Todo empezó como una cafetería al lado de una gasolinera. Evolucionó como parada, y casi estación de autobuses 'alternativa', de vehículos de la compañía Alsa. Se transformó en un restaurante de alta cocina, que estuvo cerca de obtener una Estrella Michelin. Y se adaptó a su ubicación, sin renunciar a creaciones más habituales en otros lares. 'Los Palomares' cumple seis décadas abierto en Vega de Valdetronco. Más exactamente en la carretera Madrid-Coruña, en el kilómetro 196. Y en su constante evolución ha visto cómo hace un par de semanas recibía el primer premio del concurso de tapas por comarcas de la provincia, con 'huevos rotos con cecina', «algo que representa lo que ocurre todos los días en un sitio de paso, el desconocimiento y la desconfianza de lo que uno se puede encontrar en un local como el nuestro, de paso en una salida de una autovía», que realmente es un panipuri relleno de patata con yema curada y cecina.
Marian Alonso y Teo Rodríguez comandan el equipo de trabajo de Los Palomares. Allí abrieron los abuelos de Teo, Teodoro y Constancia, hace 60 años: «Tenían un surtidor de gasolina en Tordesillas. Al montarse una estación de servicio en el pueblo, buscaron otro sitio y encontraron esta zona, en la que por entonces había muchos agricultores. Montaron una estación de servicio y al lado una cafetería». Allí se fueron también los padres de Teo, Teodoro y María. Y allí vivió el propio Teo, en una casa aledaña, varios años.
La cafetería, de nombre 'Romar', aguantó como tal hasta hace unos 22 años, cuando Teodoro y María decidieron darle otro aire, montando un hotel al lado de la cafetería, ya con menús del día: «Abrieron una Semana Santa y ese año pasamos a ser parada de la ruta Madrid-Asturias de Alsa. Estuvimos dos años y medio así, mientras se construía la estación de Villalpando. Hubo días con 80 buses con parada aquí. Nos mandaban un fax con los horarios y éramos una especie de estación de autobuses, con paradas de 15 minutos y salida. Llegamos a ser 23 empleados». Ahí daban raciones, bocadillos, menús del día...
Torrija en Los Palomares en Vega de Valdetronco. - Foto: Jonathan TajesFueron ampliando la oferta gastronómica hasta hace 11 años, cuando Teo entró en la cocina: «Cambiamos todo... y nos empezaron a llamar el 'Bulli' de la carretera, porque hacíamos postres con nitrógenos y otras cosas. Fue todo un poco surrealista», reconoce el propio cocinero, añadiendo que estuvieron a punto de cerrar. Con lo que, tras hablar con sus padres, buscaron adaptar la oferta a todo el mundo. Y volvieron a triunfar. Incluso en 2016 estuvieron en la lista de establecimientos que optaban a una Estrella Michelin.
La ruta de muchos viajeros desde Madrid incluía paradas en el Lera y el Ermitaño, y en Los Palomares: «Con mucha complicidad entre los tres».
Junto a Marina, el equipo de trabajo es cien por cien de la zona: con Elisabeth y Humi (Tordesillas) e Isabel (Gallegos de Hornija) en cocina; y Gema y Elisa (Tordesillas), y Pui (Mota del Marqués) en barra y servicio. «Desde 2017 estamos enfocados a la gente de viaje y de paso, aunque queremos sacar una oferta para 4-5 mesas un poco más cuidada y exclusiva», señalan.
La barra, con bocadillos, sandwiches, burguers y raciones, es uno de sus fuertes; como un menú diario por 12 euros, con la cocina tradicional y mediterránea por bandera. Cambian la carta trimestralmente y los menús todas las semanas, «adaptando lo que hay en el mercado al coste». Su clientela es gente de paso, que viaja normalmente desde Madrid: «Perdimos a aquellos que venían de Valladolid a probar cosas». Entre sus clásicos no puede faltar el bocata de calamares y la torrija. Y el tema del pincho ganador es algo nuevo, ya que no es su mercado, pero que les da más nombre, a ellos y a la localidad donde están.
Los Palomares abre todos los días, menos los miércoles a las 8 de la mañana; y cuenta con una capacidad para 100 comensales. Mientras, siguen evolucionando.