¿Se pueden agilizar más las bajas laborales sin comprometer la salud de los empleados? La cuestión colea desde hace tiempo y el debate, reavivado por el Gobierno desde otoño por propuestas como la posible implementación de «bajas flexibles», para una reincorporación más rápida pero gradual al trabajo, viene además cargado por un notable incremento del absentismo. Su coste económico está en máximos históricos a nivel nacional y Valladolid no es precisamente una excepción.
En esta provincia, en concreto, el gasto generado por contingencias comunes, entre prestaciones de la Seguridad Social y el coste directo causado a las empresas, se ha incrementado un 73,4% en cinco años (de 2018 a 2023), según estimaciones de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (Amat), que reclama al Gobierno que se les permita asumir también esos casos (prestación de asistencia sanitaria integral y emisión de altas) en lugar de mantenerlos de competencia exclusiva de la Sanidad pública (Sacyl en Castilla y León). Sobre todo porque, de nuevo según Amat, los empleados que sufren accidentes laborales o enfermedades profesionales (procesos que sí llevan las mutuas) vuelven a sus puestos en la mitad de tiempo que los que sufren patologías similares por contingencias comunes, en su opinión, debido a las listas de espera y el «laberinto burocrático» de la Sanidad pública.
La cuestión inicial la retomaba el Gobierno este otoño al promover una mesa de negociación con los agentes sociales, que ya se estrenó en octubre, para tantear un modelo más flexible de incapacidad temporal que abra la puerta a la reincorporación gradual; más rápida pero empezando por jornadas parciales o alternadas con otras de descanso a mayores de las que se tienen ahora con un regreso ordinario, dado que hoy en día no existe solución intermedia entre estar de alta y de baja.
Evolución de costes de las bajas laborales en Valladolid, según datos publicados por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (Amat).La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, señaló que esa fórmula de vuelta progresiva a la actividad sería voluntaria para el trabajador, pero tocó un asunto tan delicado como ese poniendo materia sensible como ejemplo al hablar de personas con cáncer, despertando aún más recelos por la parte sindical. Porque en esta mesa, curiosamente, el Gobierno se sienta más cerca de las patronales que de los sindicatos, al revés de lo que sucede en la de reducción de la jornada laboral. Claro que en esta última la ministra titular no es del PSOE, sino de Sumar, Yolanda Díaz, quien ya evidenció discrepancias con su colega socialista al advertir que «con la salud de los trabajadores no se juega».
Recelos en CCOO y UGT
En una línea similar está en este tema el secretario de Salud Laboral de CCOO Castilla y León, Fernando Fraile, quien cuestiona la propuesta de las bajas flexibles aunque se añada la variable de la voluntariedad del trabajador: «Debe ser decisión del profesional facultativo», recalca, al tiempo que afea al Gobierno que «transmita incertidumbre con un tema tan sensible».
Estadística elaborada por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (Amat).«El problema que tenemos aquí no es de absentismo, sino de presentismo», opina. Es decir, «demasiadas horas extras y la mitad sin que se paguen», por lo que también ve más fraude por ese motivo en perjuicio de «trabajadores, Hacienda y la Seguridad Social» que por bajas injustificables. «Influyen también las altas cargas de trabajo, las condiciones laborales y también el incremento de la edad media de la población», incide.
«Tampoco se puede frivolizar como suelen hacer la patronal o las mutuas diciendo que son mejores que la Seguridad Social, porque ponen en cuestión la profesionalidad de los sanitarios del sistema público, y habría que ver también qué porcentajes de recaída tienen las mutuas por reincorporaciones demasiado rápidas», prosigue Fraile. «En todo caso, las mejoras deben pasar por reforzar el sistema público con más medios humanos y materiales, sin otorgar más competencias a las mutuas porque eso supondría avanzar en la privatización».
La secretaria de Salud Laboral de UGT, Marifé Muñiz, por su parte, también habla de «precariedad, jornadas largas, altos ritmos de trabajo…». Matiza que «margen de mejora siempre hay, aunque ya se mejoró por ejemplo el sistema de notificación de partes de baja (desde abril de 2023, el empleado ya no está obligado a entregárselo a la empresa, que lo recibe directamente de la Administración)», recuerda.
«Se pueden aprovechar de una manera más amplia todos los recursos de los operadores del sistema de salud, pero siempre que haya una protección exquisita de la salud del trabajador y un control absoluto por parte de la Sanidad pública», subraya. «Las mutuas acarician ese sueño, esa posibilidad de intervenir de manera muy directa y absoluta en la gestión de las incapacidades temporales», y Muñiz recela del «concepto global de la salud como un negocio, una variable interesada por parte del operador privado, independientemente de que también pueda tener un margen para incidir en la mejora». Y en cuanto a la propuesta de bajas flexibles, la interpreta como «un globo sonda» planteado por el Ministerio «con torpeza», y reivindica «la potestad del médico de Atención Primaria para decidir en qué momento está el trabajador en posición de volver a su puesto».
«Habrá que ver cómo es ese modelo de flexibilidad», responde ahora la presidenta de CEOE Valladolid, Ángela de Miguel, que piensa que esa medida «puede favorecer la reincorporación», si bien remarca que «debería adecuarse a cada caso, siempre con consentimiento médico y valorando lo mejor para la persona, que tiene que estar en el centro del sistema».
CEOE Valladolid apuesta por tomar medidas
«La realidad es que el absentismo es un problema importante en España que no tiene que ver con el fraude, sino que al final hablamos de un sistema que no se gestiona bien», continúa De Miguel. «Los costes aumentan, pero están también las dificultades que tienen sobre todo las pymes para cubrir los puestos de trabajadores de baja». Y que este país tiene un problema de absentismo, limitando en todo caso el debate a las causas, entiende que lo prueba «que aquí se registran cifras muy superiores a la media de la UE», con más de un 4% de faltas diarias al trabajo frente a un 2,5%.
En este contexto, la presidenta de CEOE Valladolid valora la opción dedar más participación a las mutuas, «sobre todo para gestionar bajas por traumatología y salud mental», en vistas de que «la duración de las bajas que ya asumen ellas es muy inferior». Y el debate abierto en canal, con cambios en ciernes que probablemente vean luz en 2025.