La fase de grupos es, año tras año, una especie de banco de pruebas para los 'grandes'. Algunos 'prueban demasiado', como le sucedió al Manchester United por su torpeza (o la de Onana) y, por otros motivos (estaba encuadrado en el 'grupo de la muerte') al Milan. Casi todos pasan sin rasguños. Y entonces, se dan de bruces con la realidad: hasta diciembre se juega 'eso' que la UEFA inventó para lucrarse y desde febrero se juega la Copa de Europa de siempre. Y los clubes acuden a la fase KO con el miedo metido en el cuerpo. Que solo dos combinados de los 16 en liza marcasen más de un tanto (City y PSG) habla de un fútbol paralizado por las circunstancias. Ese pánico al error es lo que convierte este torneo en algo tan especial; quizás menos atractivo, pero increíblemente más emocionante.
'No-gol'
En el 'reparto' que hace la UEFA, los octavos se dividen en dos semanas que diluyen en agua lo que sucedió hace dos martes. Todavía a día de hoy, por ejemplo, se busca una explicación convincente al 'no-gol' de Sesko ante el Real Madrid. Lunin es tocado por un tipo que estaba en fuera de juego… a tres metros de donde iba el balón que fue rematado a las redes. Una interpretación del reglamento maravillosa para los intereses del fútbol español (sin ella ninguno de los tres habría ganado en la ida) pero perjudicial para los del fútbol en general: si nos quedamos sin dianas por esa nimiedad, cualquier excusa, por ridícula que parezca, valdrá para anularlos.
Sin tirar a puerta
El Viejo Continente tiene su lógica y su caos. De lo primero, extraemos que el Madrid siempre llegará a las finales; de lo segundo, como acaba de suceder, que dos de los equipos con mejor ratio de gol por partido de Europa ni siquiera tirasen a puerta. El Bayern de Múnich, el que más de las cinco grandes, ha anotado 61 tantos en 22 jornadas de la Bundesliga con 429 disparos (19,5 por partido para 2,7 goles)… y fue incapaz de darle trabajo a Provedel, portero de la Lazio, que aprovechó una torpeza de Upamecano para ganar de penalti. El Arsenal, segundo máximo realizador de la Premier (58 tantos frente a los 63 del Liverpool) dispara 6,3 veces a puerta por partido en Inglaterra… y fue incapaz de inquietar a Diogo Costa en Oporto. Dos favoritos que fallaron y que se llevan un resultado muy peligroso para la vuelta.
Otra vez el Barça...
El Barça volvió a jugar el mismo partido de toda la temporada: dominio, campeones del 'big data', superioridad técnica e incluso táctica, ocasiones falladas, portero rival que se viene arriba y gol en contra en el primer disparo a puerta. Lo hizo el Nápoles, pero durante este curso le ha sucedido ante Granada, Villarreal, Betis, Girona, Real Madrid, Athletic… Concede pocos tiros entre los tres palos, pero le hacen mucho daño. Es el tercero que menos 'chuts' concede de LaLiga (271) y le han hecho ya 34 tantos, 18 más que el Real Madrid, por ejemplo. La sensación de que es fácil herir al Barcelona con muy poco se traslada a Europa, y eso que poco o nada queda de aquel majestuoso Nápoles de la 22/23.
El duelo
El 'planeta-fútbol' se quedó huérfano del mejor duelo individual de la historia (Messi-Cristiano) y busca algo parecido desesperadamente. En la actualidad se medirá todo lo que hagan Mbappé y Haaland y lo pondrán sobre una balanza en una de esas comparaciones pestosas e inservibles que no valen para nada, pero alimentan debates y muchas horas de programación. Marcó el francés para lamento de la Real Sociedad y erró varias el noruego, que dejó una de las fotos de la jornada con un remate (con el pie) a 2,34 metros.