La Policía Municipal ha denunciado a cuatro bares de la capital que ofrecían música en directo sin tener licencia en los dos primeros meses del año. Esta infracción está calificada como muy grave según la Ley de Espectáculos Públicos de la Junta de Castilla y León.
Estas actas se trasladarán a la Delegación Territorial de la Junta para su posterior tramitación, y pueden acarrear, según aparece reflejado en dicha ley, multas de entre 30.001 euros y 600.000 euros; además de la suspensión o prohibición de la actividad por un tiempo máximo de tres años; la clausura del establecimiento por el mismo tiempo; la imposibilidad de organización de espectáculos públicos y actividades recreativas del mismo tipo también por un máximo de tres años o la incautación de los instrumentos, efectos o animales utilizados.
Estas inspecciones de la Policía y el miedo de los empresarios a las elevadas sanciones han generado alarma en el sector, aunque la Policía Municipal matiza que este tipo de actuaciones «se realizan habitualmente desde hace muchos años».
«Son inspecciones rutinarias. Antes eran más habituales las sanciones por venta de bebida a menores y ahora son más habituales estas porque se han puesto de moda los monólogos y los conciertos», aseguran fuentes de la Policía Municipal consultadas por El Día de Valladolid.
Esas mismas fuentes confirman que «sólo las salas de fiestas pueden tener conciertos o música en directo, mientras los establecimientos con licencia de café-teatro pueden tener monólogos». Según la normativa regional, el resto de los bares debe pedir licencia para cualquier actuación en directo, y se «advierte» de que debe ser con la «suficiente antelación para que se pueda realizar la labor inspectora» y autorizar o no el evento.
Aunque parece, según fuentes municipales, que «en el 90 por ciento de las ocasiones ni se preocupan de solicitarla, aunque los empresarios del sector conocen la normativa».
Entre los bares denunciados en la capital está el Café Teatro, en la calle Cánovas del Castillo. «Nosotros hemos programado música en directo durante 13 años y ahora debido a ciertos formalismos dicen que no podemos», aseguran en un comunicado que han colgado en su perfil en varias redes sociales.
«Ahora mismo estamos buscando una solución para este problema pero no sabemos si será factible mañana, dentro de un mes o nunca...debido a esto nos vemos obligados a suspender toda la programación hasta nuevo aviso», continúa la nota.
De hecho, ayer por la tarde desde el establecimiento anunciaron que algunos de los conciertos programados en la sala están buscando reubicación. Así, la actuación programada de Georgina se pasa a The Boss en la calle María de Molina.
El Café Teatro, según fuentes municipales tiene licencia de bar. Según la inspección de la Policía con esta licencia «no debería tener conciertos, ni música de ambiente porque no tiene limitador», con lo que se enfrenta también a una infracción de la Ordenanza Municipal de Protección del Medio Ambiente, calificada de grave. La multa en este caso oscila entre los 12.000 euros y los 300.000 euros como máximo.
DOVER. Otro local que también ha suspendido sus conciertos es la Sala Bitácora, en Parquesol. Allí estaba programado, por ejemplo, un concierto de Dover, pero según la web del grupo el promotor del concierto les alertó de que «la Policía Municipal se había personado en la sala para advertir que no iban a permitir que realizamos el concierto».
El grupo madrileño asegura que se debe a algunos problemas «burocráticos» con la licencia entre la sala y el Ayuntamiento. Incluso, confirman que ellos mismos realizaron numerosas llamadas telefónicas a la correspondiente Concejalía para intentar solucionar el problema, «pero sólo recibimos una respuesta negativa».
Este concierto se trasladará una hora más tarde de lo anunciado a la sala My way, en la avenida de Salamanca.
La sala Bitácora también ha suspendido el concierto que tenía programado de Sex Museum. Además, en un comunicado asegura que ha realizado «un tremendo esfuerzo económico y humano para poder reunir todas las condiciones técnicas y que los conciertos puedan realizarse con éxito». Incluso advierten de que «algunos individuos están destrozando la escena musical» de la ciudad y califica la situación de «persecución desleal».
Otro local de la capital que también fue inspeccionado por la Policía Municipal es el Tío Molonio, en la calle Alamillos, y ha sido denunciado por albergar conciertos en directo cuando «sólo tienen licencia de bar».