La Inspección de Trabajo ha destapado más de 600 falsos autónomos en Valladolid en apenas cinco años. Contabilizó 614 de 2019 a 2023 y 21 en lo que va de este año hasta sumar 635 en total, concretamente, según los datos facilitados a El Día por la propia Inspección a través de la Subdelegación del Gobierno. Se sitúa así esta provincia en la mitad alta del ranking nacional de las que más casos de este tipo ha visto aflorar gracias a la actividad inspectora desplegada en este periodo, por empresas que tenían a empleados como autónomos cuando deberían haberles dado de alta como asalariados, ahorrándose el pago de cotizaciones a la Seguridad Social a la vez que recortaban derechos a los afectados, mientras estos pagaban sus cuotas de autónomos. No en vano, por tales circunstancias las infractoras han acumulado 2,5 millones de euros entre sanciones y liquidaciones de impagos, aparte de tener que reconocer en adelante al interesado como trabajador indefinido por cuenta ajena para regularizar su situación.
«Un falso autónomo asume las obligaciones del Régimen General de la Seguridad Social y también las del Régimen Especial de Trabajadores por Cuenta Ajena sin tener los mismos derechos que unos y otros», tal y como resume la presidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Castilla y León, la vallisoletana Leticia Mingueza. Es decir, que debe cumplir con el horario que le marca una empresa y otras directrices que le condicionan la jornada, sin capacidad para negociar sus retribuciones, ni vacaciones, ni indemnización en caso de despido, ni paro en las condiciones de un asalariado… Asimismo, se ve abocado a darse de alta por su cuenta en la Seguridad Social o hacer las declaraciones trimestrales de ingresos, y si tiene un problema con la empresa puede acudir a los juzgados de lo Mercantil o de lo Civil, pero no al de lo Social.
«También supone competencia desleal para el sector en el que opere la empresa infractora», subraya Mingueza, ya que parte con ventaja frente a las que cumplen por reducir sus costes, «en torno a un 33% menos de salario», y poder poner así en el mercado productos o servicios con precios más ajustados. Una ventaja, claro está, siempre que no aflore la ilegalidad, cuando hoy en día «un falso autónomo es una bomba de relojería» que, si estalla en una inspección, conlleva sanciones que suelen ser de 3.751 euros por empleado, más recargos como intereses de demora que elevan la cifra hasta rondar los 4.600; y aparte, las cuotas a la Seguridad Social que no abonase durante el tiempo que se haya probado que llevara el empleado en esa situación de ilegalidad.
Estadísticas sobre las actuaciones de la Inspección de Trabajo en materia de falsos autónomos.El colectivo con más casos de falsos autónomos tanto en Valladolid como en el resto de España es el de los riders de plataformas digitales de reparto como Glovo y Uber Eats. Pero, como añade la presidenta regional de ATA, también hay afectados en otros sectores, entre los cuales destaca los de medios de comunicación o profesiones liberales como las de abogados o arquitectos.
Fuentes de la Inspección de Trabajo explican que sus actuaciones en materia de falsos autónomos se han llevado a cabo por propia iniciativa (de oficio) en unos casos y, en otros, tras atender denuncias presentadas por los afectados u organizaciones sindicales. ¿Y 635 falsos autónomos detectados se pueden considerar muchos o pocos? «Es difícil responder cuando no sabemos cuántos hay realmente», responde Mingueza. Alude a que se conoce el balance de sanciones, claro, pero no si lo que ha aflorado representa un porcentaje alto o bajo del fraude real existente por este motivo.
Cifras
No obstante, ya sea porque hay muchos o por una labor de la Inspección más intensa o eficaz en este territorio que en otros, es un hecho que Valladolid, en proporción, supera a la mayoría de provincias del país por número de casos que han aflorado, tal y como se deduce del análisis realizado por El Día a partir de los datos expuestos por el Gobierno en abril, a instancias de una pregunta parlamentaria planteada por el PP en el Senado. En el escrito de respuesta refleja concretamente los falsos autónomos que se han detectado detallados por autonomías, provincias y años entre 2019 y 2023.
En términos absolutos, Valladolid, con los ya citados 614 casos en el acumulado de esos años, ocupa el puesto 21 sobre un total de 52 provincias, comunidades uniprovinciales o ciudades autónomas. Una posición que bien puede valorarse más si se tiene en cuenta que, por número total de trabajadores autónomos inscritos en el Reta (Registro Especial de Trabajadores Autónomos), es la trigesimosegunda.
De los cinco años analizados, el que arroja resultados más abultados en Valladolid es 2019 con 321 falsos autónomos detectados y regularizados, hasta el punto de que entonces esta provincia llegó a situarse como la décima del país por esta cuestión. Mucho más discretos son los balances de 2020 (14 y 35ª) y 2021 (29 y 25ª), pero empezaron a subir de nuevo en 2022 (98 y 26ª), y 2023 se saldó con 152 falsos autónomos que le hicieron escalar al puesto 12.
El volumen del fraude detectado en Valladolid, en comparación con el resto del país, se dimensiona con más claridad al deducir que sus 614 casos regularizados de 2019 a 2023 equivalen a uno por cada 56 autónomos inscritos por esta provincia en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), una proporción que la sitúa en el puesto 16. Asimismo, Madrid o Barcelona destacan como las provincias con más casos en términos absolutos (35.145 y 27.456), pero sus equivalencias de un falso autónomo por cada 12 y 15 registrados en el RETA son superadas por Zaragoza (uno por cada 10, con 6.232 casos en total).
Cierto también que, entre las 15 provincias con más casos que Valladolid en proporción, también están Burgos y Salamanca, ya que sus 559 y 501 equivalen a uno por cada 47 y por cada 51. Cifras que demuestran, de cualquier manera, que la batalla del Ministerio de Trabajo contra el falso autónomo sigue activa.