Con la suma del Symbioz al Captur y su gemelo de Mitsubishi, el ASX, las plantas vallisoletanas de Renault afrontan el reto de fabricar por primera vez tres vehículos en exclusiva mundial al mismo tiempo. Ya en 2003 se convirtieron en las primeras instalaciones no francesas a las que la firma del rombo adjudicaba un modelo no compartido con ninguna otra factoría, asumiendo así toda la demanda de producción que exigiera el mercado; aunque entonces fue con el Modus, cuyo fracaso comercial provocó la pérdida de miles de empleos al terminar pasando de tres turnos de trabajo a sólo uno. Todo lo contrario de lo que sucedió en 2013, cuando tomó el relevo otra exclusiva mundial, la del Captur, que sí triunfó, llegando a ser el vehículo más vendido de su segmento y permitiendo recuperar los tres turnos durante años (de 2014 a 2022). Ahora las cadenas funcionan con dos, aunque el segundo se prevé que alcance su capacidad máxima hacia finales de junio, una vez se complete la incorporación de medio millar de trabajadores, alimentando así las opciones de que se restablezca el tercero, lo cual supondrían varios cientos de contrataciones más. Y sin olvidar que, por cada empleo directo, se calcula la generación de tres indirectos, por los refuerzos que requiera la industria auxiliar.
Cierto que las fábricas vallisoletanas de Renault saben lo que es vivir etapas con tres vehículos a la vez e incluso cuatro, aunque no fueran en exclusiva mundial.Ya sucedió incluso en la primera factoría que tuvo el grupo galo, la que fundó en 1953 y produjo modelos emblemáticos como el 4/4, Dauphine, Alpine A104, R4 o R8; y también por supuesto ha convivido con hasta cuatro modelos a la vez tras la modernización y ampliación del complejo fabril en 1972, dando lugar entonces a Montaje-2.
No en vano, de estos últimos 53 años, hubo 13 en los que se llegaron a simultanear cuatro vehículos; 14 años con tres, que serán 15 con el actual; 16 con dos y 9 con uno. De 1974 a 1976, por ejemplo, llegaron a convivir los modelos R-8, R-7, R-5, R-12; de 1978 a 1982, los tres últimos citados más el R-18 en lugar del R-8; y al año siguiente, con el R-9 en lugar del R-7. No obstante, no se han vuelto a producir cuatro modelos desde que, en 1990, convivieron R-5, R-19, Clio y Express.
La etapa más larga con tres modelos se prolongó de 1991 a 1998, el primero de esos años con R-5 (X40), Clio y Express, después con los dos últimos más el Twingo en lugar del R-5. Claro que, teniendo sólo un único modelo, bastó con el tirón del Clio 2 entre 1999 y 2002, sin ser siquiera exclusiva mundial, para funcionar a tres turnos por primera vez en la historia de las fábricas vallisoletanas de Renault, igual que también se trabajó mañana, tarde y noche con el Captur como único protagonista entre 2019 y 2022.
Por otro lado, Valladolid llegó a tener dos modelos a la vez en exclusiva mundial entre 2012 y 2018, pero el segundo no fue entonces uno convencional destinado al gran mercado, sino el Twizy, el pequeño biplaza que se convirtió en el primer 100% eléctrico (y último hasta la fecha) fabricado por Renault en España, con más valor simbólico que peso industrial o para el empleo. De hecho, sólo se produjeron 29.772 unidades en siete años, equivalentes a apenas un 2% de todas las que salieron de las cadenas vallisoletanas en ese mismo periodo en el que primero acompañó al Modus y después al Captur.
Las fábricas aceleran su «transformación»
Entretanto, en el marco de los preparativos de los nuevos lanzamientos de este año, las plantas vallisoletanas de Renault han dado otro salto tecnológico del que la propia compañía del rombo destacaba algunos detalles este jueves, con motivo de la presentación del Symbioz: «El despliegue del metaverso industrial con la aceleración de la transformación digital, el uso de la inteligencia artificial para el control visual de todos los procesos y el big data son las principales áreas de trabajo puestas en marcha en Valladolid para reforzar la calidad y el rendimiento de la planta e industrializar Renault Symbioz», señalaba en el dosier que difundió para informar del nuevo modelo.
El tipo de techo panorámico que lleva el Symbioz, por ejemplo, no se ha instalado nunca en Valladolid. Bautizado con el nombre comercial de Solarbay y estrenado recientemente en la Scenic y el Rafale, el techo se puede volver opaco por segmentos, según lo que deseen los ocupantes en cada momento, mediante una tecnología basada en el desplazamiento de moléculas provocado por un campo eléctrico, dándole a un botón o por voz. Y para garantizar su correcta instalación se han desplegado nuevas instalaciones y procesos en las líneas de montaje: cámaras de visión que incorporan inteligencia artificial, robots colaborativos para el proceso de descarga de piezas y recogida automática de datos de control de las pistolas de soldadura... «Todos los datos recogidos y analizados son clave para mejorar la calidad y desarrollar el mantenimiento preventivo», explicaron desde Renault.
En pintura, mientras, el nuevo túnel de detección automática permite «un control de calidad exhaustivo, recogiendo 60.000 fotos por vehículo gracias a 40 nuevas cámaras situadas a la entrada y salida del túnel». También se utiliza inteligencia artificial para analizar estas imágenes.
«La transformación de la planta de Valladolid se inscribe plenamente en la estrategia de descarbonización de Renault Group», añadieron. En este sentido, los trabajos en pintura han contribuido a reducir el consumo de energía y agua en un 30% en los dos últimos años. «Con la introducción de un nuevo proceso en el taller de tratamiento de superficies, el consumo de agua se ha reducido en 63 m3 al día y la temperatura de trabajo se ha bajado de 52 a 30 grados, ahorrando 845 MWh al año». Y en breve, lista para producir en serie tres modelos a la vez en exclusiva mundial.