El acusado de vender un coche averiado dice que no lo probó

D.V.
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Los vallisoletanos que lo compraron aseguran que llegaron a Utrera y se llevaron el turismo, sin probarlo, confiados en la "buena fe" del acusado, pero en el trayecto ya sufrieron unas averías que, al llegar, un taller valoró en 12.000 euros

Un momento del juicio. - Foto: Europa Press

La Audiencia de Valladolid ha dejado visto para sentencia este miércoles el juicio contra un vendedor andaluz de coches de ocasión acusado de estafar a dos hermanos, vecinos de la capital vallisoletana, que en 2021 le compraron un Mercedes ML 280 por 7.400 euros sin saber que el turismo presentaba un rosario de averías cuya reparación suponía desembolsar casi 12.000 euros, casi el doble del precio pagado.

Tras la práctica de las pruebas testifical y pericial, el fiscal del caso y la acusación particular, en representación de los perjudicados, han mantenido invariable su petición de tres años de prisión y multa de 1.200 euros para el acusado, Sergio del R.M, por un delito de estafa y otro de tentativa de estafa procesal en concurso medial con otro de falsedad en documento privado, delito este último por insertar supuestamente a bolígrafo y de su puño y letra en el contrato de compra-venta una serie de modificaciones para tratar de eludir su responsabilidad cuando el documento le fue requerido vía judicial.

Además de la pena privativa de libertad, la letrada de los denunciantes pide que el acusado indemnice a éstos en los 11.795 euros que supondría la reparación del turismo, mientras que la acusación pública interesa la nulidad del polémico contrato, la devolución de los 7.400 euros abonados por las víctimas y del vehículo al concesionario del encausado. En caso de no estimarse la nulidad, el fiscal pide que el vendedor, con responsabilidad subsidiaria de la mercantil de la que es administrador y socio único, abone el importe de la reparación.

Pero además, las dos acusaciones también solicitan una indemnización de casi 21.000 euros por los gastos y perjuicios generados, incluidosel presupuesto que elaboró Adarsa, la grúa correspondiente y la paralización del turismo hasta la fecha.

Lo más llamativo del caso es que ni el acusado, cuya actividad comercial desarrolla en una nave sita en Utrera (Sevilla), ni los hermanos supuestamente estafados probaron el vehículo antes de firmar el contrato, tal y como todos ellos han asegurado durante su comparecencia en el juicio.

Así, el acusado, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha alegado que el turismo, matriculado en 2006, lo había adquirido en subasta pública el 29 de octubre de 2021 y que tres o cuatro días después ya había alcanzado un acuerdo con los denunciantes después de que éstos contactaran con él a través del portal coches.net y pactaran un precio de 5.100 euros.

"El Mercedes llegó en transporte público al almacén y no lo había probado", ha mantenido el vendedor, quien por ello ha negado que supiera, con carácter previo a la transacción, que lo que iba a vender no era un coche en perfecto uso sino un 'hierro', al tiempo que ha negado haber manipulado el contrato a posteriori de la operación, tras serle requerida su presentación por el juzgado, insertando a bolígrafo que la batería estaba en mal estado, que carecía de ITV en vigor y que el precio abonado por los clientes era inferior al asegurado por éstos.

Por contra, los hermanos aludidos, Alejandro y Víctor G, han explicado que tras ver el anuncio en internet contactaron con el acusado y tras cerrar un precio de compra por 7.200 euros y abonar el segundo de ellos, vía transferencia, una señal de 500 euros, se trasladaron el día 12 de noviembre hasta Utrera, después de 'whatsappearse' con el vendedor y que éste les indicara que podían retirar el coche porque tenía ITV y seguro en vigor.

Sevilla-Valladolid sin seguro ni ITV

Víctor preguntó al vendedor si el coche contaba con ITV y seguro para poderlo recoger y su respuesta fue la siguiente: "Puedes venir sin problemas", de ahí que ambos hermanos se plantaron el citado día en su nave confiados en la palabra del acusado y también en la promesa de que el Mercedes estaba en "perfecto estado", tal y como aseguran que les dijo.

La realidad fue muy distinta, algo que descubrieron ya tarde al poco de salir del establecimiento de compra-venta de vehículos de ocasión puesto que, "confiados en la buena fe" del acusado, se llevaron el Mercedes sin siquiera probarlo antes. "Habíamos hecho un viaje muy largo desde Valladolid y lo que deseábamos era regresar cuanto antes", ha justificado Víctor G, quien ha apuntado que antes de recogerlo sí descubrieron ya que los 291.000 kilómetros que figuraban en el anuncio se habían convertido ahora en 319.000.

El viaje de retorno se convirtió en una auténtica pesadilla. Inicialmente fue una bombilla fundida que sustituyeron en un taller en Santa Justa, donde además se les paró el coche debido a un problema de batería y tuvieron que encenderlo con pinzas. Sin embargo, el trayecto iría todavía a peor cuando antes de llegar a Sevilla empezaron a tener problemas con el cambio automático ya que tan solo entraba la primera marcha.

"Esto no es Pull&Bear"

Fue entonces cuando decidieron parar y llamar por teléfono al vendedor para exigirle anular la operación y la devolución del dinero. "Nos dijo que la venta ya estaba hecha y que su establecimiento no era el Pull&Bear", ha recriminado Víctor G, de forma que éste y su hermano reiniciaron trayecto hasta Valladolid sin poder superar en ningún momento los 80 kilómetros por hora y sin saber todavía que viajaban sin la cobertura de seguro, del certificado de la ITV en vigor y ni tan siquiera de la copia del contrato recién firmado.

Una vez en Valladolid, los hermanos solicitaron los servicios de una grúa para trasladar el vehículo hasta un taller oficial de Mercedes donde se le hizo una revisión y se tasaron averías por importe de casi 12.000 euros, ya que, tal y como ha certificado un empleado de Adarsa, el vehículo presentaba problemas en el cuadro eléctrico, el cambio, la suspensión neumática, los amortiguadores, el turcompresor...todos ellos "fallos ostensibles que cualquier profano en la materia habría notado en un viaje por carretera y cuya reparación habría sido muy laboriosa y costosa".

"El coche presentaba un estado lamentable, parecía que lo habían sacado del campo y lo habían puesto en carretera", ha advertido en empleado de Adarsa, mientras que un perito que examinó el turismo y que ha tasado las reparaciones en una cantidad algo inferior a la establecida por el taller oficial ha censurado la "escasa credibilidad" demostrado por el acusado. "No hace falta abundar mucho en este extremo teniendo en cuenta el estado del vehículo", ha concluido el experto en peritajes.

La realidad es que hoy el turismo objeto del presente juicio permanece inmóvil desde hace tres años en una nave que los perjudicados tienen en La Overuela, eso sí, convenientemente tapado.

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