Miles de personas abarrotaron ayer el centro de Valladolid para protestar por los recortes de Gobierno. Aunque buena parte de los manifestantes eran funcionarios de diversos sectores, que dijeron sentirse como los principales paganos de esta situación, lo cierto es que a la protesta se sumaron personas de toda condición.

Un poco más tarde de lo previsto, sobre las 20.40 horas comenzaba a desfilar la manifestación desde la plaza de Colón por la Acera de Recoletos. La riada humana alcanzó las 65.000 personas, según los sindicatos, aunque la Policía redujo esa cifra a 20.000. Los funcionarios, agrupados por sectores, portaron pancartas en las que se podían leer cosas como ‘No es una crisis, es una estafa’, ‘Banqueros, se os acabó la fiesta, ahora viene la resaca’ o ‘Como les dejemos nos quitan hasta lo ‘bailao’’. Incluso miembros del Cuerpo de Bomberos se sumaron a la manifestación ataviados con sus uniformes.

Por otro lado, muchos políticos de la oposición y sindicalistas, principalmente de UGT, CCOO y CSI-F, también aprovecharon para alzar la voz en una protesta cuya lema era ‘Quieren arruinar el país’. Por ejemplo, el secretario general del PSOE de Castilla yLeón, Julio Villarrubia alabó el «clamor popular» contra la política del Gobierno y vatició que el Ejecutivo de Rajoy «meterá mano a las pensiones dentro de dos o tres meses». Así, le pidió una rectificación. «Que tome ejemplo de Francia, que consigue recursos sin recortar el Estado del Bienestar». Por parte de los sindicatos, el delegado provincial de CCOO, Antonio Díez, exigió que dejen de pagar «siempre los mismos». «Por mucha mayoría absoluta que tenga, el PPestá solo, no se pueden hacer estas políticas».

Cabecera de la manifestación de ayer. - Foto: J. Tajes

Precisamente Rajoy fue uno de los más criticados por los asistentes, junto a los banqueros, la Casa Real y políticos en general. A base de cánticos e insultos, miles de personas pidieron su dimisión, la convocatoria de Elecciones y de una nueva huelga general, que el propio Antonio Díez dijo que es «casi inevitable» a partir del mes de septiembre.

Las críticas constantes se intensificaron en Duque de la Victoria, frente a la sede de algunos bancos con gritos como «Está es, aquí está, la cueva de Alí Babá».

La masiva afluencia hizo que mucha gente permaneciera todavía de la plaza de Colón mientras la cabecera llevaba media hora en la Plaza Mayor, donde el periodista Isaac Macho leyó un manifiesto. El recorrido completo fue plaza de Colón, Acera de Recoletos, plaza de Zorrilla, Miguel Íscar, plaza de España, Duque de la Victoria, Ferrari y Plaza Mayor, donde la cabecera llegó en torno a las 21.15 horas. Con música de Fito & Fitipaldis de fondo, los organizadores pedían a los asistentes que aguantaran en la plaza la llegada del resto.

Con el grueso de los participantes ya en este punto comenzó la lectura del manifiesto, cuyo texto criticaba que el Gobierno «quiere acabar con todo a costa de los de siempre: parados, empleados públicos, pensionistas, jóvenes, mujeres e inmigrantes». Macho puso voz a una protesta que clamaba «contra una agresión sin precedentes, no ya a los derechos de los trabajadores, sino a los fundamentos de la Constitución». Los firmantes del manifiesto reclamaron que los que más tienen sean los que más aporten. «De su paquete de recortes únicamente se salvan los poderosos, justamente los que más deberían contribuir». Además, se dejó entrever que las protestas se recrudecerán. «Ante la decisión del Gobierno de desmantelar el Estado del Bienestar, no vamos a permitirlo y no van a cesar las movilizaciones».