El estudio arquitectónico de Primitivo González es el único que ha presentado su oferta para la redacción de proyecto básico y ejecutivo de la segunda fase de rehabilitación del Monasterio de las Madres Dominicas de Santa Catalina de Siena para transformarlo en el Centro de la Cultura del Vino. Hay que recordar que este estudio realizó el proyecto por el que la constructora vallisoletana Cabero Edificaciones se hizo con el contrato para rehabilitar la primera fase, de las tres proyectadas para la rehabilitación de este bien de interés cultural.
Esas obras, que se adjudicaron en julio de este año por 3,48 millones de euros, se centran en acondicionar 1.550 metros en el interior y 2.230 metros en el exterior, y deben comenzar en diciembre. En el caso de esta segunda fase, los trabajos se centrarán en el acondicionamiento del claustro y el patio central, incluido los espacios y edificaciones de la planta baja, primera y segunda. Una intervención que se realizará sobre 2.220 metros en el interior y 1.375 en el exterior, con un coste estimado, inicialmente, de 5,86 millones de euros. Aunque el Ayuntamiento ha solicitado ayudas para financiar las obras de conservación del patrimonio histórico español dentro del programa '2% Cultural'. Esta partida se uniría a las ayudas procedentes de los fondos Next Generation, que obligan a que la rehabilitación esté concluida en 2026. El coste total de las tres fases de rehabilitación se ha estimado en 21,4 millones.
Y para realizar el diseño del proyecto de la segunda fase y la mesa de contratación del Ayuntamiento "valora muy positivamente el planteamiento de una intervención clara, representativa y reversible" que ha presentado Primitivo González. La intervención se centrará en las áreas en torno a la capilla, así como en una amplia zona exterior, que tendrá como resultado un espacio de acogida, información y orientación enoturística. Este será el portal de bienvenida a los visitantes en relación con las experiencias enoturísticas de Valladolid y su entorno, facilitando información del propio centro, y un punto de comercialización de productos y servicios vinculados al vino.
Su propuesta plantea destinar los espacios más nobles para espacios polivalentes y realización de eventos, encuentros del vino, catas didácticas y exposiciones temporales y presentaciones de productos. Así, los espacios menos nobles se destinarán para usos docentes y de innovación con mayores requerimientos técnicos, mientras que la nueva crujía de instalaciones servirá para articular un recorrido circular entre las diferentes zonas del inmueble.
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El estudio propone alargar "el volumen de circulaciones de la fase y generar una nueva crujía de aseos en el patio junto a las tapias de San Agustín". La idea es evitar una intervención "excesiva" a nivel de estructura y alzado en la edificación existente y mejorar así la accesibilidad y evacuación en caso de incendio. "Se valora muy positivamente que consiga cumplir la normativa de accesibilidad e incendios sin demoler ningún forjado y conservando la estructura del edificio prácticamente intacta", se apunta. En la misma línea, los técnicos municipales destacan la imagen estética de la propuesta de Primitivo González, "una consecuencia directa de la inserción de este nuevo volumen, creando un diálogo estético con las preexistencias del convento".
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En esta propuesta, que al ser la única y dada su valoración resultará elegida, se plantea una continuación de la nueva fachada hacia el Patio de la Magdalena, en el que se actuará en la primera fase. En este caso, apuesta por replicar la ubicación de los huecos en la fachada histórica, generando un espacio intermedio entre ambos muros: el histórico y el contemporáneo. También se crea una galería nueva de aseos en el patio sur, junto a San Agustín. "Un volumen sencillo de una planta y con acristalamiento que dialoga con la volumetría existente", se destaca.
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El estudio de arquitectura desarrolla las premisas del plan director de esta rehabilitación. En este sentido, en la parte de imagen del proyecto con el entorno urbano, se plantea una tapia de convento sin horadar, manteniendo los accesos actuales, pero diseñando las puertas de acceso al conjunto. "En el patio del claustro se plantea un espacio representativo para la generación de eventos, pero sin perder el carácter histórico y algo romántico del lugar", se destaca.
En la parte relacionada con el espacio vinculado al vino, el proyecto del estudio de Primitivo González busca ofrecer "espacios flexibles que permitan una experiencia única", y destaca "Las Capillas-Latitudes del Vino" en la antigua sala de costura, el refectorio como sala de catas y las aulas de catas en los dormitorios. La propuesta se defiende en la idea de enfatizar el diálogo entre lo histórico y contemporáneo.
En la propuesta se especifica que se plantea una imagen interior con uso de la luz natural como material que 'construye' el espacio a través de lucernarios en zonas puntuales, e incluso se opta por incorporar pequeñas zonas de vidrio transitable entre viguetas, donde no hay yeserías históricas, "para permitir el paso sosegado de la luz natural, que cree espacios misteriosos, sobrios y elegantes, para la observación del recorrido museográfico", se especifica.
Jardines secretos
En el plan director ya se planteaba la especial atención a las zonas verdes del convento, y en este caso se apuesta por la creación de unos "jardines secretos para la ciudad". Se plantea un jardín de flores en el patio de acceso, un jardín de eventos de inspiración romántica en el claustro, un jardín productivo en la fachada de San Agustín y un jardín aromático y medicinal.