Allá van unos datos, que por aquí gustan bastante, a modo de aperitivo. El negocio en sí lleva abierto desde 2000, aunque en su actual ubicación en Covaresa subió la verja por primera vez en 2010. Es un restaurante llamado 360 grados, es decir abre desde los desayunos hasta las cenas todos los días de la semana. Oferta un guiso diario, de lunes a jueves, por 8 euros; y un cocido, los viernes, por 17. El nombre de este último ya es una pista, cocido puñetero.
«Heredamos el nombre y el logo, que tiene un cactus, por lo de mexicano, y una vaca, por lo de tex. Así que a la empresa la llamamos La Puñeta Tex Mex y Max», recuerda Carlos García, más conocido como Charly o CharlySotabanco. Él se encarga hoy en día de un negocio que abrió sus puertas en 2000 en la calle Santa María: «Éramos de la hostelería de noche y queríamos pasarnos al día. La Puñeta la abrieron primero dos socios y al año y medio lo cogimos otros tres». Charly comenzó a trabajar en este sector en la zona de fiesta conocida como El Cuadro, para empezar con sus propios negocios en el Sotabanco: «Fue el primero». Luego llegaron el Molly Malone, el Recoletos, Bagur...
La Puñeta trabajaba, sobre todo, la gastronomía mexicana y las buenas carnes en su local del centro: «Allí la clientela era un 80% de paso y un 20% habituales. Aquí es diferente, la mayoría son habituales, de la zona». Por eso, cuando abrieron en 2010 en la plaza Castilla y León, 3 –mantuvieron los dos restaurantes hasta que en 2016 cerraron el de la calle Santa María–, cambiaron un poco su apuesta culinaria. «Seguimos siendo un mexicano pero con más cosas. Es verdad que somos un poco popurrí. Si viniera Chicote lo primero que diría es 'vaya carta más grande'», bromea Charly.
Nachos puñeteros en La Puñeta.Esa carta cuenta con siete ensaladas; con ocho entradas, donde destacan los nachos puñeteros –«el guiso de carne es lo más importante, además de la calidad del producto»– o los platos llamados 'La Puñeta' o Juárez «para probar varios platos»–; las carnes, con el chuletón de vaca vieja; o las hamburguesas –«aunque no somos una hamburguesería están de muerte». «Todo lo que hacemos es casero, hasta las salsas», apunta Charly sobre la cocina, de la que se encargan desde hace años Cecilia, Isabel y Leidy.
Y dentro de ese nombre de Tex Mex y Max han entrado otros platos en la carta, como la tortilla de bacalao, las rabas, los torreznos de Soria, el rabo de toro... y un guiso diario: «Hay muchos trabajadores de la zona que no quieren comer tanto o quieren hacerlo más rápido». Así, los lunes hay patatas con costilla; los martes, potaje de bacalao; los miércoles, alubias con chorizo; y los jueves, patatas a la importancia con almejas y langostinos. Los viernes es el día del cocido, que suele estar lleno con bastante antelación.
Y eso que cuenta con un comedor para unos 60 comensales y una terraza para otros 80 que, debido a su orientación, está casi todos los días muy concurrida.
«Sabemos lo que quiere la gente en cada local, desde el que busca una copa a las 6 de la mañana o el que quiere comer, como el presidente de la Junta, al mediodía. Son ya 40 años en la hostelería», añade el alma máter de La Puñeta y de otros muchos establecimientos hosteleros de la ciudad.
Abren a las nueve de la mañana y cierran por la noche, aunque la cocina está operativa solo en los horarios de desayuno, comida y cena. Cuenta con una gran bodega de vinos, ya que es otra de sus apuestas. Y es la sede del Motoclub La Leyenda, aunque tiene buena relación con el resto de clubes y de concentraciones invernales.
De postre, otra de números. El local da una tapa con cada consumición, destacando la de los sábados: «Vamos a hacer las cuentas. Si damos 300 huevos fritos cada sábado y empezamos con ello en 2010. El total son... hemos dado 218.400 huevos fritos desde que abrimos»