Fotos de ultras llevaron hasta el autor del puñetazo mortal

F.L.D.-I.E. / (Diario de Burgos)
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En su labor callada de control a los radicales del fútbol, la Policía Nacional tenía 'fichados' a varios amigos de Mancebos, el colectivo juvenil con el que simpatizaba el agresor de Sergio Delgado en la plaza Huerto del Rey

Un coche de la Policía Local patrullando por Huerto del Rey.

La Policía Nacional identificó y arrestó en tiempo récord al joven burgalés que asestó un puñetazo letal al vallisoletano Sergio Delgado, que falleció en la plaza de La Flora en la madrugada del sábado. Sin embargo, la investigación no era a priori nada sencilla. El estado de embriaguez de la mayoría de los testigos, la desmemoria calculada de otros pocos y la ausencia de una grabación que registrara la agresión obligó a la Comisaría a hilar muy fino para dar con el homicida. Y lo hizo.

Para ello resultó fundamental la labor callada que realiza la Brigada de Información en cumplimiento de la Ley contra la Violencia en el Deporte. Sus efectivos son los encargados, entre otros cometidos, de realizar un férreo seguimiento de los grupos radicales que se mueven en torno al fútbol.  Entre ellos figura Mancebos BCF, un colectivo juvenil cercano a Resaca Castellana -de 'filosofía' antifascista- con el que simpatizaba J.L.N.I., varón burgalés del barrio de Gamonal que fue detenido por la muerte de Sergio Delgado. 

Pues bien, la Comisaría ya tenía identificados y 'fichados' a muchos de esos chavales de Mancebos BCF y estaban en el punto de mira de la Brigada de Información, sobre todo después de que en abril de 2022, en la previa del partido contra el Sporting de Gijón, les incautaran barras de hierro, cables de acero, puños americanos y bengalas.

La posesión de todos estos datos fue clave en la investigación. Cuando en la tarde del sábado la autopsia reveló que la víctima había recibido un «fortísimo puñetazo» en el rostro que la causó la muerte de manera prácticamente instantánea, la Brigada de Policía Judicial reactivó la toma de declaración a los testigos que filiaron por la mañana las patrullas de Seguridad Ciudadana, los Zetas. En las múltiples conversaciones que los investigadores mantuvieron con personas que se hallaban en La Flora en el momento del suceso, las 5 de la madrugada del sábado, terminaron por obtener una información muy valiosa: que el último local en el que había estado la víctima y su grupo de amigos había sido el Madame Kalalú y, lo más importante, que habían coincidido con un grupo de jóvenes a quienes algunos testigos identificaron como pertenecientes o simpatizantes de Mancebos BCF.

Al mostrarles las fotografías de algunos de ellos tomadas en las labores de control de grupos radicales y en el operativo del día del partido contra el Sporting, los reconocieron (...).

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