Niegan que la droga influyese en el crimen de Paloma e India

D.V.
-

La médica y la enfermera que vieron al autor confeso se muestran totalmente convencidas de que en aquel momento el acusado no presentaba sintomatología alguna

Inicio del juicio por el asesinato de Paloma y de su hija India, con el acusado, David Maroto, a la derecha. - Foto: Ical

La doctora y la enfermera que asistieron en primera instancia a David M.L. la madrugada del 23 de enero de 2023 tras acabar a cuchilladas con la vida de su entonces pareja sentimental, Paloma P, y la hija de ésta, India, de 8 años, se han mostrado totalmente convencidas de que en aquel momento el acusado no presentaba sintomatología alguna que les hiciera pensar que se encontraba afectado por la ingesta de alcohol y drogas.

La declaración de ambas testigos, en la segunda jornada del juicio con jurado que se sigue desde este miércoles en la Audiencia de Valladolid, vendría a tumbar la aplicación de la eximente incompleta derivada del consumo de alcohol y cocaína que la defensa del encausado solicita para su cliente y, por ende, pone en solfa la supuesta amnesia sobre lo ocurrido aquella madrugada que David ha esgrimido en fase de instrucción.

La doctora y la enfermera de la Unidad de Soporte Vital Avanzado que acudieron al piso del Paseo de Zorrilla donde ya permanecían los cadáveres acuchillados de Paloma y su pequeña, la primera tendida en el suelo de la cocina, y la menor en un sofá con la bóveda craneal destrozada por el impacto del arma blanca, se han mostrado categóricas al apuntar que cuando atendieron a David, que llegó a la ambulancia en silla de ruedas, se encontraba "plenamente consciente, controlaba lo que decía y lo que callaba...y no presentaba ninguna sintomatología que hiciera pensar que había consumido drogas y alcohol", ha precisado la facultativa María G. en alusión a que su voz no era pastosa y no daba sensación de tener sueño y su conversación era "fluida".

La doctora, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha hecho referencia a su experiencia en casos de asistencia a personas que han consumido cocaína y ha insistido en que aquella madrugada no estaba ante una persona en esas circunstancias, "sobre todo porque en muchas ocasiones es necesario solicitar la ayuda de seis o siete policías para reducirlas y para bajar su agitación. Normalmente, en el traslado de esas personas se necesita utilizar tanto contención física como química", algo que no ocurrió en el caso de David M.L.

La médica sí ha reconocido que el acusado refirió haber tomado una cerveza, cuatro copas y dos rayas de cocaína, consumo que ella no considera compatible con el perfecto estado en el que se hallaba el acusado, quien además habló con la enfermera y reconoció que había cometido algo muy gordo. "¡La que se va a liar, la que se va a liar!", es lo que David dijo inicialmente a la enfermera para luego, tras ser advertida por la testigo de que el lío ya estaba montado, rectificar y decir: "¡Sí, la que he liado!"

Pero además, la doctora también ha recordado que antes de evacuar a David hasta el Hospital Clínico Universitario, donde fue atendido de distintas heridas punzantes superficiales que él mismo se autoinfligió con la supuesta intención de suicidarse, el acusado preguntó si ya habían acudido al escenario del doble crimen sus hermanas y la madre y las hermanas de Paloma, interés que tampoco concuerda con una persona que alega estar tan afectada por consumo de alcohol y drogas como para no recordar hoy nada de lo ocurrido el día de autos.

La enfermera, además, ha apostillado que David presentaba una ligera taquicardia, estado tampoco acorde con alguien que ha consumido cocaína ya que en estos casos la "taquicardia es más acelerada".

