El Supremo confirma la condena por el 'crimen de la Circular'

D.V.
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El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León había impuesto once años y medio de prisión a los seis implicados por la tentativa de robo y el homicidio de una septuageneria tras el asalto a su domicilio en 2018

Los seis procesados por la muerte de María A. - Foto: EP

El Tribunal Supremo ha confirmado en todos sus términos la sentencia dictada en su día por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León para los seis implicados en el denominado 'crimen de la Circular' a quienes impuso once años y medio de prisión por la tentativa de robo y el homicidio de la septuageneria María A. como consecuencia del asalto que tres de ellos perpetraron en su domicilio.

En su fallo, la Sala de lo Penal del Supremo mantiene inamovible la sentencia del TSJCyL, con sede en Burgos, de fecha 14 de junio de 2022 y desestima todos y cada uno de los recursos de los condenados, así como el presentado por el hijo de la fallecida, que seguía porfiando en que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Inicialmente, la condena fue de diez años para cada uno de los autores, si bien con posterioridad el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León elevó las penas a once años y medio por la tentativa de robo y el homicidio de la septuageneria como consecuencia del asalto que tres de ellos perpetraron en su domicilio.

Los condenados son el protésico vallisoletano Rubén A.R. y los ciudadanos de origen búlgaro Arso A.I, Emil A.M, Antón A.M, Gabriel E.K. y Gabriel M.K, quienes habían recurrido ante el TSJCyL y que vieron cómo la Sala de lo Civil y Penal de dicho tribunal, con sede en Burgos, les absolvía del delito de pertenencia a grupo criminal--les habían caído dos años y medio--pero, por otro lado, les halló culpables de un delito de detención ilegal y les impuso otros cuatro años, tal y como había solicitado la acusación particular.

El fallo, por tanto, supuso elevar de diez a once y medio la pena privativa de libertad para cada uno de los seis encausados.

La sentencia de la Audiencia de Valladolid acordó imponer a los acusados un total de diez años, a razón de cuatro por delito de lesiones en concurso con homicidio imprudente, otros tres años y medio por robo en casa habitada en grado de tentativa y dos años y medio más po un delito de pertenencia a grupo criminal, aunque les absolvió de la detención ilegal.

El fallo incluye la obligación de que los seis, de forma conjunta y solidaria, de indemnizar con 40.000 euros a cada uno de los tres hijos de la fallecida.

Fiscalía había solicitado para cada uno de ellos catorce años y medio de cárcel, las acusaciones particulares entre dieciséis y medio y doce y las defensas tres años y nueve meses.

El juicio se inició el día 2 de noviembre de 2021 y se prolongó durante nueve jornadas, algunas de ellas en sesiones de mañana y tarde en las que, transmitidas vía streaming para los medios de comunicación, se analizaron hechos registrados el día 17 de octubre de 2018 cuando el domicilio de la septuagenaria María A, sito en la Plaza Circular de Valladolid, fue asaltado por tres varones de origen búlgaro, Antón A.M, Gabriel E.K. y Gabriel M.K, siguiendo las instrucciones que les había dado el empresario protésico vallisoletano Rubén A.R.

Este último, con información privilegiada "del entorno familiar" de la fallecida, que, en principio, situó como principal sospechosa a la entonces pareja del hijo de la víctima, pues conocía la existencia de grandes cantidades de dinero y joyas guardadas en una caja fuerte en el inmueble, así como los hábitos de la propietaria. De ahí que se concertara con el búlgaro Arso A.I, su "lugarteniente", para que éste, a través de Emil A.M, de la misma nacionalidad y en el papel de "intermediario", reclutara a otros tres compatriotas para la comisión material del robo.

El robo, sin embargo, se complicó y los tres autores del asalto acabaron con la vida de la anciana --falleció a causa de una insuficiencia cardiaca-- tras golpearla y dejarla maniatada y amordazada al abandonar de forma precipitada el inmueble, sin que hubieran obtenido el botín perseguido.

Con carácter previo al asalto, Emil A.M. se había encargado de recoger a primera hora de la mañana a los 'sicarios' en sus respectivos domicilios, Antón A.M. en la zona de Peñafiel y a los Gabriel, cuñados entre sí, en la zona de Medina de Rioseco, para trasladarles en su vehículo hasta un local de Rubén A.R. en la capital vallisoletana.

Allí, el empresario y "autor intelectual" del robo se encargaría de dar las instrucciones al resto y de aleccionarles sobre dónde tenían que buscar y cómo tenían que proceder con la moradora, a la que debían dejar inmovilizada mientras registraran el inmueble, tal y como han reconocido dos de los participantes, Antón y Gabriel E.K, únicos encausados confesos.

Captados por repetidores y cámaras

No se podían imaginar, sin embargo, que las vigilancias realizadas el día previo al robo y los distintos movimientos y flujo de llamadas telefónicas entre los acusados el mismo día de los hechos quedarían registrados por los repetidores de telefonía móvil y distintas cámaras de seguridad instaladas en bares, supermercados y una entidad bancaria próximas al piso de la anciana.

Las imágenes de los tres asaltantes en momentos previos y posteriores al robo y el posicionamiento de los teléfonos móviles del resto, así como las grabaciones de dos de los vehículos utilizados, el de Rubén A.R, un Smart muy característico, y la Renault Scenic que conducía Emil, fueron esgrimidos por las acusaciones como principal prueba de cargo, y ello junto con la confesión de dos de ellos y la declaración de un testigo que presenció la salida del piso de los tres ejecutores.