Una denuncia por violencia género terminó la mañana del lunes con una intervención compleja de la Guardia Civil en Tudela de Duero. Los agentes acudieron al domicilio del presunto maltratador, en un caso calificado como de riesgo extremo, según informa la Subdelegación del Gobierno. Pero cuando se iba a proceder a su detención, el vecino se parapetó en su domicilio, arrojó piedras a los agentes y empuñó una escopeta de perdigones con la que realizó varios disparos, pero no hirió a ningún agente.
La Guardia Civil solicitó permiso judicial para acceder a la vivienda y finalmente logró detenerlo. Eso sí, antes de pasar a disposición judicial, los agentes lo trasladaron al Hospital Clínico por una crisis de ansiedad. "El protocolo está claro en estos casos y la Guardia Civil actúa en consecuencia", apunta Jacinto Canales, subdelegado del Gobierno.
Además, uno de los agentes resulto herido por un corte en un dedo con el cristal de la ventana de la vivienda.