Las entidades que atienden a los enfermos de Alzheimer y otras demencias del país trabajan por incorporar nuevas terapias no farmacológicas en su praxi para ralentizar el deterioro cognitivo. En Soria, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer ha incorporado el pinpón entre sus actividades para la estimulación cognitiva, un deporte muy practicado en China que estimula la concentración y la coordinación, posibilita que los pacientes practiquen la planificación mental y contribuye a la socialización.
Todos los miércoles por la mañana el Centro de Alto Entrenamiento de Soria acoge a voluntarios del Club Pinpón de la ciudad y a enfermos con demencia, que junto con las psicólogas y monitores del centro intentan que la pelota llegue al compañero con un solo toque en su pista designada. Con una gran dosis de paciencia, dedicación y cariño realizan diversos ejercicios que mejoran la coordinación entre el ojo y la mano, retos para la mente de estas personas que padecen esta peculiar enfermedad, que afecta a lo más genuinamente humano: la condición, la psicología y la conducta.
La Fundación Pascual Maragall calcula que en España, dos de cada tres personas tienen en su entorno inmediato a alguien con Alzheimer, una enfermedad que ya afecta a 900.000 personas en el país y a 50 millones de personas en todo el mundo.
Mientras que los investigadores desentrañan el difícil reto de encontrar un fármaco que palie los efectos de la enfermedad, las entidades sociales incorporan a su cartera de servicios nuevas técnicas que ayuden a adormecerla, a su enlentecimiento para permitir a estas personas vivir con plenitud el mayor tiempo posible y seguir siendo ellas mismas unos años más.
Beatriz Aldea es la directora de los tres centros de Alzheimer en Soria, dos se ubican en la capital y otro Ólvega. Por su parte, Marta Aparicio es una de las psicólogas del centro. Aldea recuerda cómo surgió la idea de incorporar la actividad. Relata que hace unos años un médico de los que pasan en rotación por el centro para conocer más la enfermedad les trasladó que existían estudios que apuntaban a que el tenis de mesa tenía beneficios tanto en pacientes con Parkinson como con demencia.
Tras recabar información, descubrieron que había un Club de Mesa en Soria e invitaron a sus socios a participar en la iniciativa de enseñar a jugar a los enfermos. Desde abril de 2023 los socios del Club Pinpón Soria colaboran con esta iniciativa, una acción altruista como otras muchas en las que colabora la sociedad soriana. "Estamos muy agradecidos. La sociedad soriana siempre responde a nuestra llamada. Incluso cuando hacemos campañas mucha gente nos dice: "Para esto sí", lo que refleja que la sociedad, cada vez, está más concienciada de lo que implica la enfermedad", relata Aldea.
Cada semana acuden unas 20 personas de los centros de la capital a jugar al CAEP. Los pimponistas pueden cambiar cuando por desgracia el grado de deterioro aumenta o cuando existe una plaza que puede ser cubierta por alguien que acaba de ingresar. "Normalmente intentamos que siempre sean los mismos pacientes para que se vea el beneficio de la actividad", apostilla la directora.
Por su parte, la psicóloga matiza que los pacientes tienen deterioradas algunas capacidades cognitivas y, por ello, se trabaja en la repetición de cómo se juega para que se cristalicen los aprendizajes. "Trabajamos desde varios prismas con ellos: el área cognitiva, la social y la motora o física".
De este modo, se persigue mejorar la deambulación, la psicomotricidad, el equilibrio, la respuesta estímulo y la atención y concentración. "Los usuarios que juegan al tenis de mesa mejoran alguna de esas capacidades. También trabajamos la reminiscencia. Incluso algunos se han puesto en su casa una mesa de tenis de mesa y ellos ven una mejoría porque al principio no dan a la pelota y al mes son capaces de devolverla", resalta.
La entidad atiende a 115 personas a través sus tres centros y las plazas están casi completas. Además, desde la Unidad de la Memoria dan servicio a un buen número de personas con deterioro cognitivo leve.
Las profesionales afirman que, a pesar de que la enfermedad, de momento, no tiene cura, se ha considerado que el tratamiento no farmacológico tiene beneficios, que con una estimulación se ralentiza la enfermedad y pueden tener cierta autonomía. "Están más tiempo en fases de deterioro cognitivo leve. Cuando yo me inicie hace 17 años en la asistencia de enfermos de Alzheimer teníamos que hacer ver que las terapias no farmacológicas mejoran el estado cognitivo. Ahora esto está superado. No solo es la pastilla lo que funciona sino el tratamiento de estimulación física, cognitiva, emocional y social lo que va a hacer que la enfermedad avance despacio y se pueda vivir con ella".
La psicóloga cree firmemente que cada vez se conoce más la enfermedad y la investigación está encaminada a su detección precoz, es decir, a determinar quiénes sufrirán Alzheimer aún no teniendo síntomas en el momento de la realización de las pruebas. Algunos investigadores ya anunciaron que en pocos años se detectarán los enfermos de Alzheimer con o sin síntomas a través de análisis de sangre (actualmente se consigue a través de un PET o una punción lumbar).
Los expertos recomiendan realizar ejercicio físico más de una hora al día, ingerir alimentos de la dieta mediterránea, usar audífono en caso de sordera, realizar ejercicios cognitivos (leer, escribir, calcular) y apuntarse a actividades nuevas para paliar la enfermedad. También recomiendan mantener activo el cerebro; intentar no estar solo, realizar excursiones, participar en reuniones y en el caso de tener depresión ponerle freno.