El Real Valladolid no estará en la siguiente ronda de la Copa del Rey porque no estuvo acertado en el Stage Front Stadium. Ni en ataque, con ocasiones suficientes para haber marcado más de un gol. Ni en defensa, muy blando en las contras de su rival, un Espanyol más listo y que deja apeado del torneo copero al cuadro blanquivioleta con un 3-1 engañoso en el marcador pero no en lo que diferenció a ambos, el acierto.
El inicio del encuentro fue esperanzador para el Pucela. El primero que lo intentó fue el perdonado Joni Montiel, con un disparo duro pero desviado antes de que se cumpliese el minuto 1. El madrileño fue una de las novedades de Pezzolano, que cambió todo el equipo inicial salvo a Escudero, el único que repitió respecto al once ante el Levante.
El Pucela salió con ganas. No solo de tener el balón. Y encerró en los primeros instantes al Espanyol, llegando con peligro por medio de Cedric y Montiel, con combinaciones rápidas y eléctricas al primer toque. De hecho, el punta del Promesas rozó el 0-1 en el minuto 7, en un buen centro de Tunde al que no pudo llegar por poco su compañero.
Aunque el que la tuvo más clara fue Gustavo Henrique. El central no aprovechó un preciso centro de Joni Montiel de falta en el minuto 12. O mejor dicho, no remató con fe cuando estaba solo en el centro del área pequeña. Su cabezazo salió un poco centrado e hizo que el portero local pudiese reaccionar para despejar el cuero en dos tiempos.
El Real Valladolid merecia ir por delante. Por juego y ocasiones. De hecho, Joan García salvó otra en el 18, evitando que Cedric se plantase solo ante él. La puesta en escena de los de Pezzolano estaba siendo casi perfecta. Solo faltaba el gol.
Pero el fútbol no entiende de merecimientos. Y sí de acierto. Porque en un mal pase de Malsa, el Espanyol montó una rápida contra para que Jofre se plantase ante Quintana, le hiciese recular para batir de chut raso al primer palo a un John Vctor inédito hasta ese momento. Era el minuto 23. Demasiado fácil.
Aun así, el gol no pareció descomponer a los pucelanos, que siguieron dominando y llegando a la portería contraria. Pero de nuevo sin acierto. Cedric no pudo rematar otro buen centro de Tunde y Montiel mandó fuera uno de sus lanzamientos lejanos. Todo al filo de la media hora de juego. El decorado no cambió hasta el descanso, con llegadas por ambas bandas pero sin buenos centros para la referencia atacante.
Lo contrario que en el otro bando. El Espanyol no había salido de su campo desde el gol hasta que en el 43 Salvi encontró una autopista en la banda derecha, tras un intento flojo de corte de Escudero. El extremo local puso un centro medido, que Jofre, solo, en el otro lado, remachó con violencia para hacer el 2-0.
Como diría alguno, el fútbol es así. El Real Valladolid mandó y tuvo las ocasiones, pero el Espanyol se fue al descanso con dos llegadas y un 2-0 a su favor. Y como muestra la clara oportunidad de Cedric ya en el tiempo añadido. Le robó el cuero a Cabrera, se plantó en el mano a mano ante el portero del Espanyol pero cruzó en exceso, mandado el cuero fuera. Lo dicho, cuestión de acierto.
Y de la misma forma comenzó la segunda parte. A los 5 minutos, el Pucela ya vio cómo Joan García evitaba el 2-1, en un rechazo de Keidi Bare hacia su portería con Montiel al acecho, y su despeje no conseguía rematar Cedric por la anticipación de Cabrera. Volvía a repetirse lo de la primera mitad.
De hecho, el Espanyol hasta se sentía cómodo siendo dominado. Para luego salir en contras buscando finiquitar la eliminatoria.
Pezzolano movió pronto el banquillo. Más por el tema de cargas y minutos, dando entrada a Torres por Escudero en el minuto 62. Sin Garri, era la única forma de dar descanso al hoy capitán. Y el encuentro entró en una fase sin ritmo, con el Pucela empezando a entregar la cuchara y el Espanyol cada vez más tranquilo. Los cambios ayudaron a ello.
Así que el técnico uruguayo decidió buscar otras alternativas, metiendo a Anuar por Malsa y haciendo debutar a Salazar por Cedric. Quedaban unos 20 minutos. Y tampoco parecía pasar mucho. Alguna llegada de Tunde por banda izquierda, sin rematador a sus centros. Pero, lo que son las cosas, en una de esas del extremo, físicamente superior, su pase sí encontró rematador en el recién llegado Salazar. Controló, la pegó y tuvo la suerte de que el balón golpease en el defensa Ramón para entrar mansamente en la portería. Era el 2-1 en el 82.
Así que Pezzolano decidió meter a Iván Sanchez y Moro por Meseguer y Tunde, a ver qué ocurría. Tuvo el empate el Pucela en una falta lanzada por Joni Montiel, a la que respondió con seguridad Joan García. Era el 90. Un gol mandaba el partido a la prórroga.
Pero no hubo tiempo para ello. El desenlace hizo de resumen del partido. Con un córner a favor del Pucela, con John Victor subiendo a rematar. Saque en corto, centro flojo de Montiel y contra del rival, con fuera de juego posicional claro, no señalado, y gol de Puado, con David Torres haciendo de improvisado portero, para el 3-1. Lo peor, además de la eliminación, la roja a Kenedy por protestar en el banquillo.
Ficha técnica:
3-Espanyol: Joan García; Óscar Gil (El Hilali, min.66), Sergi Gómez, Cabrera, Ramon Ramos; Keidi Bare, Pol Lozano (Gragera, min.65), Salvi Sánchez, Jofre (Puado, min.66); Omar Sadik (Braithwaite, min.74) y Keita Baldé (Aguado, min.88).
1- Real Valladolid: John Víctor; Rosa, Gustavo, Quintana, Escudero (Torres, min.62); Malsa (Anuar, min.71), De la Hoz, Tunde (Moro, min.84), Joni Montiel, Meseguer (Iván Sánchez, min.84); Cédric (Salazar, min.71).
Goles: 1-0, min.23: Jofre Carreras; 2-0, min.43: Jofre Carreras; 2-1, min.82: Salazar; 3-1, min.96: Puado.
Árbitro: Lax Franco (comité murciano). Expulsó a Kenedy (min.97). Amonestó a los entrenadores Ramis (min.83) y Mezzolano (min.83) y a los futbolistas Tunde (min.9), Ramon Ramos (min.93) e Iván Sánchez (min.95).
Incidencias: partido correspondiente a la segunda ronda de la Copa del Rey disputado en el Stage Front Stadium ante 15.464 espectadores.