Las carreteras de la provincia de Valladolid registraron el pasado año 10 accidentes mortales en los que fallecieron 11 personas y otras diez resultaron heridas graves, lo que supone un descenso de la mortalidad del 39 por ciento ya que en 2022 murieron 18 personas.
Estos son los datos que ha aportado este martes el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, que ha presidido la Comisión provincial de Tráfico y Seguridad vial.
Así, en 2023 en las carreteras de la provincia se produjeron diez siniestros mortales, en los que fallecieron 11 personas y otras diez resultaron heridas graves. Estas cifras representan seis accidentes mortales menos, un descenso del 37 por ciento, así como siete fallecidos, 39 por ciento menos, y 2 heridos graves menos que en 2022.
Una de las personas fallecidas en los turismos implicados en estos accidentes no llevaba puesto el cinturón de seguridad mientras que en el caso de los motoristas todos llevaban el casco.
La salida de vía es la causa del 73 por ciento de las muertes y la distracción ha sido el factor desencadenante en la mayor parte de estos casos, seguido por la velocidad inadecuada, no respetar la prioridad de paso y conducir bajo los efectos del alcohol.
Por otro lado, el 60 por ciento de los siniestros y el 64 por ciento de las víctimas mortales se han dado en vías de alta capacidad, a diferencia de 2022, cuando la mayor parte de las accidentes y víctimas mortales se registró en vías convencionales.
El turismo sigue siendo el medio de transporte con mayor número de fallecidos, un 45 por ciento, mientras que en lo que respecta a usuarios vulnerables, en 2023 murieron tres, mientras, en 2022, fueron seis.
No se registraron peatones ni ciclistas entre las víctimas mortales, aunque sí tres motoristas, lo que representa un 27 por ciento del total. Los conductores siguen siendo la mayor parte de los fallecidos, y los hombres representan un 81 por ciento de los casos.