El Antequera GP es un especie de continuación del bar Antequera, ubicado en el Pinar. Aunque ambos convivieron varios años, el cierre el pasado marzo del segundo hizo que todos los esfuerzos de la familia García Prieto se centraran en el primero. En breve volverán a coexistir –está previsto que el bar del Pinar abra en dos meses– y contarán con otro local más, de copas y ocio en la misma zona. Pero esa es otra historia. La de hoy habla de un restaurante ubicado en el polígono de Argales, especializado en tortillas de patatas, en las tablas mixtas (heredadas del otro negocio) y en cocina casera; y de un negocio familiar, con padres e hijos involucrados en él.
«Abrimos en febrero de 2021, así que vamos ya para los 4 años», recuerda Yoana Prieto, cocinera y alma máter del local, que explica cómo encontró el lugar: «Pasaba por aquí siempre que íbamos a comprar al Makro y era una esquina que sabía que tenía muchas posibilidades». Allí había estado una tienda de sofás y luego un bar, que había pasado por varias manos sin llegar a triunfar. Yoana añade que cerca de la zona donde se encuentran, en la calle Bronce, están las sedes de Fasa, Auvasa, Roca y Signify (la anterior Philips), además de dos colegios, Sagrada Familia y Dominicos, de ahí su visión de negocio.
Así que se hicieron con él. Ella junto a su marido, Óscar García; y sus hijos, Óscar y Raúl. Entre los cuatro, con la ayuda de dos cocineras, Silvia y Flor, se encargan del Antequera GP (nombre al que le pusieron el GP por sus apellidos, García Prieto).
La hostelería no les es desconocida. Al revés. Sobre todo para Yoana: «Llevo en este mundo desde que tengo uso de razón». De Puente Duero, comenzó a trabajar en el 'Wences', negocio también familiar, de sus padres Wenceslao Prieto y Mauricia Fernández. Allí aprendió de la mano de su madre los secretos de la cocina tradicional, «la de casa, la de toda la vida», destacando los guisos, entre ellos los caracoles.
«Tenemos las mejores tortillas del polígono de Argales e incluso de algún sitio más», comenta segura Yoana. Tienen tres, la de cebolla, la de chorizo y la de jamón york. Hacen 17 al día y a última hora del mediodía algún cliente todavía tiene tiempo de 'catarla' a modo de tapa con la bebida.
El local abre a las siete y media de la mañana y cierra sobre las seis de la tarde. De lunes a domingo pese a ser un bar-restaurante de polígono: «Tenemos a muchos clientes del Antequera que nos vienen los fines de semana». Aunque a Yoana le gustaría abrir también las noches, el resto de la familia, por el momento, gana y mantienen ese horario.
Con una capacidad para unos 60 comensales, para el día a día tienen un menú con siete primeros y siete segundos. Con postre, bebida y café cuesta 13,5 euros. Siempre tienen cinco fijos (con setas con lacón, ensaladilla rusa, ensalada Antequera templada, champiñones con jijas y revueltos de primeros; y callos, pincho moruno, oreja, oreja rebozada a la plancha y bistec de segundos) y varían otros dos, los de cuchara o guisos; o los pescados o carnes. Los fines de semana también tienen un menú, aunque especial, por 25 euros, con un entrante, cuatro primeros y cuatro segundos, con lechazo al horno o carrilleras al vino tinto como destacados.
En su carta siempre hay raciones, tapas, las patatas Antequera, cocidas, con pimentón y una salsa maestra; y la especialidad de la casa, las tablas mixtas, «con 19 cosas diferentes», ensalada de la huerta, tomate, lacón con pimientos, bolas de atún, langostinos plancha, pincho moruno, chuletillas de lechazo, calamares, setas, champiñones, chorizo ibérico, morcilla de Burgos, aros de cebolla, pescadito, chipirones, alitas de pollo, solomillo ibérico, pimientos del padrón y patatas fritas; por 17,5 euros por persona, que llevan con los García Prieto desde 2001.
Alumnos y profesores de los colegios cercanos, trabajadores de las empresas colindantes y clientes y amigos del bar Antequera ahora copan el Antequera GP.