Valladolid supera el primer mes de estado de alarma por la pandemia del coronavirus con una nómina de cerca de diez mil afectados, de los que hay más de tres mil confirmados. La cifra de nuevos positivos crece ahora a un ritmo superior al millar semanal, el doble que antes de la llegada de los cerca de 14.000 test rápidos de punción de sangre y de que se instalase en el Río Hortega el sistema ‘Covid-Car’ habilitado para recabar hasta 1.400 muestras nasofaríngeas diarias, con las que hacer las ya famosas PCR en un robot. Todo ello contribuye a dibujar un panorama mucho más próximo a la realidad, peinando las residencias de ancianos de la provincia (ya se han hecho test en dos terceras partes y en casi todas las que tenían casos), así como los centros sanitarios y hospitales, donde, poco a poco, se van conociendo las estadísticas de profesionales afectados, cerca de 400 en Valladolid, tras duplicarse las pruebas y triplicarse las altas en la última semana.
Pero el continuo incremento de los contagios confirmados no debe empañar la evolución positiva de otro tipo de indicadores como el relativo a la presión asistencial hospitalaria, en continuo descenso desde hace dos semanas, donde se han reducido en más de un tercio los pacientes Covid ingresados en planta y en una quinta parte, los críticos. A pesar de ello las dos UCI continúan sobredimensionadas y asumiendo hasta el quíntuple de pacientes críticos de su capacidad, como en el caso del Clínico.
MÁS TEST, MÁS POSITIVOS
Los datos deben interpretarse en clave optimista, por tanto, pese a que las cifras de positivos sigan creciendo en Valladolid, a un ritmo superior al del resto de Castilla y León. La explicación la viene repitiendo los últimos días la propia consejera de Sanidad: «Va a haber nuevos casos de positivos a diario por la cantidad de test que se están haciendo ahora, sobre todo en residencias». Verónica Casado tiene claro el escenario y que todavía es pronto para comenzar la famosa ‘desescalada’ en la región, algo que volvió a reiterar este jueves el vicepresidente Francisco Igea, quien avanzó que su criterio –está en el comité creado por el Gobierno– para acabar con el confinamiento pasaría por abrir las zonas tras días (entre siete y catorce) sin positivos.
Realización del test Covid-19 desde el coche en el hospital Río Hortega - Foto: Leticia Pérez / ICALEn Valladolid, según los datos que ha empezado a publicar este viernes la Consejería, ya se han llevado a cabo 2.876 test (de los de punción de sangre, destinados a conocer la seroprevalencia del virus, es decir, para verificar si una persona está o ha estado contagiada), con solo 69 positivos; y 18.378 pruebas PCR (la que determina si hay Covid en ese momento), con 4.812 positivos (una persona puede dar varios positivos, al repetirse las pruebas); de estas PCR hay dos tipos, las automatizadas del robot del Río Hortega y las que se efectúan manualmente en los laboratorios de Microbiología del Clínico y el propio HURH.
Pero más allá de los contagios que van confirmando las pruebas y que van acercando las cifras a esa realidad de los diez mil afectados que maneja Atención Primaria, el mejor indicativo de que la situación está mejorando se encuentra en los dos hospitales, en donde ya se está logrando doblegar la curva de los ingresados, pasando de los casi 600 enfermos que había a finales de marzo (498 en planta y 89 en UCI) a los 293 actuales, gracias a que «las altas en planta son superiores a los ingresos», tal como explica la propia consejera. En las últimas dos semanas, las altas hospitalarias se han acelerado, a un ritmo diario que ronda el medio centenar y que ha logrado duplicar las cifras hasta llevarlas al millar de (teóricos) curados. Así, el número de pacientes Covid-19 ingresados se ha reducido (desde el 6 de abril) a la mitad.
A pesar de estos buenos datos, Verónica Casado recuerda que las cosas en los dos hospitales todavía están muy lejos de la normalidad y el mejor ejemplo es lo que ocurre con las zonas de críticos, donde «la ocupación en UCI es muy superior a su capacidad funcional».