El profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid Alfredo Corell fue elegido hoy Mejor Docente de España 2018 en la categoría Universidad en los II Premios Educa Abanca. Además, otro compañero de la Universidad de Burgos, David Hortigüela Alcalá, se situó en segunda posición, junto con la profesora de la UVa Alicia Armentia en la novena posición.
El Comité de Baremación de Méritos de los docentes nominados a estos premios publicó hoy las puntuaciones finales de los diez docentes finalistas en cada una de las cinco categorías. En el caso de la Universidad, el profesor de la UVa Alfredo Corell encabeza el ranking con 141 puntos. El sábado 23 de febrero se celebrará la gala de entrega de los galardones. El evento tendrá lugar a las 20 horas en el Auditorio de Abanca en Santiago de Compostela.
El galardón al Mejor Docente de España será una estatuilla Educa, un diploma acreditativo y un premio de 1.000 euros en metálico. Los restantes nueve finalistas obtendrán una estatuilla y un diploma acreditativo.
Asimismo, en la categoría de educación Infantil resultó finalista Coral Chamorro Ordás, en décima posición, del colegio Maristas San José de León; en Secundaria, Joaquín García, del IES Comuneros de Castilla de Burgos; Sergio Calleja del Colegio Maristas de Segovia e Ibán de la Horra, del Colegio Divina Providencia de Tordesillas (Valladolid).
Premios “bonitos”
“Son unos premios especialmente bonitos porque en una primera fase, no te puedes proponer tú o la institución, sino los estudiantes, así que nace por narices de que a los estudiantes les guste como trabajas. Así que son muy diferentes”, afirmó Alfred Corell en declaraciones a Ical.
En ese sentido, el profesor de la UVa recordó que la candidatura requiere un gran esfuerzo puesto que exige un currículo exhaustivo, que él se decidió a presentar en señar de agradecimiento por haber sido propuesto. Entre los aspecto a valorar se encuentran la docencia, investigación, la proyección social, la formación y el uso de tecnología e innovación en las aulas.
Reconoció que en un primer momento remitió esta información “sin mucha confianza”, si bien recibió como un “regalazo” ser elegido como uno de los diez finalistas en diciembre y ganador, ahora. “Me da mucha alegría y satisfacción. Estoy ilusionado y contento, aunque también no me creo que sea el mejor docente de España, porque seguramente habrá mucha gente que no se habrá presentado. “No me lo quiero creer demasiado”, apostilló.
“Yo soy bastante ‘Quijote’ y arriesgado y soy muy autocrítico”, dijo para intentar mejorar. También destacó que lleva muchos años con un sistema innovador y cambiante, que trata de adaptarse mejor a las necesidades de los estudiantes. De hecho, recalcó que su modelo ha sido premiado porque los pone en el centro. “Tienen que participar en el proceso de aprendizaje”, aseguró, por lo que les pide que colaboren en la elaboración de apuntes o de vídeos de divulgación.
Admitió que al principio los universitarios son “muy reacios” puesto que se encuentran con actividades completamente diferentes a las que están acostumbrados y además tienen que trabajar más y dedicarle más tiempo. “Hay resistencia, pero todos los años, algunos estudiantes lo ven más claro y se enamoran de la asignatura, de forma que ellos dan el salto. Eso es el catalizador y actúan con un efecto dominó”.
De hecho, destacó que cuando mejor lo valoran es una vez que los estudiantes terminan su carrera universitaria o están ejerciendo su profesión. Es entonces, dijo, cuando le llegan los agradecimientos. “Esto es una maravilla”, apuntó.
Finalmente, denunció que el sistema universitario no facilita el desarrollo de modelos innovadores. “Somos muy pocos”. “Yo me veo haciendo un proceso que requiere mucho esfuerzo con muchos estudiantes y pocos compañeros”, dijo. Por ello, reclamó que las ratios entre profesor y estudiante sean más bajas y que no solo se valore a los profesores por la investigación, sino también por la faceta docente.