Intentos por separar a la familia

La jornada, en la que está previsto que desfile este jueves por la sala una treintena de testigos, ha contado con carácter previo con el testimonio de la madre de Paloma, María del Carmen, y de las dos hermanas de la víctima, María y Patricia, quienes, al igual de lo que salió a relucir el primer día del juicio, se han referido a David en términos de persona "excéntrica", "extraña", un "mentiroso compulsivo", "embaucador", "controlador" y un "actor increíble", en alusión a los intentos del acusado por ganarse a la madre y al mismo tiempo separar al resto de la familia.

En este sentido, la madre y las hermanas de Paloma han relatado distintos episodios que mostrarían que la relación de la víctima con David era absolutamente "tóxica", como el control férreo a través del teléfono móvil al que sometía a la fallecida para saber en todo momento dónde se hallaba, la prohibición a la víctima de utilizar un Audi R8 que le había tocado en una rifa para evitar que fuera mirada por otros hombres o las continuas visitas que realizaba a su centro de trabajo.

Una comida el día antes del doble crimen en un restaurante de Valladolid al que no fue invitada la hermana pequeña de Paloma o un viaje familiar a Cuba del que se desmarcó Patricia atestiguan también, como así ha mantenido el entorno de la víctima, que la relación de David con la fallecida estaba minando la unidad que siempre había presidido la relación entre madre e hijas.

"Mis hijas no podían verle, veían algo que no les gustaba y querían que Paloma cortara la relación, pero ella estaba muy enamorada", ha declarado la madre de la víctima, mientras que María, la hermana pequeña de Paloma, ha incidido en que desde el primer momento vio que David tenía unos comportamientos muy raros, en referencia a las continuas visitas efectuadas a la empresa familiar de cosméticos donde trabajaban ambas hermanas.

"Era muy celoso, mi hermana no podía nombrar a amigos. Nosotras la habíamos advertido muchas veces pero ella siempre quiso formar una familia y le veía a él como un referente. Era un adulador con mi madre, mientras que a nosotras nos quiso separar en todo momento de mi hermana", ha recriminado María, quien también ha relatado otro incidente cuando su hermana salió un día a la carrera con India para evitar que perdieran el autobús.

"Le montó un expolio tremendo por dejarle atrás y hacerle de menos", ha apostillado María, que ha definido a David como un "actor increíble" al encarnar un papel para conquistar a Paloma. "Cuando vio que la iba a perder la mató", ha lamentado.

Su hermana mayor, Patricia, se ha dirigido en todo momento al acusado en términos de "individuo", "personaje" y "sujeto" y ha indicado que desde el primer momento receló de David, sobre todo cuando un amigo de infancia le espeto: "¡Este para Paloma, no!", tras poner a la testigo al corriente de la afición del acusado por el juego, la noche y las mujeres de compañía.

La advertencia del amigo llegó a oídos de David y éste, tal y como ha relato Patricia, le mandó un whatsapp amenazador y no contento con ello se presentó un día en su casa muy agresivo. "Advertí a Paloma muchas veces pero ella me dijo que la respetara y que estaba muy enamorada, hasta el punto de que veía como algo normal todas las cosas que le hacía este personaje", ha añadido la mayor de las hermanas.

"Mi relación con él fue nefasta, le detestaba. Ha truncado mi deseo de convivir en el mismo edificio con mi hermana del alma", ha manifestado entre lágrimas Patricia antes de poner fin a su declaración.

La vista se desarrollaba en un clima de gran tensión debido a que los familiares de Paloma y la niña siguen el juicio en la sala. De hecho, en uno de los recesos, el padre biológico de la pequeña, que ya había testificado previamente, ha aprovechado uno de esos momentos para dirigirse en tono poco amistoso al acusado. "!Cobarde, cabrón, asesino de mierda!", son los calificativos dirigidos a David M.L.

Tras los testimonios de la familia de las víctimas se ha ordenado el desalojo de la sala durante las testificales de los tres agentes de la Policía Nacional que participaron en la inspección ocular en el escenario del doble crimen, y ello con el fin de que el público asistente no presenciara las fotografías con los cadáveres de madre e hija.