La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Valladolid ha aprobado este lunes la concesión de dos licencias, solicitadas por la sociedad pública de infraestructuras y medio ambiente de la Junta de Castilla y León, Somacyl, para la construcción de 202 viviendas colaborativas en régimen de protección destinadas a alquiler social en las zonas de Mieses (50) y Parque Alameda (152).
Según ha explicado el concejal de Urbanismo y Vivienda, José Ignacio Zarandona, en declaraciones remitidas a los medios de comunicación, los dos proyectos se incluyen en los planes de la Junta para, con fondos europeos Next Generation y con financiación propia, desarrollar 365 viviendas para alquiler, preferentemente joven, en terrenos de la ciudad de Valladolid.
Las parcelas en las que se ubicarán estas 202 viviendas se sitúan en la calle Mieses, donde se construirán 50 pisos; y en la calle Campo Charro, con otras 152.
Estas parcelas están incluidas en el proyecto 'Constelación', puesto en marcha por el anterior equipo de Gobierno para dar un uso a solares dotacionales municipales, de tal forma que quienes tengan un proyecto social o empresarial, puedan implantarse en estas parcelas e "impulsar la actividad económica y social".
Por medio de este proyecto, ha recordado Zarandona, se han puesto a disposición de la Junta de Castilla y León ya cuatro parcelas municipales para la ejecución de 365 'viviendas colaborativas', una figura residencial regulada en la Ley de Vivienda y en el PGOU de Valladolid. La primera de estas actuaciones son las 59 viviendas colaborativas que se van a realizar en la Calle Jardines de Sabatini, en Viveros.
La segunda y la tercera son las 202 viviendas colaborativas cuyos proyectos básicos aprueba esta Junta de Gobierno.
En el primero de los proyectos, en la calle Mieses, según el Ayuntamiento de Valladolid se destinará un presupuesto de 4.208.000 euros.
Se llevará a cabo la construcción de 50 viviendas colectivas en bloque con una edificabilidad total de 3.554 metros cuadrados, en régimen de protección y destinadas al alquiler social público. El bloque cuenta con planta baja, primera y segunda para viviendas y zonas comunes, además de planta de sótano para garaje y trasteros.
La parcela tiene acceso desde la calle Mieses y constará de dos portales. En las tres plantas del edificio en la articulación de la 'L' se han dispuesto las zonas comunes destinadas a lavandería y coworking y uno para aparcamiento de bicicletas y coches de niños.
Se prevé dotar al patio de la comunidad de zona de esparcimiento y descanso, así como zona de juegos infantiles.
Todos los portales tienen previsto acceso a las plantas sótano donde se distribuyen las plazas de aparcamiento y los trasteros. La configuración de la parcela es triangular, adaptándose al Este y al Oeste con las alineaciones a la calle Mieses.
La medianera Norte está constituida por un solar y la intención del proyecto es la construcción de un edificio en forma de 'L' formado por dos piezas lineales donde se ubican las viviendas y una articulación de estas dos piezas donde se sitúan las zonas comunes y coworking.
La plaza interior que se crea sirve de disfrute, esparcimiento y "elemento conector entre los habitantes de la comunidad".
Calle Campo Charro
El proyecto en la parcela de la calle Campo Charro, se prevé la ejecución de un proyecto presupuestado en 12.346.754 euros, con 152 viviendas colectivas en régimen de protección y destinadas al alquiler social público.
Se reparten en 8 bloques iguales de planta baja, primera, segunda y ático para viviendas, un bloque para zonas comunes de planta baja y primera, además de planta de sótano para garaje y trasteros. La edificabilidad total es de 12.756 metros cuadrados.
El programa es de ocho edificios iguales de viviendas colaborativas multifamiliares en disposición de bloques para acoger un total de 152 viviendas de dos dormitorios, con sus respectivas zonas comunitarias, zona de tendido y espacios comunitarios en planta ático y cuarto de coworking en planta baja.
Contará con un aparcamiento subterráneo para dotar de plazas para vehículos en la zona norte de la parcela, además de ser aprovechado para situar trasteros que sirvan a parte de las viviendas del conjunto.
Se prevén aparcamientos para bicicletas en marquesinas exteriores distribuidas en diferentes puntos de la urbanización. Las viviendas son carácter colaborativo y social de alquiler en el régimen de calificación de vivienda protegida pública como VPP.
Existe una cuarta parcela vinculada al proyecto 'Constelación', en la zona de Los Viveros, en la que se trabaja para instalar una residencia de estudiantes, si bien el Ayuntamiento había convocado un proceso de adjudicación enfocado a la empresa que estaba interesada que recientemente se ha declarado desierto.
Vivienda colaborativa
La denominada 'vivienda colaborativa', según explican fuentes municipales en un comunicado, "no es un fenómeno nuevo en el mundo ni tampoco en España" porque apuntan que se desarrolla "desde los años 60 del siglo pasado en países del norte de Europa y desde algunos años más tarde en Estados Unidos".
Ésta idea "permite a que las personas vivan en comunidad y compartan espacios y servicios básicos".
En España, han apuntado, este modelo está "en expansión con modelos como el 'cohousing', 'coliving', viviendas colaborativas o unidades de convivencia". Todos ellos, matizan, son tipos residenciales colectivo de titularidad única que se sitúan "a medio camino entre la vivienda clásica en régimen de propiedad horizontal y las residencias de jóvenes o de mayores".
Se contemplan generalmente unidades privadas del entorno de 80 ó 90 m2 en el caso de la vivienda y unidades privadas del entorno de los 20-30 metros cuadrados en el caso de las residencias de estudiantes o de ancianos.
En este tipo de edificaciones no existe la vivienda convencional como espacio privativo, sino que se dispone de estancias privadas y servicios comunes tales como lavanderías, comedor, gimnasios u otros de los que los inquilinos pueden hacer uso, incluyendo la posibilidad de realizar actividades sociales o recreativas y así fomentar la convivencia y la pertenencia a una comunidad. En todo caso, se reduce la superficie privativa de alojamiento y se incrementa la superficie de interrelación en comparación con las soluciones habituales de viviendas.