Cada 22 de abril, al menos desde 2007, en Valladolid echa la vista atrás y recuerda la temporada 2006-07. La del meteórico ascenso. La escuadra blanquivioleta, que dirigía por entonces José Luis Mendilibar, hizo historia ese 22 de abril de 2007 al consumar su ascenso de Segunda a Primera de forma matemática... a ocho jornadas para el final de la competición.
Lo hizo ganando en Tenerife por 0-2 con goles de Víctor y Manchev, cerrando así una temporada para enmarcar.
Los blanquivioleta, que es verdad que no arrancaron del todo bien aquella campaña, con tres derrotas y un empate de la jornada 3 a la 6; no volvieron a perder hasta tener ese ascenso ya atado. Es decir, estuvieron 27 encuentros seguidos sin conocer la derroya hasta que llegó ese día en Tenerife. Al mismo lo hicieron tras sumar seis victorias consecutivas, entrando en la historia de la categoría como el equipo que firmó el ascenso de forma más rápida.
El Real Valladolid subió ocho jornadas antes de finalizar la temporada. Lo celebró en Tenerife, en el Heliodoro Rodríguez López, en la 34ª jornada y en su primera opción de certificar de manera matemática el ascenso a Primera. El equipo aventajaba por entonces en diez puntos al segundo y en 26 al cuarto.
Aquel Real Valladolid acabó campeón de Segunda con 88 puntos, con 26 partidos ganados, 10 empatados y 6 perdidos. Con Mendilibar al frente y un equipo tipo con Alberto López, Pedro López, Alberto Marcos, Iñaki Bea, Javi Baraja, Sisi, Álvaro Rubio, Borja, Capdevila, Víctor y Llorente, pero también con Jacobo, Iván Hernández, Gonzalo Vicente, Mario Suárez, Álvaro Antón, Asier Arranz, Manchev, García Calvo, Rafa, De La Cuesta, Toché, Chema, Óscar Sánchez y Kome.