Las auxiliares sufren la crisis de los semiconductores

Óscar Fraile
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Empresas como Treves, Faurecia y Sesé han tenido que recurrir a expedientes de regulación temporal de empleo por la alta dependencia que tienen de Renault

Las auxiliares sufren la crisis de los semiconductores

La falta de suministro de semiconductores se ha convertido en un problema muy serio para la industria de la automoción. Uno más. El ejemplo más claro es el de la empresa Renault, que ha tenido que programar 15 días de paradas en la factoría de Carrocería-Montaje de Valladolid y 19 en la de Palencia. Pero no es la única. La lista de damnificados es cada vez más extensa: Ford, Peugeot, Land Rover, Volkswagen, Jaguar, Toyota, Honda...

Este problema ha generado un efecto dominó en todas las auxiliares que, de forma directa o indirecta, viven del trabajo de las grandes marcas. Algunas de ellas han tenido que parar exactamente los mismos días que Renault y se han visto abocadas, como la marca del rombo a la presentación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).

Es el caso de Treves Castilla y León, una fábrica de Aldeamayor que destina el 95 por ciento de su producción a las fábricas de la marca gala en Valladolid y Palencia. Esto ha obligado a la empresa a seguir el mismo calendario de paradas que Renault y a presentar un ERTE, que también se ha complementado al 85 por ciento. «Lo que no hemos recibido es ninguna ayuda de la Junta de Castilla y León, algo que sí que había sucedido en anteriores ERTE», señala Ignacio Peinador, delegado de UGT en la compañía. Esta empresa fabrica las moquetas, la bandeja de la parte posterior de los coches y, en general, aislamientos acústicos y revestimiento interior para el Captur de Valladolid y el Mégane de Palencia. El ERTE de Treves es de 47 días con un periodo de aplicación hasta fin de este año, tres meses más que en Renault. Y afecta a los 125 empleados, desde la estructura hasta los operarios.

Muy similar es la situación de Faurecia en sus instalaciones de Olmedo, donde en torno al 75 por ciento de la producción va para Renault, aunque también se trabaja para Opel, Ford y PSA. Como no todas las marcas están sufriendo el problema de los semiconductores con la misma intensidad, en Faurecia solo han tenido que parar algunas líneas. Por ejemplo, las que trabajan para Renault, pero el ERTE que han presentado afecta a toda la plantilla, puesto que los puestos de trabajo son rotatorios. De esta fábrica sale el ‘suelo’ del Captur y pequeñas piezas de aislamiento acústico, a base de espuma y caucho sintético, para el Kadjar y el Mégane. El ERTE de esta fábrica es de 24 días a aplicar hasta el mes de agosto, y afecta a sus 200 empleados. «Pero seguramente nos toque negociar otro para ampliarlo», señala Jesús González, de UGT, en vista de las paradas que prevé Renault.

Otra empresa afectada es Sesé, que da servicios de transporte a Renault. Ante la bajada de actividad, la Dirección planteó un ERTE entre el 1 y el 8 de marzo, una medida que puso en pie de guerra a una plantilla que solicitaba que se aplicase la bolsa de horas. Ni siquiera la mediación del Servicio de Relaciones Laborales (Serla) sirvió para llegar a un acuerdo, lo que estuvo a punto de derivar en movilizaciones, aunque la empresa finalmente renunció a esta medida después de que los trabajadores acudieran a la Inspección de Trabajo, puesto que no entendían que se propusiera un ERTE por causa de fuerza mayor. Finalmente se llegó a un acuerdo para poner en marcha un bolsa de horas paralela, muy similar a la aprobada en Renault. Así, la plantilla de Sesé no irá a regulación hasta que no lo haga Renault, que ya tiene aprobada esta medida, pero todavía tiene un colchón de días de bolsa para capear la falta de piezas. Fuentes de la plantilla calculan que será en el mes de julio cuando se empiece a regular. Este descenso de carga de trabajo ha provocado que se deje de contratar al 30 por ciento de la plantilla que procedía de empresas de trabajo temporal y que tampoco se hayan renovado contratos ni incorporado nuevos empleados. Grupo Sesé cuenta con casi 170 trabajadores en Valladolid en unas instalaciones situadas en la carretera que une Laguna de Duero con La Cistérniga.

En SMRC Automotive, antigua Reydel, situada en Medina de Rioseco, también se está negociando un pacto para solucionar la bajada de actividad. 

Las excepciones. Pero no todas las empresas se han visto abocadas a parar. Una de las excepciones es PPG Ibérica, la proveedora de pintura de Renault y de otras muchas marcas. Esta diversidad de la cartera de clientes ha sido clave para capear el temporal. De hecho, aunque se han producido menos toneladas, la actividad industrial no ha bajado. La empresa ha tenido esta misma semana una reunión con los trabajadores para hacer un seguimiento del impacto que está teniendo este tema en la empresa. «Las plantas más afectadas de Renault son las de España, porque las de Francia solo han parado diez días, nosotros seguimos suministrando allí mucha pintura, igual que en Alemania», señala José Ignacio San José, de UGT. Aparte de la multinacional del rombo, en PPG Ibérica también han notado las paradas de PSA, y también con más intensidad las de España que las del resto de países de Europa.

También hay grandes fábricas del sector que parecen vivir al margen de esta crisis. Por ejemplo, Iveco, dado que estos semiconductores no se utilizan tanto en las furgonetas como en los turismos. Es más, la planta situada en la carretera de Soria ha tenido que realizar contrataciones en los últimos meses para atender los picos de demanda, una situación muy distinta a la vivida en los últimos años.

La reacción en cadena que provocan las paradas de Renault tiene un importante impacto en la economía local y regional, toda vez que los grandes fabricantes y las empresas auxiliares representan el 25 por ciento del PIB industrial de Castilla y León y dan empleo a más de 30.000 personas, según los datos facilitados por la Junta en 2019. Además, es la principal fortaleza de cara al mercado exterior, ya que el 86 por ciento de esta producción se exporta.