Haber acogido casi setenta Semanas Internacionales de Cine (Seminci), estar declarada por la Unesco como Ciudad Creativa de Cine y ser el hogar de célebres artistas como Concha Velasco o Lola Herrera ayudaron en la elección de Valladolid como sede de la 38 edición de los Premios Goya, pero también la "insistencia", confesada por la propia Academia, del entonces alcalde de la ciudad, Óscar Puente.
Y la tarea no era sencilla pues consistía en convertir a Valladolid en la sexta ciudad de España en albergar esta gala, después de Madrid (31 ediciones), Barcelona (en el año 2000), Sevilla (en 2019 y 2023), Málaga (en 2020 y 2022) y Valencia (en 2021).
La candidatura de Valladolid tomó forma hace menos de un año, cuando Puente viajó a Sevilla, sede en 2023 de los premios del cine español, con el propósito de que la ciudad del Pisuerga acogiera la próxima gala de los Goya. Y de allí volvió convencido de que esa posibilidad era "muy real", como él mismo declaró.
Pero la idea ya rondaba en la cabeza de Puente -que hizo sus pinitos como actor cuando era joven- desde que tomó posesión como alcalde en 2015, es decir, más de siete años de maduración de un proyecto que se enmarcaba dentro del plan del nuevo Gobierno de la ciudad de proyectar Valladolid como una "ciudad de primera", explican a EFE fuentes del anterior equipo del alcalde.
Sin embargo, no fue hasta el segundo mandato, a partir de 2019, cuando este sueño empezó a convertirse en realidad tras la designación ese mismo año de Valladolid como Ciudad Creativa de Cine por la Unesco, que dio un empujón a una idea que hasta entonces estaba sustentada en el bagaje de las casi 70 ediciones de la Semana Internacional de Cine (Seminci) de Valladolid.
Las reuniones en Sevilla, claves
Si en algo coinciden los implicados en esta decisión, la Academia de Cine y el anterior equipo de Gobierno en la ciudad, es que las reuniones que se produjeron en Sevilla en el marco de la celebración de los Goya del año pasado fueron determinantes para la elección de Valladolid como sede de la presente edición.
El mismo día en que se dio a conocer la elección de Valladolid, el presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, afirmó que si la ciudad iba a albergar la gala era, además de por ser una ciudad "idónea", por el "ímpetu" de su alcalde.
"Ha pesado mucho su insistencia y que era el proyecto más trabajado. Está bien dar el salto a otra zona del país. Valladolid recibe algo que conoce, el cine", manifestó entonces Méndez-Leite.
Y fue este un fallo que llegó después de que un equipo liderado por el propio Puente, su número dos en el ayuntamiento, la ahora ministra de Igualdad, Ana Redondo, y varios técnicos defendieran esta propuesta en Sevilla, que luego se concretó en sendas reuniones en Madrid y Valladolid.
El principal obstáculo: la infraestructura
De un lado de la balanza pendía la Seminci y la designación de la Unesco; del otro, la complejidad de albergar la gala sin una infraestructura previa. Sin embargo, tras varias jornadas de propuestas, la balanza se decantó por el 'sí' gracias a la fórmula que encontró el ayuntamiento, a propuesta de la Academia de Cine, de "crear" un auditorio dentro de un recinto ferial.
Una propuesta que siguió el ejemplo de IFEMA en Madrid cuando acoge esta misma gala, ya que solo Sevilla cuenta con un auditorio capaz de albergar a más de 3.000 personas y del que Valladolid carece.
Una infraestructura transitoria que el ayuntamiento también planeó que se utilizara para albergar "dos grandes conciertos" después de la gala para "amortizar la inversión y aprovechar el espacio", aunque estos finalmente no salieron adelante, explican las mismas fuentes.
La gestión de la gala por un nuevo equipo de Gobierno
Tras más de siete años desde la idea inicial, cuatro de planificación y semanas de intenso trabajo, Valladolid consiguió que la Academia de Cine designara a la ciudad como sede de la 38 edición de los Goya. Pero la celebración de las elecciones municipales y el cambio de color en el Consistorio vallisoletano iba a impedir a Puente disfrutar de la gala como alcalde de la ciudad.
Y es que, con la llegada del nuevo equipo, tras el pacto entre PP y Vox, vino también una reestructuración de las concejalías y las áreas de Gobierno a fin de clarificar sobre cuál de las dos formaciones iba a recaer el peso de organizar dos eventos culturales de primer orden: la edición anual de la Seminci y estos premios Goya.
Para ello, el alcalde, Jesús Julio Carnero (PP), acordó la disgregación, no sin polémica, de varias atribuciones del área de Cultura, hasta entonces competente en este tipo de eventos y que gestiona Vox, con la creación de nuevo cuño de la Concejalía de Turismo, Eventos y Marca Ciudad, en manos del PP.
Desde entonces, el actual equipo ha repetido en numerosas ocasiones que los Goya no son ni de Óscar Puente ni de Jesús Julio Carnero, sino de Valladolid, una ciudad de película que acogerá el próximo sábado, 10 de febrero, "la mejor gala de la historia de los Goya", como expresó en una entrevista con EFE el actual alcalde, Jesús Julio Carnero.