La concejala de Turismo, Eventos y Marca Ciudad, Blanca Jiménez, asegura que es complicado de innovar en unas fiestas con tanta trayectoria como las de Valladolid y apuesta por incorporar actividades nuevas en las diferentes áreas, como el espectáculo de drones en Caño Hondo o conciertos de más estilos musicales en la Plaza Mayor. Los cambios de la Feria de Día se aplazan para acordar con los hosteleros qué dirección tomar y remarca que se seguirá trabajando para hacer unas fiestas accesibles para todos. 

¿Sirve la Feria y Fiestas de Valladolid para vender la ciudad?

Por supuesto. Es un escaparate perfecto donde aunamos muchas de las cosas importantes que tiene Valladolid y que mejor sabe hacer, como la gastronomía, los grandes eventos y los espacios musicales particulares. Somos capaces en muy pocos días de mostrar algunos de los grandes potenciales que tenemos y también de poner toda la ciudad a disposición del visitante. No hay que olvidar que esos días, desde el punto de vista turístico, siguen funcionando los museos y las rutas turísticas. 

Todos nuestros grandes dones se ponen a disposición de los visitantes. Es una buenísima oportunidad para que esas miles de personas que vienen atraídas, por ejemplo, por un concierto, paren y lleguen a la conclusión de que tienen que volver. Eso nos va a pasar, sobre todo, con el tema de los conciertos porque los hay  de mucho calado.

¿La oferta en conciertos es equiparable a la de otras ediciones?

Hay que reconocer el esfuerzo que siempre se ha hecho en la Plaza Mayor. Pero estamos especialmente contentos porque creo que este año sí que hemos conseguido una cosa que a lo mejor no se ha visto reflejada otros años con la misma intensidad y es la gran variedad de estilos musicales. Hacía mucho tiempo que no había conciertos de rock para los amantes de este estilo y este año lo conseguimos con Mägo de Oz. El tema de la música electrónica. 

También tiene un público muy importante que incorporamos en el año pasado y que lo volvemos a hacer de la mano de Paul Van Dyk. Hemos incorporado ese pequeño festival de Siloé y amigos, que es muy particular, porque la música indie tiene un auge en España y queríamos que tuviera un protagonismo especial. Yo creo que hemos hecho un esfuerzo muy grande para que prácticamente todos los estilos se vean representado. Y eso también tiene que ver con la accesibilidad con la que queremos dotar a estas fiestas. Queremos que todo el mundo sienta que son sus fiestas, que son para todos.

Respeto a la accesibilidad, ¿qué hay de diferente a otros años? 

Otros años en el balcón del Ayuntamiento podía haber personas con movilidad reducida y también se contó con intérprete de lengua de signos para el pregón. Pero había poquito más y nosotros queremos poner el foco en este tema. Queremos que el esfuerzo que haga la ciudad de la organización de grandes eventos se vea reflejado en todas las personas. Un evento, si no es para todo el mundo, es complicado que se pueda vender como un gran evento de ciudad. Hemos ubicado zonas en la Feria de Día reservadas para personas con movilidad reducida y eso no se había hecho nunca. En Caño Hondo, la Feria de Gastronomía y Las Moreras tendrán espacios reservados para personas con movilidad reducida y eso no había pasado nunca. La idea es que una persona que salga a tomarse un pincho lo puede hacer sabiendo que hay espacio donde se puede sentir más seguro y más tranquilo. 

También se van a incorporar intérpretes de lengua de signos en actividades infantiles. Haremos una prueba con un teatro el día 3 de septiembre. También se amplía el balcón del Ayuntamiento con nueve sitios más para personas con otro tipo de discapacidad. Todo esto es importante porque hay muchas maneras de entender la fiesta. Esto es solo el principio porque vamos a seguir trabajando en esta línea. Queremos que las fiestas de Valladolid sean las fiestas más accesibles de España

El año pasado ya cogieron la planificación de las fiestas avanzada. ¿Qué aportaciones han hecho este año?

El año pasado nos dio tiempo de cerrar algún concierto y alguna novedad como el espectáculo piro musical, pero estaban ya configuradas. Este año son plenamente nuestras. ¿Qué es lo que hemos hecho? Pues es que innovar unas fiestas con una tradición de más de 20 años muy consolidada es difícil porque el modelo funciona. Lo que hay que hacer es intentar buscar novedades por parcelas. 

Es decir, fijarse en la Plaza Mayor y ver que faltan estilos musicales y buscar ampliarlos. En el ámbito de los espectáculos pirotécnicos, que son tan apreciados, hemos innovado con el tema de drones. Ya veíamos que era una tendencia que se iba a poner muy de moda y queríamos que Valladolid fuera una de las ciudades que tuviera además muchos porque contarán con 300. En el ámbito infantil va haber este año nuevas actividades, como teatro y circo. También habrá más para los jóvenes con la Concejalía de Juventud y el aniversario de Vallanoche. 

Vamos por parcelas para que los públicos de la ciudad tengan algo diferente con lo que disfrutar. Es la única manera de hacer que 10 días con 1.000 actividades tengan novedades en algún punto cada año. 

