Miguel Ángel Portugal se sentará el sábado en el banquillo del estadio José Zorrilla para dirigir un nuevo partido del Real Valladolid. Y, salvo descalabro o fiasco descomunal, acabará la temporada. Presidente y director deportivo, es decir Carlos Suárez y Braulio Vázquez, mantienen la confianza en el técnico en el que depositaron sus esperanzas tras la destitución de Garitano el pasado octubre. Por entonces, su equipo estaba en puestos de descenso.
El cambio de rumbo y de resultados que consiguió el burgalés y el hecho de mantener las opciones de acabar en puestos de promoción han conseguido poner la balanza del lado de Portugal, a pesar de que el sábado, en caliente tras la derrota en Leganés, más de uno lo habría echado.
«Faltan nueve partidos. No hay nada perdido. Todo es posible, y sigo convencido de que vamos a estar arriba», analizó el propio Portugal en su página web. «No es el momento de declaraciones más o menos piadosas, o de reproches basados en las decepción extraordinaria. Es el tiempo de hacer, de hacer, de hacer, de hacer... y así hasta 9.000 veces si fuera necesario, es decir, mil veces por partido que nos queda por jugar (...) Mi responsabilidad como entrenador es exigir, -exigirnos todos-, aprender la lección. No se puede volver a repetir», concluyó.
Hoy dirigirá una nueva sesión en los Anexos, primera de la semana con la mirada puesta en el Real Zaragoza. Y el jueves dará su habitual rueda de prensa -como está anunciada en la web del club-. Los resultados de la última jornada han dado un poco de tregua y han hecho que los aficionados abran una nueva espita en la cuba de la esperanza. Y Portugal seguirá.