Tú no tiras basura en mi patio y yo procuro no hacer tanto ruido en mi peña durante las fiestas patronales. ¡Y en paz! La cotidianidad del medio rural lleva, en ocasiones, a que surjan roces o fricciones entre los vecinos. Árboles mal situados que eliminan la visibilidad de una vivienda, ruidos a deshoras, bolsas de basura mal situadas, paredes que se construyen unos metros más allá o acá de la linde marcada en la escritura... Son muchos los conflictos que surgen en el día a día y que, en ocasiones, acaban en los juzgados.
Con el objetivo de evitar este tipo de enfrentamientos entre habitantes de un mismo pueblo, la Diputación de Valladolid, junto con el Colegio de Abogados puso en marcha el Servicio de Mediación Vecinal en el año 2019, poniendo en valor la figura del mediador para la búsqueda de soluciones dialogadas y con el objetivo de evitar que sean los jueces los encargados de solventar estas disputas.
Desde su puesta en marcha, este programa ha sido capaz de solventar 50 peticiones al Centro de Mediación del Colegio de Abogados de Valladolid (Cemicava) procedentes de 29 localidades. Las áreas de actuación han sido derivadas de conflictos de convivencia como problemas con ruidos, malas relaciones vecinales, problemas de convivencia por terrenos o propiedades colindantes, y daños tanto en propiedad como por invasión de propiedad ajena.
Sin ir más lejos, dos vecinas, con buena relación, acudieron al servicio porque comenzaron a perderla y una sistemáticamente se dedicaba a molestar a la otra. La vecina de abajo manifestaba que la de arriba hacía ruido constantemente para molestarla. Llegaron a un acuerdo para mantener el respeto mutuo en cada una de sus viviendas y respetar sus horas de descanso.
Imagínense que su vecino tiene un proyecto para levantar en altura su vivienda. Cuando se pone manos a la obra y comienza la construcción alcanza la altura de otra terraza anexa a su propiedad, donde su vecino suele tomar el sol o el fresco en las noches de verano. La intimidad de esta terraza se va al traste y se genera un conflicto. Es el caso de uno de los vecinos que reclamó mediación al Colegio de Abogados y, finalmente, se pudo alcanzar un acuerdo para respetar su privacidad.
Es el propio Colegio de Abogados el encargado de realizar las campañas de difusión de este servicio en los diferentes municipios, así como de prestar los profesionales, que desarrollan la labor de mediación. Las propuestas son derivadas por los Ceas de la Diputación o los ayuntamientos y son los profesionales del servicio de mediación quienes contactan con las partes afectadas, que deberán aceptar el servicio.
ruidos. El ruido es uno de los principales caballos de batalla de la mayor parte de los conflictos. Otro de los casos que se ha tratado en este tiempo se basó en la cesión por parte de un vecino, que tenía un local de su propiedad, a su hijo y a sus amigos para tener una peña. Los ruidos de las fiestas que organizaban provocaban problemas en los vecinos de al lado, que además tenía hijos que estudiaban e les molestaba en sus horas de estudio. También se alcanzó un acuerdo. En materia de ruidos, el Colegio de Abogados tuvo un caso curioso de una mujer que había puesto un corral con gallos que molestaban todo el día al vecino. Llegaron a acuerdos para no tener tantos animales, disminuir el ruido y los olores.
En cuanto a molestias de vecindad también se han dado casos por los tendederos de ropa. Una de las vecinas colgaba la ropa demasiado larga y sin escurrir y la otra se la tiraba porque la manchaba y la tapaba las vistas. Llevaron a acuerdos sobre como llevar a cabo esas tareas para no molestarse entre ellas.
Una vez aceptada la posibilidad de acuerdo, se desplazan desde el Colegio de Abogados para intentar reunir a los vecinos y sentar las bases de un pacto. Finalizado el mismo, se realiza un informe al centro de atención social o ayuntamiento correspondiente, respetando en todo caso la regla de la confidencialidad que rige todo el proceso de mediación.