"Para ser socio solo es necesario ser buena gente"

D. Núñez
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Unas 70 personas voluntarias participan en la caseta de la Casa de Andalucía para repartir rebujito y pescado frito durante las fiestas

"Para ser socio solo es necesario ser buena gente" - Foto: Casa de Andalucía

Bajo farolillos de colores, alrededor de 70 personas participan durante la Feria y Fiestas de Valladolid en atender la barra y la cocina de la caseta de la Casa de Andalucía. Pegada a la gran carpa de la Feria de Folclore y Gastronomía, esta entidad ofrece el mejor pescado frito acompañado de rebujito para combatir el hambre y el calor de estos últimos días de verano. Pero no solo hay que echar una mano cuando se inicien las fiestas, sino mucho antes. En abril o mayo ya están contactando con los proveedores, por ejemplo, de pescado, de aceite de Jaén o de manzanilla de Cádiz para que los vallisoletanos puedan disfrutar de los manjares de Andalucía sin moverse del recinto ferial. Y en estos días previos, colaboran para montar las mesas, las cocinas y las barras. 

Los miembros de esta casa viven estos días festivos con una gran intensidad. No solo por el trabajo que van a realizar muchos de sus socios en la caseta, sino porque es disfrutar de un trozo de Andalucía que muestran a los vallisoletanos. La caseta sirve para darse a conocer y que la gente se anime a probar platos típicos que les lleven a hacerse socio de la entidad o a bajar a Andalucía a conocer in situ su gastronomía. Y gracias al trabajo de todas estas personas se puede degustar un rico salmorejo cordobés sin tener que recorrer los más de 600 kilómetros que separan Valladolid de Córdoba. 

«Para ser socio solo es necesario ser buena gente, no hace falta ser andaluz. Es que hay mucha gente en la casa que no nació en Andalucía, pero se suma porque siente simpatía o afinidad con esta tierra», asegura la presidenta de la entidad, Concepción Pérez, sevillana de nacimiento que anima al público a ir a comer a esta caseta. Afirma que tienen suerte porque cuentan con gente voluntaria para organizar tres turnos de trabajo. Eso permite a la gente también disfrutar de las fiestas y no solo trabajar en ellas. La gente joven se queda en la barra y los más mayores se van a la cocina, aunque están intentando que los de mediana edad vayan entrando entre fogones porque necesitan ese relevo generacional. No obstante, tienen socios de más de 80 años colaborando como el que más. 

"Para ser socio solo es necesario ser buena gente" - Foto: Casa de Andalucía

En cuanto a los precios de los platos, la Casa de Andalucía ha tenido que subir entre 50 y 80 céntimos algunos de ellos. La inflación ha llegado con fuerza a todos los productos que han ido adquiriendo. Pérez explica que el año pasado no quisieron subir los precios y luego se «pillaron las manos» porque la estimación de costes que hicieron en mayo no encajaba finalmente con la que tuvieron en septiembre, cuando productos como el pescado tuvo un fuerte incremento. Este año han visto que tienen una subida de precios de todas sus compras de entre un 15 y un 20 por ciento más que el pasado año. De ahí esa subida, aunque pequeña, de precios en los platos. 

No obstante, la Casa de Andalucía es más que la caseta de feria con su adobo frito y las berenjenas con miel de caña. Durante todo el año organizan actividades que precisamente son sufragadas con el dinero que sacan en fiestas. Eso sí, Pérez asegura que no les da nada más que para cubrir gastos. Y entre las actividades destacan los talleres de sevillanas, castañuelas, cajón, guitarra o informática, porque a los socios más mayores les gusta estar al día de las nuevas tecnologías. Además, este año tienen una novedad y son las clases de fit gypsy dance, que es hacer ejercicio pero bailando. 

Un objetivo de este año es volver a formar el grupo de baile que había hace años y siguen contando con el coro rociero, con el que van a cantar a donde les llamen, desde una misa para una boda a los centros de mayores cuando llegan fechas destacadas como la Navidad.