De las 50 capitales de provincia y dos ciudades autónomas de España, hay cinco que han decidido subir para este año el impuesto de circulación (A Coruña, Logroño, Murcia, Bilbao y San Sebastian) y cinco que lo han bajado (Córdoba, Sevilla, Zaragoza, Segovia y Valencia), mientras las 42 restantes lo han dejado igual. Y aunque Valladolid está entre estas últimas, resulta que ya era, y sigue siendo, una de las pocas que desde hace años cobra el máximo que le permite ley, tal y como refleja Automovilistas Europeos Asociados (AEA) a través de un informe que publicaba este martes.
De hecho, sólo las tres capitales vascas superan a Valladolid, ya que aprovechan que cuentan con un régimen fiscal diferente que les permite apurar más, mientras que el resto está por debajo o como mucho a su altura, tal y como sucede con Barcelona y con otras en las que se paga lo mismo.
La cuantía del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica depende de la potencia fiscal del vehículo, en el caso de turismos; de la cilindrada, en el caso de las motos; o también del peso y número de asientos, en el caso de los camiones y autobuses, respectivamente. Y a partir de esos parámetros, hay una tarifa mínima establecida para todo el territorio nacional, a excepción de Navarra, donde Pamplona cobra más que la media pero menos que Valladolid, y País Vasco.
Pero después la ley permite a los ayuntamientos incrementar discrecionalmente dichas cuotas, pudiendo llegar a cobrar hasta el doble de la tarifa mínima, situación que ocurre en 8 de las 52 capitales de provincia españolas en el caso del tramo más habitual. Incluida Valladolid, que está al máximo en ese tramo y en todos. En unos hay más capitales en lo más alto, en otros menos, y la pucelana en todos.
Por otro lado, la ley permite aplicar bonificaciones de hasta el 75 por ciento en función del carburante y las características de los motores, e incluso exonerar del pago del impuesto a los vehículos históricos y de más de 25 años, "gracias a la modificación que AEA consiguió introducir en 1999 en la Ley de Haciendas Locales". Desde entonces, "cientos de miles de automovilistas se han ahorrado el pago de este impuesto a cambio de conservar un patrimonio que forma parte de una determinada época de producción automovilística".
No obstante, AEA critica que "esta facultad discrecional de los ayuntamientos ha posibilitado que se desvirtúe la finalidad del sistema tributario local y ha dado lugar a la creación en España de verdaderos 'paraísos fiscales' en relación con el pago de un impuesto al que están obligados cerca de 38 millones de contribuyentes".
Cuantías
Según AEA, un vehículo tipo medio está en 11,99 caballos de potencia fiscal y en San Sebastián toca pagar la mayor cuantía por éste, 87,93 euros, seguida de Bilbao y Vitoria (71,45); y en cuarto lugar, Valladolid con 68,16 euros junto a otras siete capitales: Barcelona, Granada, Huelva, Ciudad Real, Tarragona, Palma y Murcia. La más barata es Tenerife con 34,08 euros, mientras Madrid, por ejemplo, está en 59.
Respecto a las capitales de Castilla y León, dentro de ese mismo tramo, tras Valladolid y sus 68,16 euros se sitúa muy cerca Salamanca (67,76), y después Burgos (62,62), Segovia (60,66), Soria (59,84), León (58,50), Ávila (57,93), Palencia (51,04) y por último Zamora (49,08), casi 20 euros más baratan que Valladolid.
Entre los ayuntamientos españoles más caros, además de San Sebastián, AEA cita en su informe los de Vitoria, Bilbao, Barcelona, Tarragona, Lleida, Palma, Ciudad Real, Valladolid, Huelva, Granada y Murcia.
Por el contrario, entre las capitales que considera "un paraíso fiscal" estarían, además de Santa Cruz de Tenerife, Melilla, Ceuta, Zamora, Palencia, Badajoz, Cáceres y Jaén. La diferencia de la más cara y la más barata supera así el 150%, y si la comparación se extiende a municipios que no son capitales, hasta un 900%.