Innovación para combatir el crimen

lluís lozano (EFE)
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Sistemas de detección de fentanilo, dispositivos antidrones, guantes que sustituyen a las porras o embarcaciones no tripuladas de vigilancia buscan hacerse un hueco en comisarías, cuarteles y empresas privadas

Innovación para combatir el crimen

«La Policía nunca descansa». Esta expresión es utilizada para destacar el constante esfuerzo de los cuerpos de seguridad en la lucha contra el crimen. Este empeño implica una obligada adaptación en todos los campos para hacer frente a las fechorías de los delincuentes. Ello incluye también lo relacionado con los avances tecnológicos. Cada vez son más las herramientas que facilitan el arduo trabajo de las autoridades, como los sistemas de detección de fentanilo, dispositivos antidrones, guantes eléctricos que sustituyen a las porras o las embarcaciones no tripuladas de vigilancia. Todas ellas tratan de hacerse un hueco en los distintos departamentos de vigilancia o en empresas privadas.

Hace unos días en Madrid, estos productos, y otros más disruptivos en materia de investigación policial, seguridad e inteligencia, tuvieron cabida en la TECNOSEC DRONEXpo.

Un ejemplo de innovación en esta materia es el Mobile Detect Fentanyl, que emplea un procedimiento muy similar al de los test de antígenos de la COVID-19 para identificar trazas de fentanilo, un opioide sintético que ha causado cientos de miles de muertos en Estados Unidos.

Aunque la alerta en España es mucho menor, admite el técnico de Target Tecnología José Luis Martín, desde hace unos meses se está introduciendo su uso en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado dada la alta capacidad de detección de esta sustancia -incluso cuando está cortada con heroína- y ya ha dado algunos resultados positivos.

De forma complementaria a estos detectores -también hay similares para otros estupefacientes- han lanzado el Nirlight, una suerte de linterna con rayos infrarrojos que permite determinar la concentración del principio activo que existe en la droga incautada en pocos segundos.

Los resultados obtenidos en una y otra prueba son transferidos después a una aplicación móvil que, mediante inteligencia artificial, arroja un análisis minucioso de las conclusiones obtenidas.

La misma compañía comercializa también el E-StunGlove, un guante de impulsos eléctricos que ya usa la Gendarmería francesa y que busca tener un efecto disuasorio y unas consecuencias menos lesivas para quien recibe las descargas que las porras extensibles o las pistolas táser.

O el Enforce Air2, recientemente adquirido por el Ejército del Aire, un sistema que permite hackear y tomar el control de los drones no reconocidos que se introduzcan en una zona de seguridad previamente establecida, neutralizarlos y dirigirlos hasta un punto preestablecido.

Según explica el responsable de desarrollo de negocio, Jordi Charles, este sistema de tecnología cibernética de radiofrecuencia, que consta de cinco antenas y es fácilmente transportable, está diseñado para operar en el marco de dispositivos de vigilancia especiales o en las proximidades de espacios restringidos como aeropuertos.

«Es totalmente pasivo y actúa solo sobre los drones, con lo cual no genera problemas con las comunicaciones de las aeronaves o las torres de control. En el Reino Unido, Japón o Estados Unidos ya se usa», subraya el dirigente.

Su funcionamiento, agrega, también puede ser de utilidad en puestos fronterizos o en prisiones, donde en ocasiones se usan estos aparatos para introducir estupefacientes.

La diversa gama de drones destinados a su operatividad tanto por tierra, mar y aire es diversa. Es el caso, por ejemplo, del Sead 23, de la empresa viguesa Seadron. Se trata un vehículo de superficie no tripulado que ya ha trabajado con la Armada en ocho ejercicios navales y ha estado integrado en cinco de sus buques.

Tras pasar de forma satisfactoria el período de pruebas con esta rama del Ejército -que todavía no ha adquirido el dron-, ahora buscan introducirlo entre las herramientas que tanto la Guardia Civil como Vigilancia Aduanera usan en sus incursiones en alta mar.

Mucho más pequeños son algunos de los drones -uno aéreo y otro terrestre- de la compañía Sky-Hero, pensados para agilizar y aportar diferentes alternativas operativas en las intervenciones policiales.

Por ejemplo, propone el técnico especialista Adrián Balaguer, en el caso de un atrincheramiento en un domicilio, estos aparatos sirven para vigilar -a través del uso de cámaras y micrófonos- y tratar de neutralizar al objetivo.

Pero lo que les hace distintos al resto de aparatos similares es que están diseñados para funcionar en interiores, en espacios reducidos y con situaciones de visibilidad reducida, motivo por el que ya están siendo empleados por algunas unidades de la Guardia Civil y también de los Mossos d'Esquadra.