Muchos profesionales observan con preocupación cómo, con demasiada frecuencia, los criterios de los equipos de expertos no son tenidos en consideración y se actúa, incluso, en contra de sus recomendaciones.
Las situaciones son múltiples, pero las consecuencias pueden ser devastadoras en temas tan importantes como custodia de hijos, valoraciones de personas conflictivas, temas de abusos, agresiones, violaciones…
¿Esa falta de respeto al criterio de los expertos se da en todas las profesionales?
No, no es algo generalizado. Por ejemplo, difícilmente se da con profesiones relacionadas con el ámbito de la ingeniería.
Pero esa falta de respeto sí que se da con frecuencia en aquellas profesiones que están más unidas a nuestra actividad diaria: especialmente en el ámbito de la Enseñanza, la psicología, la medicina… incluso del derecho.
¿Ese cuestionamiento de los profesionales se da también por instituciones o cargos oficiales?
Cuando se da a nivel de calle, cuando cualquier persona se permite juzgar o discrepar de las valoraciones de los profesionales, siempre es un trabajo añadido para ellos. Y no es fácil a veces hacer entender que los criterios de valoración son muy diferentes.
Pero con ser este un tema espinoso, lo más grave es cuando esta falta de respeto viene ocasionada por personas que representan instituciones oficiales; personas que tienen un poder determinado, y que al no tener en consideración el criterio de los profesionales expertos pueden incurrir en medidas muy negativas, con una repercusión a veces lamentable.
¿Qué puede producir ese cuestionamiento en la población?
Depende quién lo haga y en qué contexto, pero puede producir confusión, banalización de determinadas conductas, sensación de falta de justicia o de ausencia de consecuencias ante hechos que deberían penalizarse… En definitiva, puede producir desasosiego, indefensión y descrédito hacia las instituciones.
¿Qué impacto pueden producir algunas de las últimas medidas que se han hecho públicas?
Si tenemos unos chicos que han agredido a unas niñas de 12 y 13 años y unos informes de Fiscalía (donde tienen grandes equipos de profesionales) que aconsejan el ingreso en centros de menores, pero si a pesar de estos informes, la juez decide dejarlos en libertad, y a la salida de estos chicos, lo que tienen es un recibimiento como si fueran héroes, ¿qué estamos transmitiendo a la población?, ¿qué mensajes estamos mandando a los adolescentes y jóvenes?, ¿les estamos diciendo que agredir sexualmente a unas chicas de 12 y 13 años es algo que les hace más machotes, que ser malotes les confiere un valor extra…?, ¿qué mensajes tan equívocos estamos dando y con cuánta repercusión negativa?
También podemos reflexionar sobre qué pasa en nuestra sociedad para que unas niñas de 12 o 13 años piensen que si quieren ser aceptadas tienen que tener relaciones sexuales con chicos más mayores, que de lo contrario no son nadie.
¿Qué está pasando para que estemos mandando estos mensajes tan equívocos y muchos adolescentes (chicas y chicos) vivan en esta confusión y tengan estas prácticas tan peligrosas, que les pueden destrozar su vida?
Conclusión:
Resulta paradójico comprobar cómo muchas personas opinan de lo que no saben, hablan de lo que no conocen y además hacen juicios de valor. La psicología nos enseña la complejidad del ser humano y la necesidad de respetar los criterios y las valoraciones de los profesionales de la salud mental.
Qué arriesgado y contraproducente puede resultar creerse en posesión de la verdad y tomar decisiones que pueden tener un grave impacto sobre la vida de los demás.