También hemos ampliado la presencia en los barrios para que toda la ciudad sienta que son las fiestas, no solo en el centro. Vamos a llevar un total de 50 actividades y a seis barrios más que el año pasado. Eso es muy importante para que la ciudad entera se sienta orgullosa de sus fiestas.

La mascletá es una de las novedades, pero están recibiendo críticas. 

Hemos escuchado opiniones encontradas. Pero quiero decir, dos cosas. En primer lugar, traer una mascletá es buscar una novedad en el ámbito pirotécnico. Entendemos que es uno de los espectáculos pirotécnicos más apreciados y más importantes de España, y queríamos que los aficionados lo disfrutara. 

Por otro lado, es una actividad que dura unos 10 minutos y la parte de sonido más fuerte serán unos pocos minutos. Agradecemos la generosidad de las personas con TEA y de sus familias porque no solo por la mascletá habrá más ruido, sino que en Fiestas hay más ruido por los conciertos y la gente en la calle. Tenemos que buscar el equilibrio porque hay que hacer actividades para todo el mundo y, por otro lado, seguimos trabajando para ser más accesibles.

El año pasado anunciaron darle una vuelta de tuerca a la Feria de Día, pero no ha habido cambios. 

La Feria de Día es uno de los puntos más importantes que tienen nuestras fiestas y de los más atractivos. Estamos hablando permanentemente con la Asociación de Hosteleros y no es fácil cambiar la dinámica de tantos años. Entendemos que hay que darle una vuelta y este año vamos a hacer algún guiño a través de la decoración, lo que va a configurar también unos espacios visualmente más atractivos para la gente, y el tema de la accesibilidad. Este es el cambio que hemos dado este año y que será solo el inicio de algo que tiene que ser mucho mayor. 

Sí que es cierto que no es sencillo. Tenemos que ser capaces entre todos de ver a qué modelo tenemos que ir porque, como todas las cosas que tienen una larga trayectoria tienen un momento de repensar y de revisar. Los propios hosteleros también son consciente de que hay que dar una vuelta de tuerca. Necesitamos una reflexión seria y no queremos tomar ninguna decisión sin que los hosteleros, los principales actores, estén cómodos con las de decisiones que vayamos a tomar. 

Por eso nos hemos dado más plazo y esperamos que el año que viene, que además las fiestas cumplen 25 años desde el cambio de San Mateo, sea un año especial también desde este punto de vista. Hemos retrasado un poco esos cambios, pero no es más que porque sabemos que hay que tener en consideración muchas voces y que para nosotros es muy importante que la Feria de Día siga siendo un éxito.

¿Temen que el cambio de ubicación el próximo año de la Feria de Folklore y Gastronomía pueda suponer un problema? 

No lo creo. La situación será estable y van a tener una estructura mucho más favorable para que funcione mejor. Es un cambio a mejor. Es un cambio positivo y podrá ir aparejado de otras novedades, pero la tienen que decidir la propia Federación de las Casas Regionales.

La Coordinadora de Peñas cumple 30 años. ¿Habría que trabajar para que los jóvenes se animen a seguir con esta tradición?

Son 30 años de la coordinadora y el trabajo que han hecho para esta ciudad es impagable. Es uno de los puntos fuertes de las fiestas. Cuando la gente joven viene a Valladolid ve que hay un ambiente que está hecho para ellos. Son las peñas las que tienen que ir pensando en cómo enganchar a las nuevas generaciones, pero yo creo que se puede conseguir, sobre todo, a través de la música en el espacio de Las Moreras, porque cada año tiene más afluencia de público. 

Son miles de jóvenes los que se acercan a participar en las actividades de la coordinadora. A través de la música están sabiendo enganchar a esas generaciones nuevas. Tenemos peñas para el rato.

¿Qué es lo más complicado de planificar para la Feria y Fiestas?

El engranaje. Son 1.000 actividades en las que participan todos los servicios municipales, todas las concejalías y, sobre todo, en la que participa todo tipo de asociaciones, artistas... Toda la ciudad se vuelca con las fiestas. Todo el mundo tiene ideas nuevas y todo el mundo quiera aportar algo. Y muchas veces esa cantidad de ideas y de propuestas supone una complejidad en su encaje, para que no se solape nada, para que todo el mundo tenga su protagonismo y su momento para sentirse parte de las Fiestas. Todo esto es lo más complicado. 

¿Qué no se va a perder como vallisoletana, dejando el cargo de concejala a un lado?

Nunca me pierdo subir a la feria de folklore para comer con mis amigos. Tampoco las casetas de la Feria de Día porque la parte gastronómica tradicional para mí. Es algo que me tira mucho. No me pierdo ponerme en la Plaza Mayor para ver cómo llegan los gigantes y cabezudos porque me traían de pequeña y me encanta ver a los niños como vienen de la mano de sus padres y abuelos y se emocionan tanto viéndolos. 

No me voy a perder este año los drones porque es una actividad muy especial y espectacular. Ni tampoco me puedo perder este año los conciertos. Voy a intentar llegar a todos los que pueda, tanto en Plaza Mayor como en Las Moreras, porque la actividad musical de la ciudad hace que merezca la pena estar en la calle.