"Estamos para ayudar a quien lo necesite"

D. Núñez
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Santiago Fernández y Azucena Jiménez son dos de los voluntarios de Protección Civil que velarán por los vallisoletanos durante todos los días de fiestas

Santiago Fernández y Azucena Jiménez son dos voluntarios de Protección Civil. - Foto: Jonathan Tajes

Son personas generosas. Dedican su tiempo libre a cuidar del resto y a echar una mano cuando hay situaciones complicadas. Santiago Fernández y Azucena Jiménez son voluntarios de Protección Civil. El primero lleva casi 30 años formando parte de esta entidad, mientras que Jiménez lleva unos pocos meses y, de hecho, está de prácticas. Su misión es dar la mano a quien tenga un problema. Están ahí por si una persona se cae, por si se ha perdido un niño, por si se ha sufrido un robo y acompañan a la víctima hasta que llega la policía… «Estamos para ayudar a quien lo necesite», asegura Fernández. 

El estreno de este veterano voluntario fue en el concierto que hubo en septiembre del año 1997 en el concierto de Michael Jackson. Acababa de terminar la carrera y quería hacer algo de voluntariado y un amigo suyo estaba tanto en Protección Civil como en Cruz Roja y optó por la primera entidad porque hay muchas más actividades diferentes. Le gustaba la acción. Pero cuando entró no tuvo que hacer ningún curso. «Las cosas han cambiado mucho, mucho. Cuando entré eran los compañeros los que te enseñaban y se aprendía a base de hacer servicios», afirma. En cambio, ahora la Junta de Castilla y León ofrece formación para los voluntarios. Los veteranos sí que enseñan cómo funcionar a los que entran nuevos, pero estos ya tienen algo de formación teórica. Es más, los que llevan muchos años también hacen cursos de reciclaje.

Fernández afirma que en Protección Civil se hace «un poco de todo». «Hacemos de policía, Cruz Roja y bomberos sin ser ninguno de ellos. Estamos en la calle preparados para hacer de todo. Para estar en esas pequeñas cosas que pueden suceder». Entre todas ellas, pone de ejemplo, atender a una señora que se ha caído y que precisa de atención médica y se quedan con ella hasta que llegan los sanitarios. O también si hay un pequeño conato de incendio que se pueda apagar. Incluso si hay una pelea, muchas veces solo con la presencia de ellos, se calman los ánimos. «Hacemos un poco de todo. Estamos para ayudar a la gente mientras que llegan los profesionales».

En cuanto a trabajar esos días festivos, asegura que «es otra forma de vivir las ferias porque durante estos 27 años cojo uno o dos días libres para disfrutar con la familia». Y lo que más le gusta es estar en los fuegos artificiales porque los ve muy de cerca. En cuanto a anécdotas, pues recuerda la carita de los niños a los que han ayudado a encontrar a sus padres o el agradecimiento de la gente cuando le ayudas en un momento en el que no se encontraba bien. También subraya que hay que tener paciencia cuando la gente quiere entrar en la Plaza Mayor para ver un concierto y los accesos están cerrados. 

Los recuerdos negativos también forman parte de su memoria como voluntario de Protección Civil, como la explosión de gas que hubo en la calle Goya o el fallecimiento de un hombre en una construcción hace muchos años. Pero remarca que se queda con esas pequeñas cosas que hacen para facilitar ayuda a los vallisoletanos. Además, cuenta que con el tiempo se han ganado el respeto de la gente. Afirma que hace años había quien les despreciaba, pero eso ha cambiado y mucho más tras la pandemia de covid. 

Nueva

Azucena Jiménez es nueva en Protección Civil. Está en periodo de pruebas y aún no tiene uniforme, pero cuenta con un chaleco para que la gente pueda ver que forma parte de este equipo. Lleva solo tres servicios y uno de ellos fue la gran tromba de agua que vivió Valladolid a inicios de verano. Pero le gusta este camino que ha adoptado en su vida. Se jubiló hace cuatro años y buscó un voluntariado. Ha dedicado toda su vida a servicios sociales, así que quería hacer algo pero que no fuera siempre igual y que se desmarcara de lo que siempre había hecho en su empleo. Y a mediados de junio se dio de alta en Protección Civil. 

Se dio cuenta de que esta entidad está en todos lados y hace todo tipo de intervenciones. «No tengo mucha experiencia, pero me está gustando», asegura. Y aunque le toca trabajar cuando el resto de la gente está de fiesta, afirma que también se disfruta. 

«Los compañeros son muy agradables. Son una familia. Te apoyan y te enseñan», remarca. Eso sí, cree que se tenía que apuntar más gente a formar parte de Protección Civil porque siempre se necesita a estos voluntarios. De hecho, anima a gente de su edad, personas ya jubiladas a formar parte de esta gran familia. «El voluntariado te hace ver otras vidas». Y remarca que hay muchas personas que pueden regalar parte de su tiempo, como hace ella, para estar al servicio de los demás.