repunte del PIB autonómico se sustentará también en la construcción, para la que se espera un dinamismo superior a la media, a partir de la evolución de sus visados y su licitación. En cuanto a los servicios, los sectores motores del crecimiento tienen un peso relativamente bajo.
Otra buena noticia llega del informe llega de manos del empleo, que, en términos de Encuesta de Población Activa, avanzará un 1,5%, bajando la tasa de desempleo de Castilla y León hasta el 8,7%, inferior a la media nacional del 11,2. Para explicar estas cifras de desempleo, Funcas hizo especial hincapié en la detención del declive demográfico, al menos en lo que se refiere a población activa. En este sentido destacan que la incorporación de mano de obra foránea está permitiendo frenar la caída demográfica. El documento presentado por Funcas también hace un repaso al estado de las cuentas públicas de Castilla y León, que registraron un déficit tanto en 2022 como en 2023, del 1,14 y del 0,69% del PIB, respectivamente. En este caso, la previsión es que las cuentas públicas arrojen un déficit en todas las comunidades, excepto en País Vasco y Navarra.
Carlos Ocaña, director general de Funcas, explicó que «estas previsiones son consistentes con la senda de crecimiento sostenido de la economía española, liderado por los sectores exportadores y los servicios de mercado». Además, manifestó que la presencia de una industria potente de bienes de consumo y del sector automotriz en particular, es también una ventaja habida cuenta de las pautas esperadas del crecimiento, siendo Castilla y León una de las comunidades más beneficiadas a este respecto.
Recuperación prepandemia
A la inversa, la dependencia del consumo público, de productos energéticos como los derivados del petróleo o de actividades agrícolas afectadas por la climatología pueden frenar el crecimiento en algunos casos. Pese a ello, se estima que todas las comunidades autónomas habrán recuperado este año el nivel de PIB prepandemia.
En el caso de Castilla y León, la variación con respecto a 2019 es del 2,7%, mientras que la media española se sitúa en el 5%. «Esto significa que, al menos en términos de PIB, hemos borrado el efecto de la pandemia», según Torres. Un comportamiento que se ve aún más reflejado en el paro, ya que el crecimiento económico ha permitido reducir la tasa de desempleo hasta niveles inferiores a la prepandemia. Según el INE, de hecho, Castilla y León cerró 2023 con una tasa de paro del 9,7%, un porcentaje por debajo de la media española situada en el 12,2%.
Teniendo en cuenta el periodo transcurrido tras la pandemia, «se percibe una cierta convergencia entre comunidades, aunque este proceso no es generalizado». Algunas de las comunidades con un PIB per cápita inferior a la media, opina Funcas, se encuentran entre las que más han progresado, entre las que se encuentra Castilla y León.
Por último, explican desde Funcas que «la convergencia se produce en general como consecuencia de incorporar más fuerza laboral y no por un aumento de la productividad en las regiones más rezagadas». «El turismo, los servicios de mercado, las exportaciones, y una industria de consumo y automotriz fuertes explican las diferencias entre las regiones».