La pólvora se siente

D. Núñez
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El ruido inundará la feria con una gran mascletá nocturna el domingo 8

La pólvora se siente - Foto: Pirotecnia Gironina.

Tres semanas de trabajo en la fábrica y unas nueve horas de montaje para unos ocho minutos de espectáculo. La mascletá llega a la feria y fiestas de Valladolid a lo grande, más de lo habitual. Contará con muchas más fases de las que suele haber y al desarrollarse por la noche, también tendrá fuegos artificiales. No obstante, la mejor forma de disfrutar de ella será estando cerca para sentir los terremotos, es decir, las fases más 'ruidosas' que harán vibrar el suelo. Es que las mascletás se sienten en el cuerpo. 
La responsable de Pirotecnia Ginonina, Neus Cunillera, explica que los espectáculos pirotécnicos que suelen verse en las fiestas son los llamados castillos de fuegos artificiales. Esto estalla en el cielo, sin embargo la mascletá, que es «la gran tradición de Valencia», es una serie de tracas, es decir, mechas largas con truenos que producen ruido. Solo que este espectáculo cuenta con truenos que no están a disposición del público debido a su magnitud porque son 10 veces más grandes aquellos que se consideran pequeños en la mascletá. Los grandes son hasta 20 veces mayores que los que puede adquirir una persona. Y todo esto se monta para que al explosionar vaya in crescendo tanto en cantidad como en fuerza. 

Cunillera apunta que toda mascletá está compuesta por dos fases. La primera de ellas se llama 'cuerpo' y puede constar de dos a cinco trozos. Y la segunda fase se le llama terremoto y es «la que hace temblar todo», que suele haber una en las pequeñas y dos en los espectáculos más grandes. Valladolid tendrá todo esto pero «muy a lo grande» con la aportación de que al celebrarse por la noche se van a incluir fuegos artificiales. 

Señala que los vallisoletanos podrán ver al inicio dos fases de castillos, es decir, los fuegos artificiales de siempre. Y a partir de ahí comenzará el ritmo porque entra una secuencia pirodigital. Le seguirán más fuegos artificiales en dos turnos y luego comenzará la mascletá. Subraya que contará todo el tiempo con colores en el cielo al ser nocturna. Desde ese momento, los vallisoletanos disfrutarán de cinco etapas de sonido que irá aumentando en intensidad y rapidez y contará con tres terremotos. También se verá un bombardeo de color en el cielo y otro más de trueno, con otra secuencia pirodigital para acabar en seco este espectáculo. «Va a ser bonito y muy diferente», subraya.

Para poner en marcha algo así se necesitan tres semanas de trabajo en la fábrica y 144 kilos de pólvora. Cunillera comenta que se trata de «una construcción artística y efímera». No hay rectificación si se produce un error. De hecho, no se puede saber por qué falla algo porque «se ha volatilizado». Por lo tanto, remarca la importancia del trabajo de los maestros y expertos en esta materia porque intuyen qué ha podido fallar para otra ocasión y planifican la velocidad y la intensidad de las tracas de una forma muy artesanal. 

El espectáculo que traen a Valladolid es grande y serán cinco personas las que estarán unas nueve horas montando todo lo necesario. Y es que no solo hay que colocar las tracas, sino también la estructura porque está todo a unos 2 metros del suelo. La mascletá que han diseñado para la Feria y Fiestas de la Virgen San Lorenzo es más grande de lo habitual y se han incluido muchos elementos. Pero confiesa que no pueden 'innovar' mucho porque la mascletá es muy tradicional y a la gente le gusta lo de siempre. Deben tener cuidado, eso sí, con los silencios. Es el experto en pirotecnia el que juega con la velocidad y la intensidad de los truenos. «Son auténticos artistas». Y remarca que es un orgullo que haya más zonas de España que deseen contar con este espectáculo valenciano. De hecho, puntualiza que las mascletás eran tradición en muchas zonas de España aunque se haya mantenido con fuerza en Valencia. Reconoce que es «un riesgo» para el Ayuntamiento contratar este tipo de espectáculos porque puede gustar mucho o no, pero anima a los vallisoletanos a acercarse a verlo. De hecho, puntualiza que hay que estar cerca para sentirlo. Y es que la mascletá se siente en el cuerpo más que se ve. Asevera que la seguridad está garantizada porque hay un perímetro marcado y cree que la mejor forma de disfrutar de ella es estando lo más cerca de él.