'Arraigados' en el medio rural burgalés

SPC
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Dos familias de Cuba y Colombia comparten su experiencia con el proyecto Arraigo, que ha permitido a unas 140 personas encontrar un nuevo hogar en pueblos de la provincia de Burgos

‘Arraigados’ en el medio rural burgalés - Foto: Ricardo Ordóñez ICAL

Empezar de cero en otra ciudad y en un nuevo país no es fácil. Sin embargo, cada vez son más las familias que se atreven a dar ese paso. Una decisión que no solo es buena para ellos, también para los pueblos de la España Vaciada que están deseando volver a repoblar sus terrenos y demostrar todas las oportunidades que ofrece la vida en el medio rural. Con esta idea nació hace ya varios años Proyecto Arraigo y su labor en diversas provincias del país ha permitido la llegada de cientos de nuevos pobladores.

En la provincia de Burgos también está siendo un caso de éxito, y son en torno a 140 las personas que han encontrado un nuevo hogar en estas tierras. Un ejemplo de ello son Andrés Felipe y Paola Andrea Mendoza, que eligieron mudarse a España desde Colombia. Su primera opción fue Alicante, sin embargo, tras vivir allí un tiempo, se dieron cuenta que no era el clima ni la ciudad adecuada para ellos.

Un segundo intento les llevó hasta Burgos, y más concretamente Villadiego. Un clima diferente al de la primera ciudad elegida, pero tanto ellos como sus dos hijos afirman estar encantados con la elección final. En Colombia estaban acostumbrados a vivir en un terreno tranquilo, rodeados de animales y vegetación, por lo que el cambio a vivir en un piso en Alicante fue muy grande para ellos.

Cuando le explicaron a un amigo su situación y su idea de vivir más cerca del campo, este les habló del proyecto Arraigo. "Nos pareció muy interesante esta oportunidad y decidimos escribirles", explica Andrés. "Este tipo de proyectos son muy buenos cuando uno tiene claro lo que quiere", añade. Desde Arraigo les ofrecieron tres sitios: Cuenca, Burgos y Salamanca. El primero lo descartaron por el clima, y decidieron dar una oportunidad a estas dos provincias de Castilla y León y organizar en verano de 2024 un pequeño viaje para conocer lo que ofrecían sus pueblos.

Una avería en el coche les impidió finalmente conocer Salamanca, aunque reconocen que se enamoraron rápidamente de Villadiego. "Cumplía con muchas de las cosas que queríamos. Es un sitio tranquilo, con mucho verde y seguro", apunta Mendoza.

Una vez instalados, ambos progenitores iniciaron la búsqueda de trabajo, y Andrés señala que les ofrecieron "muchas posibilidades", tanto a él como a su mujer. Finalmente, la oportunidad para Andrés llegó en una panadería cuyo obrador se sitúa en Alar del Rey (Palencia), mientras Paola Andrea trabaja en Villadiego, en una empresa de servicios agronómicos, tractores y maquinaria agrícola.

Al clima frío burgalés también se están adaptando Arley Pérez y Arnaly Rodríguez, que decidieron dejar atrás su vida en Cuba para instalarse en Villarcayo, junto a su hijo Axel de cuatro años. Conocieron el proyecto a través de las redes sociales, y tras informarse sobre ello y tener contacto con otros 'arraigados', decidieron dar un paso más y trasladarse a esta localidad del norte de Burgos.

La familia, que llegó finalmente a la provincia el 16 de abril de 2024, señala que el proceso de adaptación ha sido "difícil" porque han tenido que adaptarse a los cambios que supone vivir en un país nuevo, con una cultura diferente a la suya. Sin embargo, están contentos con la decisión tomada. "Es el paso que teníamos que dar, en el momento que teníamos que darlo", afirman. A esto también ha ayudado la acogida por parte del pueblo. "Las personas son muy cálidas", afirma Arnaly Rodríguez, que destaca especialmente el trabajo llevado a cabo por los técnicos del proyecto Arraigo.

La tranquilidad y la seguridad para los más pequeños son dos aspectos que les ofrece este nuevo hogar, y para Arnaly y Arley son fundamentales. Su hijo Axel ha sido el primero en adaptarse a este nuevo entorno, y está "encantado" con esta nueva experiencia.

Ambas familias no dudan a la hora de recomendar este proyecto a aquellas personas que quieran dejar atrás la ciudad y buscar una nueva oportunidad en los pueblos. Desde la oficina de Arraigo destacan además que los pueblos acogen a sus nuevos integrantes "con los brazos abiertos", y les acompañan en todo lo que pueden.

Un proyecto para hacer frente al reto demográfico

El presidente de la Sociedad para el desarrollo de la provincia (Sodebur), Carlos Gallo, valora muy positivamente esta iniciativa y la gran acogida que está teniendo en la provincia. "Haces frente al reto demográfico de una manera palpable, porque haces llegar gente a la provincia", destaca. Un proyecto que no solo permite repoblar el pueblo, sino también "recobrar la vida en las escuelas" e incluso dar una segunda oportunidad a algunos negocios.

Son cerca de 140 las personas que ya se han instalado en diferentes pueblos de la provincia, sin embargo la previsión es que puedan hacerlo muchas más, dado que hay una "cartera importante de gente que quiere venir". Cuando se lanzó el proyecto, desde la Diputación de Burgos se invitó a los pueblos a sumarse a esta iniciativa, y fueron 24 los que se apuntaron. Hoy rondan los 50.

"Los ayuntamientos están contentos, se corre la voz y cada día hay más", afirma Gallo, que recuerda que la vida en un pueblo es "fundamental para entender lo que hoy somos en las ciudades y para no olvidar de dónde venimos". Por ello, desde la institución provincial abogan por "valorar" lo que se tiene en la provincia, ya que puede ser un "activo importante" no solo para nuevas familias, también para que los jóvenes decidan emprender y asentarse.

Vivienda

Uno de los grandes problemas que están encontrando a la hora de poder ubicar a estos nuevos pobladores es la vivienda. Una dificultad que se vive en las grandes ciudades, pero también en los pueblos de toda España. "En los pueblos hay muchas viviendas, pero muchas están cerradas" explica la coordinadora del proyecto Arraigo en la provincia de Burgos, Cristina Cobo. Los motivos son muchos. El miedo a alquilar, la falta de unas condiciones mínimas de habitabilidad o incluso la dificultad entre familias para ponerse de acuerdo.

Por ello, una de las condiciones que ponen a los ayuntamientos para poder sumarse a este proyecto es contar con al menos una vivienda en alquiler, bien sea de titularidad pública o privada. Gallo asegura que desde la Diputación están trabajando para buscar una solución a esta situación.