La Policía ha acabado con una de las principales organizaciones de tráfico de estupefacientes que operaban en Castilla y León. Hay 28 detenidos y cerca de 200 kilos de droga intervenida, después de que un operativo compuesto por un centenar de policías efectuase en los últimos días 25 registros en diversos puntos de las provincias de León (en Sahagún de Campos y Galleguillos), Palencia (seis en la capital y uno más en Villamuriel de Cerrato), Burgos (dos en Roa, uno en Aranda de Duero y otro en Castrillo de la Vega) y Valladolid (en Medina del Campo, Mojados y Pedrajas de San Esteban, y nueve más en la capital).

La llamada Operación Yogur, coordinada desde su inicio por la juez Soledad Ortega -titular del Juzgado de Instrucción 5-, ha sido dirigida por el comisario Jesús del Amo, jefe de la Brigada de Policía Judicial, y Francisco López Canedo, comisario provincial de Valladolid, ambos al mando de los agentes de los Grupo III y VIII de la Brigada de Policía Judicial, quienes, con turnos de vigilancias de hasta 20 horas consecutivas y sin librar los fines de semana durante varios meses, han logrado desarticular una «compleja organización» que se ha demostrado que era capaz de mover 200 kilos de sustancias estupefacientes por decenas de puntos de venta, a través de una estructura «muy jerarquizada».

En concreto, Los agentes se han aprehendido de 24 kilos de speed, dos de ketamina -un anestésico de animales que se consume también como droga- y 170 hachís, cantidad ésta tan elevada que convierte a esta operación en el mayor golpe al tráfico de hachís que se asesta en Valladolid desde agosto de 1991, cuando la Guardia Civil interceptó en Pedrajas un camión que llevaba 1.600 kilos de esta droga.

Operación Yogur contra el tráfico de drogas. - Foto: El Día de Valladolid

El delegado del Gobierno, Juan Carlos Suárez-Quiñones, acudió ayer a la Comisaría Provincial de Valladolid junto al subdelegado en la provincia de Valladolid, Jorge Llorente, para felicitar al equipo de agentes que ha certificado este golpe: «Era una organización al servicio del mal, que atacaba a la salud pública y que ha podido ser desmantelada», destacó ayer Juan Carlos Suárez-Quiñones. «Se ha acabado con una organización que, además, tenía un laboratorio para elaborar speed, que es el más importante de los desmantelados nunca en Castilla y León», añadió.

Prostitutas en La Rondilla. Las pesquisas se iniciaron en el mes de enero, cuando el Grupo VIII supo de la existencia de un piso en la calle Soto (La Rondilla) en el que se ejercía la prostitución y, además, se vendía droga. No era tráfico al menudeo, sino que allí acudían otros camellos a abastecerse. Ahí empezó todo. Cinco largos meses de vigilancias y seguimientos que tuvieron su culmen el viernes, en Mojados, cuando se interceptó una compraventa de dos kilos de speed. A partir de ahí, llegaron los 28 registros y las 25 detenciones de la Operación Yogur, nombre que se le dio por la «afición» de algunos de los investigados -toxicómanos- al consumo de yogures.

Uno de los registros clave se efectuó en la localidad burgalesa de Roa. Allí, en un «lujoso chalé», se descubrió el laboratorio desde el que se surtía de speed a toda la organización. Estaba en la bodega y contaba con todo lo necesario para la fabricación de este derivado anfetamínico; allí se encontraron 13 de los 24 kilos aprehendidos.

Un almacén en La Rubia. El resto estaba repartido, junto a 160 de los 170 kilos de hachís, por las dos ‘caletas’ (almacenes) que la organización tenía para guardar la droga, una en Aranda de Duero y otra en Valladolid, en el número 196 del paseo de Zorrilla, en el barrio de La Rubia.

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Los últimos arrestos llegaron ayer y anteayer en La Overuela y el Barrio España. Los detenidos son varios miembros de un clan familiar de «mercheros» que, tal y como explicó ayer el comisario jefe de Valladolid, todavía  no está claro cuál es su papel -si es que lo tenían- en esta organización. Se trata, tal como explicaron a este periódico fuentes policiales, del clan de los Mena, una familia vinculada a los García Carro y su líder Amancio G.C., conocido como el ‘Rubio’.