«En este momento no hay ninguna necesidad de vender el club»

M.B.
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El gerente global de fútbol del Real Valladolid, Bruno Mazziotti, volvió a Zorrilla el pasado febrero, convirtiéndose en la sombra de Pezzolano fuera del campo. Por eso y por su amistad con Ronaldo, su rol ha ganado enteros y su discurso tiene peso

Bruno Mazziotti, gerente global de fútbol del Real Valladolid. - Foto: Jonathan Tajes

Bruno Mazziotti regresó al Real Valladolid en febrero. Lo hizo con un cargo diferente al que ejerció la temporada 21/22. Entonces fue responsable de crear y gestionar el área de Salud y Rendimiento; y ahora llegó como gerente global de fútbol. Pasó a ser la sombra de Pezzolano y el enlace entre departamentos. Y su rol ha ido creciendo, hasta el punto de hablar ya como representante del club en varias parcelas. El brasileño, que jugó al fútbol hasta la etapa juvenil y que fue judoca y luchador de jiu-jitsu, es amigo de Ronaldo Nazário desde que en 2008 le ayudase a recuperarse de una de sus lesiones. 

¿Qué significa gerente global de fútbol del grupo en el Real Valladolid? Sobre todo una vez que en el grupo ya no está el Cruzeiro.

Ya deberíamos cambiarlo a gerente global del Real Valladolid (bromea entre risas). Significa ser la mano derecha a la Dirección Deportiva. Hay muchos departamentos a controlar, flujo de información, alineamientos que tenemos que hacer desde las áreas de rendimiento, logística, administración, comunicación, técnica... Mi formación específica es el área de fisioterapia, preparación física, pero tengo la licencia de entrenador; y la parte de gerencia ya la hacía antes con los otros departamentos. Y eso me daba la acreditación para ser esa persona, mano derecha a la Dirección Deportiva. Conozco la manera cómo trabaja el entrenador, los jugadores, los empleados... y eso me adelantó el proceso. 

¿Por qué regresó? 

Regreso, primero, porque creía que era posible sacar esto adelante. Mi primera etapa fue espectacular, consiguiendo ascender a Primera. La segunda razón, no menos importante, era la necesidad del club de tener una persona que podría aportar dentro de este área. Existía un análisis que decía que debía haber una persona para ayudar a Domingo. El momento que vivía el Real Valladolid era de un poco de inestabilidad, mucho más de afuera para dentro que de dentro para afuera. Y esta figura podía traer un poco de credibilidad, pidiendo a la gente un poco de paciencia porque las cosas que se estaban haciendo dentro iban a surtir efecto, subiendo a Primera. Creía mucho en la metodología de trabajo de Paulo Pezzolano, sigo creyendo y el club sigue creyendo, que es lo que necesita el Real Valladolid. 

Con el ascenso hubo dudas de la continuidad de Pezzolano. ¿Las hubo en el club?

No, no. Siempre tratamos las cosas de manera muy clara. La pregunta era si Paulo tenía las condiciones de sacar esto adelante. Y él siempre ha dicho que sí y que no le importaba si tenía que soportar todas las críticas.

¿Y no hay miedo a esas críticas de nuevo desde el primer momento?

Hay confianza en él y eso le da tranquilidad. Ya vivimos esto en otros momentos juntos. La expectativa que tenía la gente de Cruzeiro también era como en Valladolid, clubes grandes que estaban en Segunda. Y no arrancamos muy bien pero terminamos de manera espectacular. Ahora, con el tiempo, la afición tal vez vaya cambiando su análisis y entenderá ese voto de confianza, mejorando el ambiente dentro del estadio.

El objetivo es la permanencia y... ¿recuperar la comunión afición-entrenador?

Y la mejor manera de conseguirlo es el trabajo. Podemos pedir a la afición reuniones y comunión, pero si dentro de la cancha los resultados no llegan o no hay identificación con su equipo, eso se puede generar otra vez. La realidad es que tal vez tengamos más derrotas que victorias, pero es un reto conseguir el número de victorias para mantenernos en Primera. Luego, ¿lo de jugar bonito o bien? A Pezzolano le encanta jugar bonito, pero si me preguntas a mí qué prefiero... si jugar bien me da más puntos, prefiero ser eficiente. Pero si podemos jugar bonito, vamos a hacerlo. Trabajamos para esto. Por eso pedimos un voto de confianza a la gente porque la energía de la cancha se traslada al equipo. Y lo sé porque viví parte de mi carrera dentro. Y esa energía también afecta a los rivales. 

¿Cómo ha visto estos días al míster?

No hemos dejado de hablar en las vacaciones, de la mejoría de las instalaciones, hablando de jugadores... pero la energía que Pablo tiene contagia a todos, jugadores incluidos. Para mí esto es una fortaleza que tiene el Real Valladolid. No puedo decir nombres, pero puedo confirmar que algunos jugadores han venido por esta expectativa del trabajo más sólido y de exigencia, comparado con otras realidades. No tenemos la ventaja del presupuesto, pero sí de un proyecto sólido desde el punto de vista de que vamos a pelear y ser competitivos.

¿Va a haber ventas?

Estamos abiertos a propuestas, como todos los clubes. Pensando como un negocio y como área deportiva, todo se pone en la mesa y se analiza de manera detallada.  

Nadie duda de que usted es un hombre de confianza de Ronaldo Nazário. Hay cierta inquietud en Valladolid sobre la posible venta del club tras reconocer que tenía tres ofertas. ¿Va a vender?

Lo que puedo decir es que no hay una necesidad. Me gusta reflexionar sobre el tema porque tal vez el contexto te abra un poco la mente y saber de qué situación estamos hablando. 

Necesidad no hay. Eso está claro. Y de las ofertas que sí aparecieron, hasta el momento nada se concretó. ¿Por qué? No es un tema solo económico. Es un tema de responsabilidad que Ronaldo tiene con el club y con la ciudad, con el legado que es dejar al club en la mejor situación para que mañana uno que venga entienda lo que estamos hablando. Y que sea una propuesta que tenga sentido desde el punto de negocio. Y que sea un proyecto de continuidad sobre lo que estás haciendo, porque este club no tiene nada que ver con el club de hace 8 años. No me gusta hacer comparaciones, pero es la sensación que tengo. Si el Real Valladolid estuviera en Segunda esta temporada, el Real Valladolid no dejaría de existir. Lo que queremos es crecer cada año un poco más. Y en mi caso no he venido a un proyecto a corto plazo, si no a medio o largo plazo. Si todo esto se une y hay una propuesta muy buena, que se concrete, Ronaldo mirará; pero en este momento no hay ninguna necesidad de vender el Real Valladolid.

¿Ronaldo se sentará el día del Espanyol en el palco como presidente del Real Valladolid?

Espero que sí, ojalá que sí. Yo voy a estar. Si me nombras como hombre de confianza, creo que sí. Pero quiero que la afición sepa que hay gente cuidando de su patrimonio, del club.

¿Qué le comenta sobre el club?

Que el mercado no para, que las posibilidades de puerta para afuera son verdad, pero que seguimos con la orientación que teníamos antes, traer el mejor nivel a Valladolid en todos los sentidos.